Gabriel Boric llega a la presidencia con una agenda que recoge las demandas que provocaron el estallido social de 2019.
Gabriel Boric será el presidente más joven de Chile.
IMER Noticias
Nueve años después, el líder estudiantil universitario que planteaba la transformación del Estado chileno en un Estado de bienestar se convirtió en presidente: su nombre es Gabriel Boric.
En 2012, cuando fue elegido presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile reconoció que no bastaba con cambios parciales en educación para avanzar en la transformación de Chile. Había que cambiar a fondo, desde la estructura que por años se había mantenido intacta.
El candidato de Apruebo Dignidad, una coalición conformada por partidos y organizaciones de izquierda, hace historia por varias razones: será el presidente más joven en llegar al Palacio de Moneda, ha sido el candidato con más votos y liderará un país que está inmerso en la redacción de una nueva Constitución, que, él mismo prometió en campaña, será incluyente.
Y que lo sepan, vamos a defender el proceso constituyente, estamos orgullosos, estamos orgullosas de que hoy día por primera vez en nuestra historia estamos escribiendo una Constitución democrática, paritaria y con los pueblos originarios de nuestra patria.
Los desafíos que vienen
Una patria dividida. Ese es el desafío que se asoma para Boric. El nuevo presidente electo propone fortalecer el papel del Estado, impulsar reformas sociales y acabar con el sistema privado de pensiones heredado por la dictadura.
Somos unidad. Somos esperanza. Somos más cuando estamos juntos.
Seguimos! pic.twitter.com/66HRlWTvcK— Gabriel Boric Font (@gabrielboric) December 19, 2021
Estos cambios no serán inmediatos, puesto que aún existe un bloque opositor que está arraigado a la política neoliberal y que mantiene lazos ideológicos con el régimen del general Augusto Pinochet. Así lo dice Javiera Arce, politóloga integrante de la red No Sin Mujeres.
Se salvó la democracia, fue un triunfo avasallador. No queda lugar a dudas después de esto. Estamos hablando de un triunfo contundente de la democracia. Son votos de los demócratas de este país y que vamos a defender todo lo avanzado. Va a ser un gobierno difícil porque el Congreso está muy fragmentado, pero tenemos todo por delante para construir.
El país “justo y digno” que Boric promete viene desde su infancia. Cuando tenía nueve años buscó la presidencia de su grupo en la primaria, con una carta en la que prometía “ser un buen presidente”. En aquella ocasión prometió a sus votantes reponer cosas que habían perdido, como lápices y gomas.
La agenda que presenta ahora es distinta. Es una agenda que tomó relevancia en Chile a partir del estallido social de 2019 y que dio origen a la Convención Constituyente, la cual podría concretarse gracias al compromiso que él mismo asumió en campaña. Así lo dice Isabel Castillo, investigadora en la Universidad Católica de Chile y del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social .
Boric también representa una cierta continuidad con ese movimiento que estalla en 2019. Su agenda es bastante similar a muchas de las demandas que se levantaron en ese momento y que luego fueron centrales en la elección de los Constituyente, por lo tanto su elección también implica no un éxito garantizado, pero sí un apoyo al proceso constituyente que está en curso.
Adiós ‘boomers’, hola ‘milenials’
Para Castillo, Boric abre una nueva etapa en la política chilena. Una que tiene la mira puesta en cambios profundos para dejar atrás el modelo neoliberal que tiene endeudados a más de un millón de estudiantes chilenos y con pensiones que apenas alcanzan para una vida digna.
La propuesta de trabajo de Boric está centrada en 53 cambios sustanciales. Corresponde no solo a una agenda progresista, sino a una clase política que se renueva con su llegada al poder y con la que se cierra un ciclo en el que esos puestos correspondían a las élites del país. Así lo dice el periodista Manuel Martínez.
Con él se inicia una generación que toma el poder y que son los ‘milenials’. Entran al gobierno con un joven presidente y la generación ´boomer´ cierra su ciclo. Lo que viene para adelante para Chile por lo menos es un desafío con una savia nueva, con gente nueva, con gente muy diferente, con una izquierda totalmente renovada progresista, donde no hay una sombra de ese pasado que tanto amenazaba la ultraderecha.