Más allá de la renovación de seis gubernaturas, las elecciones del 5 de junio obligarán a los partidos a mover sus fichas rumbo al proceso electoral del 2024.
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Por Aura García
Este domingo, seis estados van a renovar su Gubernatura: Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas, Durango y Aguascalientes, con más de 15 millones de habitantes en conjunto, que representan al 12 por ciento de la población en total.
Sin embargo, los resultados de la contienda no se quedan sólo en lo local y estarían marcando el camino de las próximas dos elecciones, así como abriendo la puerta a que se termine de reconfigurar el sistema de partidos en el plano nacional, aseguran expertos.
En específico, para el Doctor en Ciencias Sociales y académico de la UNAM, Abraham Lira, la jornada arrojará luz sobre el futuro del antes partido hegemónico y el fortalecimiento de la nueva fuerza política en el país.
“En materia de prospectiva, lo que suceda hoy en estos seis estados va a determinar mucho el camino de lo que sucederá en el siguiente año en las elecciones del Estado de México y evidentemente en las presidenciales del 2024. Tendremos que esperar para ver como este reacomodo de fuerzas consolida la coalición Va por México o el PRI, de plano, queda fuera del plan político. Y en el caso de Morena, todo parece indicar que va a quedar sumamente fortalecido y sobre todo para tener el camino libre rumbo a las presidenciales”.
Actualmente, el partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador y sus aliados gobiernan en 18 entidades de la República y dos triunfos más igualarían el escenario a la última vez en la que el tricolor tuvo el dominio de las gubernaturas: principios de junio del 2016.
En aquel momento, el PRI era poder en 20 entidades, pero a sólo un sexenio de distancia, el mapa político se ha modificado en su totalidad y el sistema de partidos enfrenta una reordenamiento.
Para el doctor Javier Aparicio, profesor e investigador de la división de Estudios Políticos del CIDE, este cambio radical fue evidente en 2018, pero no se ha detenido desde entonces.
Y pese a su avance por las distintas regiones del país, valora que el nuevo partido mayoritario no ha logrado convertirse en hegemónico, porque se trata de un instituto político joven y en crecimiento, que necesita tiempo para confirmar este lugar, anteriormente ocupado por el PRI a lo largo de más de un siglo.
“Yo sí creo que el sistema de partidos está en una crisis o en una transición importante. Estas cosas van ocurriendo poco a poco, pero para mí de 2018 a la fecha si se ha sentido un terremoto que vale la pena mencionar: Morena ha crecido muy rápido como partido nuevo y le ha quitado fuerza a los partidos tradicionales, sobre todo del PRI pero el PAN tampoco canta mucha victoria. En los números Morena hasta parecería partido hegemónico, pero es un partido joven todavía”.
Asimismo, detalla que Morena necesita pulir sus reglas y consolidar la estructura que ostenta luego de que termine su sexenio López Obrador, quien hasta ahorita es su principal capital político.
¿Oposición fuerte?
En las elecciones de 2021, la oposición compitió en alianza en 11 entidades del país y en ninguna obtuvo el triunfo frente a Morena, aunque en la Ciudad de México sí lograron arrebatarle la mitad de las Alcaldías y evitaron que consiguiera mayoría calificada en el Congreso.
Para los especialistas, este 2022 la alianza tiene la oportunidad de demostrar si puede rendir frutos más allá del legislativo y el centro del país.
De las entidades en juego, Hidalgo es uno de los últimos tres bastiones que conserva el PRI, y el próximo año peleará Coahuila y el Estado de México, pero la votación de esta jornada, advierte Lira, será determinante para que la oposición en conjunto evalúe quién coloca a candidatos y candidatas los próximos dos años.
“Si cada vez pierde más gubernaturas eso quiere decir que su peso a la hora de proponer una candidatura en las elecciones presidenciales del 24 será cada vez menos. Lo obligaría a ir en alianza con el PAN de nuevo y sobre todo podría perder la oportunidad de poner candidatos, sino dejar que la segunda fuerza lo decida”.
Además, Aparicio, experto en partidos políticos, observa que hay alianzas que han funcionado mejor a nivel nacional que local, pues en algunos estados los electores han visto como una contradicción histórica que dos fuerzas rivales se vuelvan una sola.
“Es como si a la ciudadanía le anunciaras que Chivas y América forman un nuevo equipo”
Debacle de uno, ¿esperanza de otro?
Tanto Aparicio como Lira coinciden en que Morena debe una parte de su crecimiento al PRI e incluso atribuyen la caída de este último a que diversos liderazgos han cambiado de partido al encontrar otras oportunidades de crecimiento.
Este fenómeno lo explica así Javier Aparicio:
“Estamos viendo una migración masiva de cuadros políticos, y para mí este crecimiento de Morena de la mano del declive del PRI lo interpreto como que muchos líderes locales del PRI se están pasando a Morena, como una forma de supervivencia. Tan sólo en las candidaturas de las gubernaturas de este año, cuántos son ex priistas, creo que la excepción es Quintana Roo, y se nota más a nivel municipal. Y lo curioso de esto es que el PRI no se había visto así de debilitado, por ejemplo durante los doce años que gobernó el PAN”.
Desde su perspectiva, hasta en Morena hay incertidumbre al menos hasta 2024, cuando de nueva cuenta las fuerzas políticas decidan alinearse a otros intereses y deban jugar sin la figura de AMLO en la presidencia.
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