Los salones de clases están vacíos desde el pasado 20 de marzo, cuando las autoridades federales decretaron la suspensión de actividades por la pandemia provocada por el nuevo coronavirus. A pesar de las limitantes, este 15 de mayo los maestros siguen enseñando.
Adriana Esthela Flores
Las videollamadas han sido la realidad para miles de docentes en todo el país desde el 23 de marzo, cuando inició la suspensión de clases ordenada por la Secretaría de Educación Pública para evitar contagios de Covid-19 en las escuelas.
A partir de entonces, más de 30 millones de alumnas y alumnos así como 1.2 millones de docentes dejaron las aulas y convirtieron sus casas en salones de clase virtuales, a través del programa “Aprende en casa” por televisión y web y herramientas como Zoom, ClassRoom de Google, Facebook, Youtube, WatssApp, entre otras.
En este contexto, maestras y maestros llegarán a la celebración de su día con nuevos desafíos, retos y lecciones de la pandemia. Éstas son algunas de sus voces.
Alberto Cortés. Director de escuela en Puebla

“Hay alumnos que no tienen ni señal de televisión, radio, nada, entonces como zona decidimos elaborar una pequeña libreta donde se anexaran todos los trabajos, lo que ahora se conoce como portafolios de experiencias”, dice Alberto Cortés García, director de la primaria Benito Juárez, en el poblado de Tlaxpanaloya, municipio de Naupan, en la sierra norte de Puebla.
La mayoría de los mil 500 habitantes es indígena. La escuela tiene 143 alumnas y alumnos, seis docentes, una maestra de educación especial y un intendente. Solo entre 30 y 40 estudiantes han logrado conectarse para sus tareas, por lo que el magisterio debe aplicar otras opciones para educar en este poblado, donde la principal actividad es el cultivo de maíz, chile y frijol.
El maestro cuenta que en la comunidad se habilitó el único cibercafé de la zona, que tiene apenas cinco computadoras, para dotar a estudiantes de copias impresas de las lecciones. Además, se exhortó a madres y padres a seguir las tareas impartidas por el programa “Aprende en casa”, transmitido por el Canal 11, pero esta señal de televisión solo llega a las casas mediante sistema de paga.
“Los papás son campesinos y comerciantes y no están en casa o no tienen los recursos necesarios. Un papá me comentó eso: ´Lo que voy a pagar por el servicio de televisión de paga prefiero meterlo en la comida de la semana de mi familia”, destaca Alberto.
En medio de las dificultades, el directivo rescata la experiencia de haber extendido el uso de nuevas tecnologías no solo entre docentes sino entre madres y padres de familia, como le ocurrió con Valeria,
alumna de sexto grado.
“Se le acaba el saldo a la muchachita y la maestra toma la iniciativa de hacerle una recarga y seguir en contacto con ella y cual fue su sorpresa que al regresar, no solo estaba la niña, sino la hermana y la mamá”, indica.
Erika Galván, profesora de secundaria

Docentes de la secundaria número 6 “Centenario de la Constitución”, en Monterrey, Nuevo León, publicaron en Facebook un video para enviar un mensaje a sus estudiantes: “Los extrañamos”.
Entre las maestras de esta escuela ubicada en una de las zonas de alta marginación de la ciudad, está Érika Galván, quien narra parte de cómo han sido las clases virtuales que encabeza tres días por semana. Su conexión a internet inicia a las diez de la mañana (pues estudiantes tienden a desvelarse debido a que han tenido dificultades en adaptarse a la nueva rutina en casa) y el principal reto es encontrar a la mayoría de ellos, pues de su grupo de 27 alumnos, menos de diez tienen acceso a la red.
“No todos los muchachos tienen acceso a las plataformas, porque muchos no tienen ni siquiera en estos momentos para comer, muchos padres se quedaron sin trabajo y muchos tienen teléfono pero no todos tienen datos. No todos tenemos el acceso a los gigas que se necesitan para una conexión buena, si no tienes los datos necesarios se oye como un eco o no se escucha y eso interrumpe la conexión de los demás compañeros y no es tan fácil como suponíamos”, explica.
La profesora tiene que coordinarse con sus capitanes de grupo para que puedan imprimir copias de las lecciones y tratar de hacerlas llegar a sus compañeros. Otra alternativa es que los alumnos descarguen los materiales educativos directamente de la página web de la escuela. Pero las clases a distancia no han sido su único desafío: hay alumnos que enfrentan otras problemáticas, como la que le manifestó uno de sus estudiantes promedio, quien empezó a faltar a las sesiones virtuales y tampoco enviaba sus tareas.
<<De repente no trabaja no hace nada, y se quiere poner a platicar y me dice ´Maestra, ¿Cuánto puede vivir un niño sin comer? ´. Te quedas así ´¿Cómo que sin comer? (Y él contesta) ´Es que mi mamá no tiene trabajo y no he comido en tres días´. Entonces, como maestros, sacamos dinero de nuestro bolsillo y ya platicando con él cuenta que no hay luz ni hay agua, entonces nos organizamos como comunidad escolar y sus mismos compañeros le ayudan, le llevan rollo, comida, jabón, despensa>>, narra Galván.
Jaime Mendoza, asesor educativo

A través de sus videos en Youtube y Facebook, el maestro Jaime Mendoza, mejor conocido como James Uchiha, da consejos a sus más de 300 mil seguidores de todo el país. El docente y asesor educativo publica los videos desde el año 2013 y esta vez, con las clases a distancia, ha recibido dudas y reportes de sus compañeras y compañeros; una de las más recurrentes fue respecto a las presiones de la autoridad educativa para comprobar que las clases continúan.
“Están exigiendo la entrega de evidencias de que realmente están trabajando, entrega de planes de clase, fotografías de que alumnos están trabajando, inscripción a cursos en línea y si no, hay sanciones”,
advirtió.
A esto se sumó que las herramientas para clases virtuales no tuvieron el alcance necesario y que los docentes no contaban con la infraestructura adecuada para la educación a distancia.
“El docente paga su propio internet, debe de tener una computadora, una buena conexión porque hablar de internet acá en México es muy complicado y muchos de ellos la queja es que no tienen el equipo decente para mandar todo lo que se les está pidiendo”, indicó.
Alejandra Brito, integrante Red Mujeres por la Educación

La especialista Alejandra Brito forma parte de la Red de Mujeres por la Educación así como del proyecto “Compas Académicos” que acompaña a un grupo de supervisores y supervisoras de educación básica de la Ciudad de México, Puebla y Oaxaca, para impartir las clases a distancia. El proyecto se aplica en 80 escuelas, con un impacto potencial de más de 40 mil alumnos de preescolar, primaria y secundaria. Para ella, una de las preocupaciones centrales es el efecto de la pandemia en el nivel escolar de las y los estudiantes.
“Vamos a tener, al inicio de clases, niños que a lo mejor entran a un cuarto de primaria pero no todos van a estar al mismo nivel o niños que entran a secundaria con deficiencias importantes y eso va a ser un desafío para ver como tratamos de nivelar a esos niños que se quedaron rezagados y cómo podemos seguir ayudando en el aprendizaje a niños que sí continuaron con apoyo en su casa”, explica.
Sin embargo, Brito resalta que la emergencia sanitaria también dejó experiencias en el sistema educativo donde el 63 por ciento de las escuelas no tiene acceso a internet, según el reporte 2019 del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Ella consideró que todo el aprendizaje tecnológico adquirido durante las clases a distancia, debe aprovecharse.
“Si ya la tenemos aquí, ya hubo quien aprendió a usar estas plataformas, quien exploró el uso de videos en clase, entonces otro desafío es que esto se convierta en fortaleza y lo podamos incorporar de manera cotidiana a la escuela”, puntualizó.
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