En 1990, México ratificó su compromiso con la niñez a través de la Convención sobre los Derechos de los niños, niñas y adolescentes, que reconoció por primera vez su derecho a la libertad de expresión, a ser escuchados y ser tomados en cuenta. Pero en un mundo donde dominan las voces adultas, hay quienes han optado por hacerse escuchar a través de las instancias legales a las que dirigen peticiones que buscan que se garanticen sus derechos y los de sus compañeros. Algunas de estas luchas han rendido frutos.
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