El pasado 22 de junio, la Interpol arrestó a un albañil en el Puerto de Veracruz por el presunto homicidio de una mujer en Texas. Sin embargo, las autoridades lo confundieron.
Georgina Hernández
Eran las 7:30 de la mañana del miércoles 22 de junio, Moisés Álvarez Pérez viajaba en su vehículo junto con cuatro compañeros rumbo a su trabajo de albañil como todos los días, pero nunca llegó.
En el camino un grupo de policías ministeriales adscritos a la Interpol lo detuvo para una revisión del vehículo. ¿El motivo? Un supuesto reporte de robo.
Sin embargo, al revisar su licencia, los elementos lo detuvieron y sin decirle nada lo subieron a una camioneta gris en el Puerto de Veracruz.
Según las autoridades, Moisés contaba con una orden de aprehensión por el presunto asesinato de una mujer en Texas en 2009.
Desde entonces, permanece privado de su libertad en el Reclusorio Sur en la Ciudad de México.
En entrevista para IMER Noticias, Janet Gamboa, su esposa, asegura que la detención es una equivocación porque él nunca ha viajado al extranjero.
Por la falta de recursos, la abogada Patricia Fonseca recibió el caso. Con ella, Janet se enteró que el verdadero responsable del delito es un hombre con los mismos apellidos, pero invertidos: Moisés Pérez Álvarez.
“Ella me notificó que era Moisés Pérez Álvarez y le dije no está equivocada su nombre no es ese. Entonces me pidió junte toda la documentación que tenga, sus papeles del seguro, fotos para demostrar eso”.
La mañanera exhibió su caso
La historia de Moisés estuvo a punto de pasar desapercibida e ignorada como muchas otras más, pero llegó a la conferencia matutina.
Después de alcanzar popularidad nacional, funcionarios de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana se comunicaron con Janet para que pudiera ver a su esposo.
Incluso, el director del Reclusorio Sur se comunicó con ella para ofrecerle una videollamada con su esposo.
A pesar de que unas semanas atrás viajó dos veces a la Ciudad de México y le negaron el ingreso al Reclusorio Sur porque su nombre no aparecía en la lista, sino de la otra persona acusada.
“Ayer, gracias a Dios a todo este movimiento que hubo me hablaron y me dijeron que si quería hacer una videollamada con él. Él estaba llorando muy triste. Para nosotros es algo que no podemos creer que esté pasando”.
El próximo 4 de septiembre cumplirá 50 años, Moisés no sabe leer ni escribir. Según su esposa, es una persona seria que casi no habla porque tiene problemas para comunicarse con fluidez, debido a un trastorno del habla.
De acuerdo con la abogada de oficio Patricia Fonseca, el proceso para desahogar las pruebas tiene un plazo de dos meses. El próximo 20 de agosto, las autoridades podrán determinar si Moisés es o no la persona acusada.
Mientras llega ese día, hoy 28 de julio, Janet podrá ver a su esposo en el Reclusorio Sur y convivir unos minutos con él, después de un mes en prisión.
Pese a las circunstancias, Janet confía en que en este caso habrá justicia y que servirá como ejemplo para aquella gente que no sabe qué hacer.
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