Escucha la entrevista con María Hanneman
María Hanneman, joven prodigio del piano con experiencia en México, Estados Unidos y Europa, se presentará con la Orquesta Sinfónica del Estado de México en el marco de las actividades del Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Carolina López Hidalgo
Imaginemos a una pequeña de tan solo tres años tocando estrellita (música de estrellita) en un piano de juguete. Esa misma niña hoy es una de las mejores pianistas jóvenes de México
María Hannaman encontró en las partituras su vocación, que tomó cause cuando sus padres decidieron inscribirla a clases de piano a los 4 años de edad. Ya adolescente, escarba en su memoria para intentar recrear el momento en el que decidió dedicar su vida a la interpretación de grandes compositores.
“A los tres años me regalaron un piano de juguete y a los cuatro me metieron a clases y desde ese momento dije: ‘esta será mi carrera de toda la vida’ y luego entré al Conservatorio”
Su papá escuchaba música de su época, su mamá estaba más ligada al bolero y al pop, por lo que no hay en su familia un guía musical en la corriente clásica, lo cual no evitó que desde chica asumiera que su camino sería encontrar la riqueza musical de Mozart, Debusy, Mendelssohn y Telemmann.
Su desarrollo educativo se ha dado gracias al apoyo de sus padres, que hoy han decidido acompañar a su hija más allá del Atlántico, a España, donde toma clases con una de las pianistas más importantes a nivel mundial
“Desde el día uno que dije que quería tocar el piano y hace todo esto, mis padres me apoyaron creyeron que no iba a ser para toda la vida, sino una etapa, pero luego se dieron cuenta de todo y me acompañaron a todo, incluso a los viajes”.
María Hanneman, con una joven, pero virtuosa carrera asegura que las mujeres han tenido que luchar lo doble para obtener un lugar en la música, que ella, al igual que las directoras, intérpretes y compositoras trabaja para lograr un cambio en los escenarios en el que sea escuchado y admirado el talento de las mujeres en la música.
Hanneman está enamorada de su quehacer, y es por eso que para continuar con sus estudios ya terminó su preparatoria en Europa, para que a su regreso a México pueda culminar su carrera en el Conservatorio Nacional.
En estos momentos se prepara con los mejores instructores de España, lo cual es un logro más, dadas las circunstancias.
“Para entrar a esta escuela fue muy difícil, un proceso muy largo, fueron días de varios exámenes y sólo había dos plazas y ya había muchos que adicionaron, pero al final si pude”
María, a sus 16 años, se prepara con la intensidad de un atleta de alto rendimiento, dedica más de 8 horas diarias a su “entrenamiento”. Su vida es la música plasmada en el pentagrama y la sonoridad que sale de las teclas del piano.
En un principio estaba tan embelesada por la música que quería abarcar todas las áreas. Ahora con madurez sabe que su verdadera labor es llevar a todas las personas la música de compositores selectos.
A través de su quehacer busca impulsar y contagiar a las niñas y jóvenes a seguir sus sueños a decir basta de la violencia y que tomen la libertad de decidir, de trabajar, de desarrollarse y de defenderse.
De ahí su interés de participar en los conciertos con la Orquesta Sinfónica del Estado de México bajo la dirección de la maestra Grace Echauri, que se llevarán a cabo en el Estado de México los días 3 y 5 de marzo en el marco de las actividades del día internacional de la mujer.
María Hanneman busca mostrar su trabajo y su lucha permanente por la voz de las mujeres.
“Falta más igualdad de género y en un país que pasan muchas cosas, como que matan a 11 mujeres al día, está muy mal. Se puede empezar con un pequeño insulto, con algo emocional, en la calle, en redes y hasta en medios de comunicación. Por eso para mí que soy muy joven, esta oportunidad, representar a las chavas de mi generación en conciertos es muy importante”.
Hasta la fecha, la joven pero experimentada intérprete ha sido galardonada con una veintena de reconocimientos, tanto nacionales como Internacionales, y ha tocado en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, en el Carnegie Hall de Nueva York, así como en festivales de la talla del Cervantino, el FImpro, entre otros más alrededor del mundo.
María Hanneman sigue soñando a lo grande.
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