La Fundación Khalifa Bin Zayed Al Nahym para obras humanitarias de los Emiratos Árabes Unidos donó a la Secretaría de Cultura 550 colecciones de libros en braille.
Julián Vásquez
Magali Arzate es mamá de Amellali, adolescente de 13 años, que desde que es ciega sólo ha podido leer un solo libro. Ella es parte de las más de 2 millones de personas con deficiencia visual en el país que se beneficiarán con la llegada de libros en braille a las bibliotecas públicas del país.
La Secretaría de Cultura recibió 550 colecciones de libros en braille y tinta. Donación de la Fundación Khalifa Bin Zayed Al Nahym para obras humanitarias de los Emiratos Árabes Unidos.
El embajador de la nación asiática, Ahmed Hatem Almenhali, comentó que este apoyo busca impulsar a todos los segmentos de la sociedad independientemente de su sexo, color o religión. Así como tender puentes entre naciones a través de la cultura:
Todo el mundo tiene la plena convicción que la impresión de libros para uso conjunto tanto para inmigrantes, como invidentes es importante para maximizar las oportunidades de participación en el uso de las mismas fuentes de conocimiento. Y una cultura de igualdad e integración entre los diversos grupos de la sociedad. En el acceso a todas las ciencias y los diversos campos.
La colección de libros se llama “La Pandilla del Conocimiento” y consta de 30 volúmenes educativos editados por Constantine Editores. Con la donación de estos 16 mil 500 libros, la Red Nacional de Bibliotecas Públicas pasará de contar de 130 a 420 espacios en braille. Un logro más en el acceso a derechos básicos, dijo la secretaria de cultura Alejandra Frausto:
Todos y todas somos distintos, pero somos iguales en derechos. Y hoy gracias a esta generosa, colaboración cultural estamos recibiendo una colección. Para que las bibliotecas hablen en más lenguas.
Si bien la donación cumple con la tarea de democratizar la lectura, aún queda pendiente la accesibilidad en la educación, menciona Magali:
Y en realidad no hay este tipo de acceso de comunicación. Este libros de texto, por ejemplo, por parte de la SEP llegan incompletos. Y llegan fuera de tiempo para una biblioteca, como mencionaron aquí. Y eso pues la verdad es que no lo hay, no hay este tipo de libros. Los poquitos que puedan haber en tiendas comerciales para débiles visuales y ciegos en realidad son caros.
También queda pendiente la atención a los y las lectoras ciegas adolescentes. Porque como cuenta Amellali, hay muchas historias infantiles adaptadas, pero no las que ella y otras miles de jóvenes quieren leer:
Libros interesantes, como así de adolescentes. Como que el juvenil ahorita que leí fue en la escuela La gramática del amor.