Hace 25 años, el proyecto Nortec, liderado por Pepe Mogt y Ramón Amezcua, revolucionó la música al fusionar electrónica y sonidos norteños en Tijuana. Pese a la violencia en la ciudad, su música promueve esperanza y arte, buscando cambiar la percepción de la región y mantener vivo el espíritu cultural.
Julián Vásquez
A estas alturas del siglo XXI la fusión de música electrónica con tamboras, bajosextos o trompetas no es un sonido que nos sea extraño, sin embargo, hace más de 3 décadas era casi un sacrilegio unir estos ritmos.
Así lo recuerda Pepe Mogt, alias “Fussible”, DJ y la mitad de Nortec, proyecto musical que está a punto de cumplir 25 años de lograr lo impensable, unir los beats y el norteño.
Para ese entonces, pues si era casi casi un sacrilegio, ¿no? Teníamos una trayectoria en la música electrónica y nos conocían en diferentes lugares por lo que hacíamos – que no tenía nada que ver con el con el sonido regional- pero cuando comenzamos fue así como un shock; incluso para los promotores también. Al principio nos decían que no tocamos Nortec, y había muy pocos grupos que estaban haciendo esas fusiones. Hoy en día, pues ya ha evolucionado, y tenemos el regional mexicano que también que es una mezcla como de hip hop y trap y varias cosas con con ese sonido.
Una Tijuana antes de la violencia
Los inicios de Nortec se resumen en una palabra: Tijuana, tierra en donde encontraron su identidad musical gracias a la llegada de artistas para nada conocidos en ese momento, y que llegaron ya que San Diego, al ser una ciudad conservadora y militar, imponía muchas restricciones a los conciertos.
Ese lugar siete días de la semana, pero imagínense todos los grupos que tocaron ahí, y era de todo tipo de música; estaba Björk antes de que se llamara Björk, cuando se llamaba “Sugarcubes”, y de repente tenías al vocalista de los Sex Pistols tocando, a Nine Inch Nails presentando su álbum en vivo, hasta Nirvana tocó tres veces abriendo, de abridor.
El próximo año, Nortec comenzará su gira de 25 aniversario, comenzando con festivales como el Vive Latino, un escenario que les permite mostrar rolas que reflejan la realidad en la que viven, una de violencia, pero también de esperanza.
Sales y de repente pues están las balas ahí corriendo, entonces uno se tiene que resguardar, ya lo ves por todos lados. Lo que queremos, es una ciudad mejor y ojalá que con nuestra música, pues se pueda sensibilizar. Si podemos contribuir que alguien se inspire a hacer algo artístico, pues creo que eso te puede mantener fuera de no caer en esos focos violentos.
Cambio de paradigmas musicales
Con canciones como “Tijuana Sound Machine” o “Akai 47”, el colectivo busca contribuir a hacer arte en lugar de guerra, así lo contó Ramón Amezcua “Bostich“, la otra mitad del grupo.
De hecho cuando en aquel tiempo, si ponías en internet “Tijuana” aparecían todos los actos violentos y todo lo que sucedía en el Boulevard 2000, pero en cuanto salió el nuestro disco con el mismo nombre, pues lo que salía era el disco de Nortec, que no era nuestra intención decir que Tijuana es cultural y que es una ciudad segura, pero pues gente también volteó a ver que en Tijuana estaba sucediendo algo, en nuestro caso en la música, pero pues hay otros artistas también que estaban aportando a la vida cultural de Tijuana.
En sus conciertos, este colectivo, nominado siete veces al Grammy, acompaña su música con una gran demostración de luces que da lugar a un espectáculo de primer nivel.
Sin embargo, Fussible cree que los conciertos modernos le dan más peso al escenario y no a la música.
“Como que los shows se han ido por la parte de de mucha tecnología audiovisual, eso es lo que siento que lo que ha cambiado. De repente cosas muy, muy malas musicalmente, pero tienen toda esa producción y ya ahora como que importa más eso, como que se ha perdido esa parte de que era pues entrar y romperla con todo”E.
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