Hasta ahora, 11 candidatos han declinado por otro partido, ningún aspirante de Morena o el PRD ha declinado por alguien más.
Conoce las cifras de fiscalización del INE sobre los candidatos que han declinado.
Aura García y Montserrat Sánchez
En menos de cinco días, en México se llevarán a cabo las elecciones más grandes de la historia. Y en esta carrera a contrarreloj, 11 candidatos a gubernaturas de ocho entidades han abandonado la contienda para apoyar a un aspirante distinto al de su partido.
Con estas bajas, no sólo se va una opción en las boletas del próximo 6 de junio sino también una inversión de 28 millones 964 mil 599.30 pesos, según revelan los reportes de fiscalización del Instituto Nacional Electoral (INE).
Para el catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, Bernardino Esparza, la declinación de candidatos no solo perjudica a los partidos al dejarlos sin un representante, sino también al ciudadano pie, quien decide participar y le confía su voto a una opción que ya ni siquiera existe.
“En principio, la declinación de los candidatos a favor de otro candidato en los procesos electorales es grave, me parece a mí, porque si están declinando dentro de los 30 días antes de que inicie la jornada electoral, ya no habrá la oportunidad, de acuerdo a la ley, que haya un sustitución de candidato para ese partido. En otras palabras, el día de la jornada electoral, el candidato que declinó, que estaba por un partido político en principio aparecerá en las boletas electorales y si el ciudadano llega a votar por ese candidato a sabiendas de que muy probablemente conozca que haya declinado, pues el escrutinio y voto será nulo en esa parte entonces creo que es el primer elemento que hay que entender, que todo este tipo de declinaciones perjudican por supuesto en principio al partido político”.
En ello coincide la doctora María Eugenia Valdés, académica e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, quien añade que la ley ni siquiera reconoce esta figura de la declinación, por lo que el objetivo de estas medidas es meramente mediático.
La millonaria carrera hacia la nada
De entre los 11 candidatos que hasta el momento han declinado por otro partido, 54% pertenecen a tres partidos recién creados y que compiten por primera vez en unas elecciones: Redes Sociales Progresistas, Partido Encuentro Solidario y Fuerza por México.
Además, la lista incluye a partidos con años de existencia como el PAN, PRI, Movimiento Ciudadano y el Partido Verde.
Hasta ahora, ningún candidato de Morena o el PRD ha declinado por alguien más.
Entre quienes desistieron Irma Lilia Garzón, quien representó al PAN en la contienda estatal por Guerrero, es la candidata que reportó mayor gasto en campaña, con un total de 9.6 millones de pesos. La blanquiazul decidió declinar a favor de Mario Moreno, el candidato del PRI-PRD, aunque en dicha entidad Va por México no concretó desde el inicio la alianza.
Le sigue en segundo lugar Ricardo Bours, quien participó con Movimiento Ciudadano (MC) por la gubernatura de Sonora, y declinó sin el apoyo de su partido a favor de Ernesto Gándara, de la coalición PRI-PAN-PRD. El también empresario reportó gastos por 9 millones 274 mil 61 pesos.
En tercer lugar, la campaña sin concluir más costosa fue la de Graciela Ortiz, candidata del PRI a la gubernatura de Chihuahua. El camino que recorrió hasta declinar por Maru Campos, abanderada de la coalición PAN-PRD, implicó un gasto de 4 millones 222 mil 660 pesos en total.
Chihuahua, a la cabeza en declinaciones
Chihuahua es uno de los estados que destaca porque tres candidatos de los 7 participantes decidieron abandonar la contienda para respaldar a la puntera panista, quien fue vinculada a proceso por presuntamente participar en un esquema de sobornos junto al exgobernador priista César Duarte.
Además de Graciela Ortiz, los otros dos abanderados que dejaron sus aspiraciones a gobernar el estado fueron María Eugenia Baeza, candidata de Redes Sociales Progresistas y el candidato de Fuerza Por México, Alejandro Díaz Villalobos.
El gasto en campaña que reportó Baeza fue de 210 mil 453 pesos mientras que el de Díaz Villalobos alcanzó los 2 millones 365 mil 203.
En total, en la entidad, entre los tres abanderados que tiraron la toalla gastaron más de 6 millones 700 mil pesos.
A última hora
Entre los candidatos que gastaron más de un millón de pesos en campañas que al final abandonaron están Tomás Saucedo y Abraham Sánchez Martínez.
El primero era candidato del Partido Verde a la gubernatura de Sinaloa y decidió declinar a favor del morenista Rubén Rocha Moya, tras gastar 1 millón 465 mil 286 pesos.
En tanto, Sánchez Martínez, fue candidato de Redes Sociales Progresistas (RSP) a la gubernatura de Michoacán, pero se bajó de la contienda y pidió el voto para Alfredo Ramírez Bedolla, abanderado de la coalición Morena-PT que sustituyó a Raúl Morón. Sus gastos ascendieron a 1 millón 214 mil 279 pesos.
Por otro lado, el empresario inmobiliario Jorge Francisco Ojeda, quien contendía por la gubernatura en Baja California de la mano de Fuerza por México, se sumó a la candidatura de Marina del Pilar Ávila de la coalición Juntos Haremos Historia y quien encabeza la intención de voto según diversas encuestas. Hasta que detuvo su campaña, había gastado 231 mil 895 pesos.
En Zacatecas, dos aspirantes abandonaron la pelea: Bibiana Lizardo, del Movimiento Dignidad, quien declinó a favor de la abanderada del PRI-PAN-PRD, Claudia Anaya, y Fernanda Salomé de Redes Sociales Progresistas, quien fue la primera candidata transgénero en México y que al dejar su aspiración pidió el sufragio por el morenista David Monreal.
Lizardo gastó en campaña únicamente 6 mil 54 pesos y Salomé reportó ante las autoridades 241 mil 686 pesos.
Finalmente, en Tlaxcala, Liliana Becerril Rojas, candidata del Partido Encuentro Solidario (PES), y quien gastó 34 mil 320 pesos declinó en favor de Anabell Ávalos Zempoalteca, abanderada del PRI-PAN-PRD, Partido Alianza Ciudadana (PAC) y Partido Socialista (PS) . El anuncio lo hizo antes de terminar el primer debate.
En algunos casos, como éste, la dirigencia nacional del partido se deslindó de la decisión y aseguró no haber sido consultada.
En los siete estados restantes donde se realizarán elecciones a gobernador: Baja California Sur, Campeche, Colima, Nayarit, Nuevo León, San Luis Potosí y Querétaro, hasta el momento no hay registro de que los aspirantes hayan declinado a favor de un contrincante.
El gasto de las campañas fiscalizadas incluye desde la producción de mensajes en radio y televisión, propaganda en medios impresos y la vía pública, hasta anuncios en salas de cine. Ese dinero que las y los candidatos gastaron para promover su imagen, ganar seguidores y, en la recta final, abandonar la carrera.
Lo que significa un golpe a la democracia y a los votantes que depositaron su confianza en ellas y ellos, concluye Bernardino Esparza.
“Desde mi punto de vista creo que sí perjudica a la democracia, porque el candidato que se registró, el que aspiró, participó en un proceso de selección interna del partido político, participó en una candidatura a sus inicios y de la noche a la mañana declina, y eso sin duda perjudica a la democracia porque hay votantes y hay electores que creyeron en ese candidato, y ahí es donde se da esa merma en el sentido que realmente creo yo que sí perjudica a la democracia”.
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