Con una votación masiva a mano alzada, AMLO consultó a los asistentes sobre la elección directa de jueces, ministros y magistrados.
Adriana Esthela Flores
“A ver, que levanten la mano los que piensan que es mejor que a los ministros los elija —y a los jueces— el presidente y los senadores. Que levanten la mano. Pues no veo a nadie. Que levanten la mano los que consideren que es mejor que los elija el pueblo, a jueces y magistrados Bájenla. Abstenciones, que levanten la mano. No hay abstenciones”.
Una votación a mano alzada entre miles de simpatizantes que avalaron su propuesta de reforma judicial fue el sello del sexto y último informe del presidente Andrés Manuel López Obrador el cual, ante un Zócalo abarrotado, se convirtió en un mitin de despedida.
Desde el escenario frente a Palacio Nacional y ante contingentes de seguidores que le mostraron pancartas, mantas, letreros y carteles con mensajes de agradecimiento y hasta un globo gigante con su figura, el mandatario aseguró que su administración ha sido respetuosa “hasta el extremo” y no ha querido transar con otros poderes para la aprobación de sus reformas.
Por ello, convocó a las y los asistentes a participar en una votación masiva cuyo resultado dedicó al Poder Judicial y al gobierno de Estados Unidos.
“Esto ayuda a entender cuál es el sentimiento del pueblo. Y también para que lo internalicen nuestros vecinos, amigos y vecinos de Estados Unidos, lo digo con todo respeto. Y que no olviden que la democracia en América, en Estados Unidos, comenzó eligiendo a los jueces, que no olviden eso, que en Estados Unidos así comenzó la democracia, eligiendo el pueblo a los jueces. Y si quieren bibliografía, que busquen La democracia en América, de Tocqueville, ahí está cómo se fundó esa gran nación, a partir de la democracia”.
La votación ocurrió casi a las once y media de la mañana, una hora después de que el presidente había iniciado uno de sus últimos actos públicos antes de concluir el sexenio.
En su segundo informe fuera de Palacio Nacional, estuvo arropado por la mandataria electa, Claudia Seinbaum Pardo, gobernadoras y gobernadores, integrantes de su gabinete legal y ampliado, su esposa Beatriz Gutiérrez Müller y sus hijos Ramón, Andrés y Gonzalo, legisladores, compañeros de partido y sobretodo, por sus simpatizantes.
Principales logros
Durante dos horas y cinco minutos, informó lo alcanzado en el sexenio. Una reducción de 5.6 por ciento en la población en situación de pobreza; la federalización del sistema de salud en 23 estados y más de 132 mil millones de pesos para casi tres millones de beneficiarios de “Jóvenes Construyendo el Futuro”.
En energía, prometió que a finales de este año, el país será autosuficiente en gasolina, diésel y turbosina. Asímismo, que el Internet llega a casi el 95.6 por ciento de la población.
En economía, afirmó que México desplazó a China y Canadá para convertirse en el principal socio comercial de Estados Unidos. Agregó que el peso, por primera vez en 50 años, no se ha devaluado; que se han ahorrado dos billones de pesos por el combate a la corrupción, el país subió del lugar 15 al 12 entre las economías globales y que tuvo crecimiento a pesar de la pandemia.
“Aún con la pandemia, esa crisis no se había visto, cuando menos, en el último siglo de nuestra historia esa caída en la economía por la pandemia que afectó a México y al mundo; aún con eso, vamos a terminar el sexenio con un crecimiento promedio del uno por ciento, algo verdaderamente excepcional ante un entorno económico extremadamente difícil en el país y en el mundo”.
En seguridad, afirmó que se redujo 24.8 por ciento la incidencia de delitos del fuero federal, 18 por ciento la de homicidio doloso, 37.6 por ciento en feminicidios y 77 por ciento en secuestro.
Asignaturas pendientes
López Obrador reconoció que el esclarecimiento del caso Ayotzinapa sigue siendo una tarea pendiente.
“Avanzamos en la investigación para encontrar a los jóvenes de Ayotzinapa. Esa es una asignatura pendiente, pero todavía no termino mi mandato como presidente y vamos a seguirlos buscando a los jóvenes”.
Y el presidente también se dio tiempo no solo para respaldar, sino para recordarle a su sucesora varios compromisos pendientes, como terminar el Tren “Insurgente” de Toluca a Santa Fe y construir el proyecto para exponer los murales y una escultura que fueron rescatados del antiguo Centro SCOP, en la Ciudad de México, tras el sismo de 2017.
“Me voy también tranquilo porque a quien entregaré la banda presidencial por mandato del pueblo es una mujer excepcional, experimentada, honesta y, sobre todo, de buenos sentimientos, de buen corazón; afín a los principios fundacionales de nuestro movimiento de transformación y auténtica defensora de la igualdad, de la libertad, de la justicia, de la democracia, de la soberanía: Claudia Sheinbaum Pardo. ¡Presidenta! ¡Presidenta! ¡Presidenta!”
En su mensaje, hubo varios reconocimientos especiales. Al gobierno de Cuba, por la contratación de cinco mil médicos especialistas; a las cadenas comerciales, por mantener el precio de la canasta básica; a las y los migrantes, por el envío de remesas que llegarán, este año, a 65 mil millones de dólares; a las Fuerzas Armadas, por su trabajo en obras públicas y los operativos de seguridad; así como a su esposa por sumarse a la estrategia nacional de lectura.
El inicio de la despedida
A solo 29 días de que termine su ciclo presidencial e inicie su periodo de “jubilación política”, López Obrador afirmó que en su sexenio se sentaron las bases de la transformación. Insistió en que se requiere continuar con una “auténtica democracia” y dejó una misión a quienes apoyan su proyecto.
“Queremos kratos con demos. Democracia —lo hemos dicho varias veces— se compone de dos partes: demos es pueblo, kratos es poder, la democracia es el poder del pueblo. Lo que quieren los oligarcas es kratos sin demos, quieren poder sin pueblo. Al carajo con eso…
“Es indispensable seguir luchando para fortalecer lo alcanzado y continuar construyendo una patria nueva, generosa, eterna. Tengamos presente que la vida es demasiado corta para desperdiciarla en cosas que no valen la pena. Y no olvidemos nunca, jamás, que la felicidad no reside en el dinero, en las posesiones materiales, en los títulos, ni en la fama, ni en la búsqueda del poder por el poder. La felicidad es estar bien con un mismo, con nuestra consciencia y con el prójimo. Por último, gracias, gracias de corazón. ¡Que viva el pueblo de México!”
Después de las 12:30 de la tarde, concluyó el acto que, para muchos obradoristas, fue la antesala de una lenta despedida que se prolongará hasta el último día de septiembre.
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