Fue la rabia por la injusticia social la que llevó a Villa a levantarse en armas y su fantasma aparece siempre para recordarnos que lo importante es servir al otro, señaló el escritor Paco Ignacio Taibo II en la conmemoración por el aniversario 98 de la muerte de Francisco Villa.
Juan Carlos Valdés
Francisco Villa está enclavado en la memoria colectiva, es un fantasma que aparece siempre para recordarnos que lo importante es estar al servicio del otro, así lo dijo Paco Ignacio Taibo II, director de Fondo de Cultura Económica, en la conmemoración por el 98 aniversario luctuoso del General Francisco Villa.
“Que allí está este fantasma, permanece y es nuestro. Está encarnado y somos muchos más los villistas de lo que parece en este país, que creemos que la razón de ser es el servir al pueblo, es ponerse del lado de los humildes, de los pobres, de los agraviados y eso es la esencia del villismo. Insisto, no se olvide que Villa fue asesinado por servir al pueblo”.
El historiador recordó que Villa con sus “Dorados del Norte” crearon una eficiente máquina de guerra, pero también un sistema puntual de ayuda a los más necesitados.
Recordó que para Villa un maestro de escuela debía ganar tanto como un general:
“Este enrraizamiento en lo popular, no puede ser olvidado. Villa es el furor, la rabia. La rabia brutal de una sociedad que se rebela contra el Porfirismo por razones de sangre.
Villa es el que representa a los asesinados por las acordadas y los rurales, a los campesinos que le robaron las tomas de agua para dárselas al ganado y quitárselas a los chivos de las comunidades campesinas. Villa es el que combate el cúmulo brutal de injusticias que generó el Porfirismo”.
En la ceremonia que tuvo lugar en la explanada del Monumento a la Revolución en la ciudad de México y ante la presencia de la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y otras autoridades, el nieto de Villa, Francisco Villa Campo en nombre de la familia del revolucionario y al frente de la Fundación Visión Villista, entregó un reconocimiento al doctor duranguense José Ramón Enriquez por su labor altruista.
“¡Yo soy uno de los Dorados, de mi general Villa. Tengo diez grados ganados y pronto seré cabecilla!” Francisco Villa