La empresa Coca Cola-Femsa consideró que el nuevo etiquetado frontal podría tener un impacto de sus operaciones en México, por lo que recurrió a un amparo, mientras que en la ONU celebraron que el país avance en esta estrategia para el combate a la obesidad.
Adriana Flores
El mismo día que la ONU advirtió sobre las estrategias de la industria de alimentos ultraprocesados para socavar los esfuerzos como el etiquetado frontal, Coca Cola-Femsa decidió interponer un amparo en contra de la reforma a la Norma Oficial Mexicana 051 que advierte sobre el alto contenido calórico y de azúcares en los alimentos.
“La compañía no puede asegurar que las acciones legales que tome, tendrán el efecto deseado, o que la reforma no tendrá un impacto material en su negocio y en los resultados de sus operaciones en México”
comunicado de Coca Cola-Femsa enviado a la BMV
La empresa también tiene otro juicio de amparo pendiente en contra de la Ley para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos Sólidos, publicada en junio de 2019 en Oaxaca, la cual prohíbe el uso, venta y distribución de botellas de resina de PET de un sólo uso.
El pasado 27 de marzo se publicaron en el Diario Oficial de la Federación las modificaciones a la NOM 051, que obliga a las empresas mexicanas y extranjeras que comercialicen alimentos y bebidas no alcohólicas en el país a colocar sellos a los productos que tengan exceso de calorías, azúcares, grasas, grasas saturadas y sodio.
A partir del primero de octubre, todos los productos preenvasados deberán contar con estas advertencias; sin embargo, será hasta el primero de diciembre cuando el gobierno inicie las sanciones.
La advertencia de la ONU
Aunque México dio un gran paso con la aprobación del etiquetado frontal de alimentos, la industria continuará realizando acciones para socavar estos esfuerzos, advirtió el relator especial de Naciones Unidad para la Salud 2008-2014, Anand Grover.
En un mensaje especial a México, sobre el etiquetado frontal para combatir la obesidad, el especialista mostró el escenario al que llegan estas medidas: en el país, el 10 por ciento del ingreso familiar se destina a la compra de refrescos azucarados y el 70 por ciento de infantes en comunidades rurales consumen refrescos en el desayuno.
Además detalló que en las últimas dos décadas, la prevalencia de sobrepeso y obesidad entre hombres y mujeres adultos aumentó de 62% en 2000 a 75% en 2018, lo que llevó a alzas en diabetes, hipertensión y enfermedades cardiacas. Por ello, llamó a estar alerta ante las acciones contra el nuevo etiquetado.
“La Industria de alimentos y bebidas desempeñan un papel fundamental en la creciente carga de enfermedades no transmisibles, socavan las regulaciones de etiquetado frontal de advertencia al financiar y publicitar investigaciones sesgadas, establecer grupos de fachada y llevar a cabo litigios costosos y onerosos. El gobierno y la sociedad civil deben estar alerta”
Anand Grover, relator especial de la ONU para la salud
Al respecto, María de Jesús Medina, investigadora de la UNAM, denunció las prácticas que empresas cometen para evitar la aplicación del etiquetado de alimentos.
Entre ellas, están el patrocinio de investigaciones científicas para respaldar su proyecto de negocios; aquellas supuestamente independientes que, al final, realmente no lo son y también las ofertas que hace la industria para suministrar equipo científico a cambio de investigaciones.
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Los ejemplos a la vista
En América Latina además de México, Perú y Chile son el ejemplo sobre cómo el etiquetado reduce la venta de alimentos procesados, coincidieron los especialistas.
En Perú, bajó cinco por ciento la compra de refrescos y 29 % la de galletas. En, 58 % de compradores cambiaron su decisión de compra; entre ellos, 18 por ciento no compró los productos etiquetados.
En Chile, a un año de que se implementó la medida, la venta de chocolates bajó ocho por ciento y la de galletas, 1.2 por ciento. Además, gracias a los sellos, nueve de cada diez personas cambiaron su decisión de compra de alimentos.
La abogada Victoria Fullerton, una de las promotoras del etiquetado, contó el largo e inédito camino de esta lucha en este país y recordó cómo la Asociación de Fabricantes de Chile, una de las principales opositoras a la medida, alertaba sobre las consecuencias de aplicarla.
En México, las empresas tiene como plazo hasta el próximo primero de octubre para colocar en sus productos el nuevo etiquetado frontal donde informen sobre el contenido de sodio, azucares y grasas saturadas o trans en alimentos, como lo establece la Norma Oficial NOM-051. En caso de incumplimiento, las autoridades comenzarán a aplicar sanciones a partir de diciembre.