El Instituto Nacional de Antropología e Historia localizó en el barrio de la Lagunilla un muro novohispano de más de un metro de altura.
Carolina López Hidalgo
El Instituto Nacional de Antropología e Historia halló un muro novohispano en el barrio de la Lagunilla en la Ciudad de México.
Después de cinco meses de labores localizaron la estructura de tezontle y basalto pegadas con barro, mientras que los vanos y los tres accesos que se distribuyen a lo largo de él son de cantera.
Para el coordinador del salvamento arqueológico, Juan Carlos Equihua Manrique, las tareas de sustitución de drenaje permitieron bajar a 2.50 metros de la superficie y encontrar estos hallazgos.
Es fundamental que el Instituto siga monitoreando porque vamos conformando una historia que relatan las fuentes para confirmar o desechar lo que se cuenta. Es verdaderamente una maravilla que a 2.50 a 3 metros se encuentre este material casi intacto.
Equihua Manrique explicó que investigarán cuál era la función del muro a partir del propio entorno del hallazgo donde destaca la Parroquia de Santa Catarina, una de las más antiguas de México.
Es un lugar Importante en la historia de Tenochtitlán. Es un área de límite hacia frontera con Tlatelolco, era una zona de mucha de guerra entre Tepanecas, azcapotzalcas y tlatelolcas con Tenochtitlan la historia. No solo es la parte prehispánica, es la parte colonial, la parte histórica y la parte moderna aquí gran parte de los edificios que actualmente están en pie. Pertenecen a finales del siglo 19. Tuvo que haber otras construcciones que las estamos asociando con el muro que tenemos aquí en la calle de Comonfort esquina con República de Honduras
Para la Arqueóloga Claudia Nicolás Careta, encargada de analizar los materiales recuperados por la excavación, muchas de las piezas corresponden a “la fase de transición de los últimos periodos de la ciudad de México-Tenochtitlan y la ciudad virreinal”.
Debajo de uno de los accesos del muro colonial se registró una serie de cajetes de soporte trípode en forma plana, del tipo Azteca IV y colonial temprano. Por el momento, no puede afirmarse que hayan formado parte de una ofrenda. Muchos corresponden a los últimos periodos de Tenochtitlan y a la fase de transición a la ciudad virreinal. Los más abundantes son los recipientes y figurillas cerámicas, pero también hay lítica, como navajillas de obsidiana, clavos constructivos y manos de metate; hueso humano y animal, trabajado en forma de omechicahuaztli.
El muro será preservado en su perímetro con la colocación de una malla de geotextil, sobre el cual se dispondrán capas de grava y tepetate.
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