Murió a los 94 años José Manuel Caballero Bonald, Premio Cervantes 2012 y uno de los grandes poetas en lengua española contemporáneos.
Carolina López Hidalgo
El poeta José Manuel Caballero Bonald nació en Jerez, España en noviembre de 1926 tuvo en su sangre la influencia cubana de su padre y la francesa de su madre; en su obra se tienen trazos de su vaga vivencia de la Guerra Civil entre Jerez y Sanlúcar, y de la tuberculosis que le llevó a introducirse a la palabra de escritores de la generación 27.
En 1951 Cursó estudios de Filosofía y Letras en las Universidades de Madrid y Sevilla, después se trasladó a Colombia para dar clases de Literatura Española y combinó su labor literaria con la docencia dejando atrás sus sueños de piloto aviador.
“En mis aventuras personales de la época, estudie náutica porque quería parecer a los héroes de las novelas de aventura, esa aspiración Inocente de creer que sí me hacía piloto de la marina mercante iba a vivir Las aventuras de estos personajes de Stevenson y Conrad entre otros”.
José Manuel Caballero Bonald
Fue un autor que perteneció a la generación del 50 junto con Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Blas de Otero, José Agustín Goytisolo, José Ángel Valente, Ángel González, Francisco Brines, María Victoria Atencia, Julia Uceda y Antonio Gamoneda.
Aunque en el 48 publica “Poesía”, para Caballero Bonald su primer libro formal fue “Las adivinaciones” con el que obtuvo diversos reconocimientos, le siguieron “Memorias de poco tiempo”, “Ateneo”, “Las horas muertas”, “El papel del coro” y “Pliegos de cordel”, así como recopilaciones de su trabajo como la hecha por la editorial Visor, titulada ‘Antología personal’.
Para Caballero Bonald, el día y la noche no tenían límites, dejó de presentarse ante el público antes de la pandemia, debido a algunas averías, como él decía, a consecuencia del cáncer de piel, fue un defensor de la lectura para la formación plena del hombre.
“El que lee me parece se salva de la mediocridad, es el que le elige la libertad y por eso me parece que para un escritor sobre todo su biografía personal tan importante son los libros que ha escrito como los que ha leído”.
José Manuel Caballero Bonald
Como novelista, a pesar de su escasa producción, destacan “Dos días de septiembre, “Toda la noche oyeron pasar pájaros”, y “En la casa del padre”, con las que obtuvo muchos reconocimientos, obras que utilizó como una liberación.
“La literatura no es una copia de la realidad sino una versión, una interpretación de la realidad”.
José Manuel Caballero Bonald
Como ensayista abordó diversos temas como la Revolución Cubana, el Flamenco y Cervantes, fue un curioso y aventurero, se introdujo a otras áreas, como las matemáticas y la música con esta última produjo discos: de Flamenco, de Luis Eduardo Aute, Joan Manuel Serrat, María del Mar Bonet, o Vainica Doble. Así le recuerdan Joaquín Sabina y Serrat
En 2004 fue galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, al siguiente año con el Premio Nacional de las Letras Españolas. Fue en el 2012 cuando se hizo acreedor al Premio Cervantes, máximo galardón de las letras españolas, por el conjunto de su obra, una poesía cargada de sus recuerdos.
“La memoria es el factor desencadenante de toda acción literaria; si yo no tuviera memoria, No sabría escribir, no porque carezca de imaginación, sino porque realmente en la memoria está todo lo que yo conozco y todo lo que yo puedo contar de mi vida y de la vida de los demás.
A medida que creó una obra literaria le voy a inventando una realidad”.
José Manuel Caballero Bonald
Fue un profeta en su tierra, creó una fundación que lleva su nombre, con sede en la casa donde nació, es hoy un referente de la literatura y la poética, que apuesta por la nueva creación.
Desencuentros
Esquiva como la noche,
como la mano que te entorpecía,
como la trémula succión
insuficiente de la carne;
esquiva y veloz como la hoja
ensangrentada de un cuchillo,
como los filos de la nieve, como el esperma
que decora el embozo de las sábanas,
como la congoja de un niño
que se esconde para llorar.
Tratas de no saber y sabes
que ya está todo maniatado,
allí
donde pernocta el irascible
lastre del desamor, sombra
partida por olvidos, desdenes,
llave que ya no abre ningún sueño:
La ausencia se aproxima
en sentido contrario al de la espera.