Joe Biden es el presidente proyectado de Estados Unidos luego de ganar las elecciones. Con una trayectoria política de 51 años, incluidos dos periodos de vicepresidencia durante el mandato de Barack Obama, contrastan las políticas que propone con algunas acciones que ha impulsado.
Andrés Velázquez
En su tercer intento, Joe Biden por fin logró llegar a la presidencia de Estados Unidos. Con una carrera política de 51 años, 36 de ellos como senador, y tras dos intentos fallidos por ocupar el despacho oval de la Casa Blanca, el exvicepresidente desapareció la posibilidad de que Donald Trump extendiera su mandato por otros cuatro años.
Ahora el demócrata deberá gobernar no sólo para revertir algunas de las decisiones del magnate republicano, sino que deberá hacerlo con una lista de logros y polémicas contrastantes que ha acumulado en su trayectoria como servidor público.
Del gobierno “deportador” al promigrante
De acuerdo con registros oficiales, durante el mandato de Donald Trump, pese a su postura de “cero tolerancia” a la migración irregular, el número de deportaciones es menor a las realizadas en los primeros cuatro años del gobierno de Obama, a quien organizaciones civiles lo calificaron como el “deportador en jefe”.
Años después y de cara a las elecciones, Biden se retractó de las tres millones de deportaciones registradas durante el periodo en que fue vicepresidente y aseguró que fue “un gran error”. Como paliativo, se comprometió a ofrecer un periodo de gracia de 100 días de no expulsiones al comenzar su gobierno. Además, a lo largo de su campaña dijo que revertirá las políticas de Trump que permitieron la polémica separación de menores de sus familias, lo que definió como “una vergüenza nacional”.
Biden se opone a seguir con la construcción del muro en la frontera con México y , en cambio, propone mejorar la infraestructura de control en los puertos de entrada a su país. Asimismo, asegura que presentará al Congreso una reforma migratoria que abra el camino a la ciudadanía a migrantes que han vivido por años en Estados Unidos y restaurar el papel de su nación como lugar seguro para refugiados y solicitantes de asilo.
Violencia de género, una lucha contra una acusación
Durante su trayectoria, Biden se destacó como redactor y promotor de la Ley de Violencia contra las Mujeres, legislación que criminaliza este tipo de violencia y creó recursos sin precedentes para víctimas de agresiones.
En marzo de este año, el papel del demócrata en torno a la violencia contra las mujeres dio un giro inesperado: pasó de condenarla a enfrentar acusasiones de perpetrarla. Tara Reade, quien fuera asistente personal en la oficina del Senado de Joe Biden en los años 90, acusó al excongresista de agresión sexual.
«Me puso contra la pared y puso su cuerpo junto al mío. Separó mis piernas con su codo y dijo ‘quiero tener relaciones contigo’.
Tara Reade
Aunque su equipo de campaña lo negó rotundamente, esta no fue la primera vez que Biden fue señalado por incidentes sexuales, ya que antes varias mujeres dijeron sentirse incómodas por conductas inapropiadas de parte del candidato demócrata. Incluso, luego del surgimiento del movimiento #MeToo, publicó un video donde prometió respetar el espacio personal de la gente.
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«Siempre he pensado en conectar con la gente, dando la mano, poniendo las manos en el hombro, un abrazo, palabras de aliento. Ahora se trata de tomarse fotografías juntos. Las normas sociales han comenzado a cambiar y los límites de proteger el espacio personal se han reiniciado y lo entiendo. Escucho lo que están diciendo y lo entiendo. Estaré mucho más atento, esa es mi responsabilidad, mía, y la cumpliré».
Joe Biden
No a las armas, sí a la guerra
Joe Biden se ha enfrentado a la Asociación Nacional del Rifle y ganó en dos ocasiones. En contra del grupo que aboga por los derechos armamentísticos de la ciudadanía, en 1993 aseguró la aprobación de un proyecto de verificación de antecedentes penales, mientras que en el 94 defendió la prohibición de las armas de asalto y tambores de gran capacidad.
«Es parte del porqué estamos perdiendo el alma de este país y tenemos que conseguirla de vuelta. La Asociación Nacional del Rifle es parte de la razón por la que estamos perdiendo nuestra alma», arremetió en contra de uno de los grupos civiles que son pilares para el Partido Republicano.
En 2013, inició una campaña para explicar la necesidad de reducir la violencia con armas de fuego tras la masacre de la escuela de Connecticut en Virginia, uno de los estados tradicionalmente pro-armas.

Sin embargo, con estas iniciativas contrastan sus posturas sobre las intervenciones militares, ya que en 2001 apoyó la invasión de Afganistán, mientras que en 2003 respaldó la decisión del presidente republicano George Bush de enviar tropas a Irak.
«Ustedes y yo sabemos, y es lo que tenemos que enfrentar, que la única manera de deshacernos de Saddam Hussein es que vamos a terminar lo que iniciamos, por lo que requerimos que tipos uniformados vuelvan a plantarse en el desierto y derroten a este hijo de la… derroten a Saddam».
Joe Biden
Recuperar empleos a la sombra del proteccionismo
La crisis financiera derivada de la pandemia no será la primera a la que Biden hará frente. Su desempeño como vicepresidente resultó vital durante la crisis de 2009, ya que impulsó un proyecto de ley de estímulo que ayudó a estabilizar la economía estadounidense. A pocos meses de iniciado el gobierno de Barack Obama, la tasa de desempleo en Estados Unidos era de alrededor del 10 por ciento. Al finalizar su mandato, la cifra se redujo hasta 4.4 por ciento.
En sus propuestas para fortalecer la economía post pandémica, Biden impulsa un salario mínimo de 15 dólares la hora, terminar con los sueldos bajos, revertir los recortes de impuestos de Trump para los más ricos y no aumentarlos para quienes ganen menos de 400 mil dólares al año.
Sin embargo, la defensa por los empleos de las personas estadounidenses deja entrever aires proteccionistas. Sin olvidar que su ahora vicepresidenta, Kamala Harris, fue una de las entonces senadoras que se opusieron al Tratado México-Estados Unidos-Canadá, el plan económico de Biden propone:
- Devolver las cadenas de suministro críticas a Estados Unidos para no depender de ningún otro país para la producción de bienes críticos en una crisis.
- Una estrategia fiscal y comercial para favorecer a los fabricantes estadounidenses.
- Impulsar la demanda interna de bienes y servicios, a través de las normativas «Comprar Estadounidense» que obligan al gobierno a adquirir en Estados Unidos.

Lo que revertirá de Trump
Con más de 9 millones 344 mil casos y un millón 200 mil muertes, Estados Unidos es hoy el país más afectado por el Covid-19. En medio de estas alarmantes cifras, Donald Trump causó polémica una y otra vez al desestimar la pandemia y promover falsas soluciones alejadas de la ciencia.
En contraste, Joe Biden asegura que es necesario tomar este virus con seriedad, por lo que sus decisiones estarán basadas en el conocimiento científico. Promete un programa nacional de pruebas accesibles y gratuitas, además de revertir la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud, decisión tomada por Trump tras acusarla de ser cómplice de China y culparla por la mala gestión de la pandemia.
Una de sus prioridades desde que fue vicepresidente ha sido el tema de la salud, ya que promovió la Ley del Cuidado de Salud Asequible durante el gobierno del presidente Barack Obama, popularmente conocida como Obamacare, lo que ayudó a los ciudadanos a disminuir las brechas de acceso a cobertura médica. Como presidente, Biden promete defender esta iniciativa ahora amenazada por Trump, además de proponer que los estadounidenses sean elegibles al sistema de salud del Gobierno, Medicare, a partir de los 60 años de edad, en lugar de los actuales 65 años .
En temas ambientales, proyecta una iniciativa gradual que llevaría a los Estados Unidos a una economía de energía 100 por ciento limpia y cero emisiones de carbono para 2050, con una inversión de 2 billones de dólares. Contrario a la política negacionista que Trump encabeza sobre el cambio climático, Biden buscará el retorno de su país al Acuerdo de París, del cual Estados Unidos salió oficialmente el mismo día de la jornada electoral.

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