La Fiesta del Libro y de la Rosa rebasó con creces las expectativas en venta y participación de lectores aseguró la Coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, Rosa Beltrán. Se calcula que pudo triplicar el número de asistentes y de ventas con relación al 2019, el último encuentro presencial antes de la pandemia.
Carolina López Hidalgo
El reencuentro, el abrazo, el intercambio de ideas y la reunión con los libros y sus autores fueron parte de las actividades que se vivieron este fin de semana en el Centro Cultural Universitario.
La Fiesta del Libro y de la Rosa reunió a miles de lectores que convivieron y se reunieron con los escritores a través de más de 150 actividades y exhibición de 320 sellos editoriales, a pesar de contar con menos actividades que en 2019,
“Esta es una fiesta que superó en todos los sentidos expectativas y cifras del 2019. Que se llame feria universitaria del libro o que esto se llame Fiesta del Libro y la rosa no es lo importante, lo importante es lo que el libro nos convoca, nos habla de la necesidad absoluta que tenemos de volver a los libros y a quienes los escriben”. Rosa Beltrán Coordinadora de Difusión Cultural de la Unam
Con la asistencia de más personas, con mayor energía, que muestran sus necesidades de reencontrarse con esta actividades culturales y artísticas La Fiesta del Libro y de la Rosa se convierte en un parteaguas para regresar a apoyar estas acciones y proyectos
“Me imaginaba yo que iba a haber un regreso tumultuoso y extraordinario, pero no tan eufórico ha rebasado todas las expectativas porque habíamos olvidado un poco quizá que la vida de los libros no solamente ocurre en la soledad, en el silencio de las pantallas, sino también en el cuerpo a cuerpo. Los que aquí vienen, son amantes del libro y para nosotros los libros son nuestra vida, son la memoria de lo que fuimos, pero también la proyección de lo que seremos; es poder conversar interminablemente sobre lo que hemos leído sobre lo que vamos a leer”.
Para Rosa Beltrán, coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM su proyecto que tiene como base la postpandemia y postpatriarcado va caminando con el apoyo de sus más de 370 mil alumnos, cuya aportación se apreciará en 5 o 10 años, aseguró que en el caso del postpatriarcado se busca poner el ojo en lo que ha sido la tradición patriarcal en hombre y mujeres, para entender desde donde se ha escrito, se ha cantado, se ha puesto en escena y se ha dirigido, de esta manera la unam se convierte en el espacio idóneo para cuestionar, registrar y evaluar el desarrollo del ser humano
“Me doy cuenta, además de la enorme recepción positiva que ha tenido mi proyecto dentro y fuera de la Universidad, la UNAM es el lugar donde se está haciendo la cultura y donde están haciendo las preguntas que nos importan y donde se está registrando el momento histórico que estamos viviendo”.