Periodistas del país se pronunciaron en contra de las distintas violencias que sufre el periodismo en México. Desde asesinatos por ejercer hasta la precariedad laboral.
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Aura García
Cuando los periodistas son asesinados, son sus propios colegas y amigos quienes acuden a la escena del crimen, retratan el hecho y exponen el caso con la esperanza de que no quede impune.
Eso lo recordó la reportera y corresponsal Gabriela Martínez. Ella radica en Tijuana y se pronunció a distancia como parte de la movilización nacional contra la violencia hacia la prensa.
Frente a la Secretaría de Gobernación, su mensaje se escuchó a través de una bocina telefónica. La comunicadora era amiga de Margarito Martínez, fotoperiodista acribillado a plena luz del día. También conocía a Lourdes Maldonado, reportera atacada en su auto, a unos metros de la puerta de su casa. Ambos en una sola semana.
“Quienes se los llevaron no tenían idea de que patearon un avispero”, alertó. Desde la protesta en la frontera, invitó al gremio a que incluya a la ciudadanía en la demanda de justicia.
Insistió que precisamente es la sociedad, para la que trabajamos todos los días, la que puede ayudarnos a amplificar este mensaje.
“No nos han permitido poder procesar el dolor cuando ya tenemos que estar otra vez en las calles, cubriendo, trabajando y tratando de vigilar que las cosas se hagan bien. Que se investiguen los asesinatos de Mago, nuestro 4-4, y también de Lourdes Maldonado. Para mí, el mensaje principal tiene que ser el de la unión, porque no estamos separados de la sociedad y necesitamos el abrazo y el respaldo sobre todo de la gente”
El peligro de ser periodista en Tijuana
Tijuana es una de las ciudades más peligrosas del mundo no sólo para vivir, sino también para ejercer el periodismo. Cada uno de los comunicadores que allí radica ha tenido que participar en una cobertura de alto impacto. Es decir, de nota roja y/o que implica riesgos.
Así relata Laura Sánchez Ley, periodista de investigación. Ella abandonó su lugar de origen tras haber sido golpeada y amedrentada, resultado de su trabajo de campo en Tijuana.
Tras facilitar la palabra a periodistas locales, aplaude que la presión mediática y social surtiera efecto. Asimismo, anuncia que aún sin garantías y con la desconfianza del proceso a cuestas, fue creada una Fiscalía especial para atender estos crímenes.
“En el caso de Margarito y de Lourdes logramos que la presión mediática, logramos que la gente que preguntó en la conferencia mañanera y que el día de hoy está aquí, se echara para atrás y creara una Fiscalía Especial. Esto nunca había sucedido en el estado de Baja California, así que yo les agradezco su presencia. Necesitamos que nos acuerpen y que la gente sepa lo que estamos haciendo”
¿Qué significa ser mujer y ser periodista?
El escritor y productor independiente Témoris Grecko pone sobre la mesa la doble violencia a la que se enfrentan las mujeres que se dedican a esta profesión. En México, un país feminicida, cada 36 horas una periodista es sujeta de algún tipo de violencia simplemente por hacer su trabajo.
Y no sólo arrojó este dato. Con micrófono en mano, reprochó la inutilidad de mecanismos de protección que, paradójicamente, no protegen de los balazos y no atienden con la suficiente seriedad el riesgo que muchas y muchos padecen.
“Casos como el de Lourdes Maldonado, quien notificó al mecanismo federal y estatal, que temía por su vida, pone en evidencia no sólo la limitada capacidad con la cuentan los estados para reaccionar de forma pronta, efectiva y expedita. Incluso para incorporar las necesidades y contextos diferenciados, sino que visibiliza la falta de una protección integral”
Otras caras de la violencia contra el periodismo
La protesta no terminó allí. Los integrantes del gremio decidieron que, alrededor del memorial improvisado y frente al tendedero de los periodistas asesinados, también era indispensable tratar otras problemáticas que aquejan a los profesionales de la información en todo México.
Juan Pablo Guerrero, de la Asamblea de trabajadores y trabajadoras de los medios contra la precarización “Tenemos que hablar”, acusó que existen empresas que mientras se preocupan por visibilizar este tema en sus noticiarios, al interior no protegen ni siquiera los derechos laborales básicos.
Explotar y someter a jornadas extenuantes también es violencia. Así lo apuntó Guerrero, y desde esta premisa, urgió a los asistentes a garantizar mediante un sindicato posibilidades de vida digna.
“Hacemos un llamado fraterno a todas y todos quienes trabajamos en alguna rama de la industria a formar una organización gremial que vele y defienda nuestros derechos. Construyamos un sindicato de clase que sea herramienta para destruir esquemas nocivos para las y los trabajadores de la comunicación”
Cada una de estas palabras las escuchó con atención Margarita Robles. Ella es una estudiante de pedagogía que se dio cita en la calle Abraham González para defender el periodismo independiente. Dijo que este ejercicio informativo la ha llevado a comprender los mecanismos de corrupción, la fragilidad de las instituciones, los entramados de poder y las consecuencias de diversas problemáticas sociales.
No se mata la verdad matando periodistas
Al filo de las diez de la noche, Margarita Robles y otras personas asistentes centraron su atención en la fachada de una de las Secretarías más relevantes del Gobierno federal. Gobernación fue intervenida con la proyección de la frase: “No se mata la verdad matando periodistas”.
La jornada terminó con la imagen de cientos de medios de comunicación, nacionales y extranjeros, que corrieron a capturar la imagen. Esa que le ayudaría a completar su enlace, a ilustrar su reporte o a salir en la portada.
Hoy, este mensaje es publicado, narrado o transmitido, por las reporteras, camarógrafos, realizadores, fotoperiodistas, redactoras, gestores de redes sociales, conductoras y editores, que aún pueden hacerlo.
Ayer, dos actividades que parecían no tener relación, fueron conjugadas para este fin. Trabajar y manifestarse en 40 ciudades de toda la República Mexicana. De esta manera, cada encabezado, columna, resumen y letra tecleada correrá la voz de que sin periodistas no hay periodismo.
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