Empresas se han aprovechado de recovecos legales para la compraventa de energía, a costa de la infraestructura nacional, señala Mario Morales Vielmas.
Escucha la entrevista completa con Mario Morales Vielmas, de la CFE.
IMER Noticias
La entrega indiscriminada y sin planeación de permisos a empresas privadas para la generación de energía de autoabasto le han generado problemas a México, advierte Mario Morales Vielmas, director de Intermediación de Contratos Legados, de CFE.
En el marco de la discusión por la propuesta de reforma eléctrica, se ha puesto en la mesa el tema del autoabasto, una figura creada en 1992, pero que empezó a expandirse en 2000, con el surgimiento de las primeras empresas y sociedades que generaban su propia electricidad, pero no la consumían ellas mismas, sino que empezaron hacer negocio fuera del margen de la ley.
Ahora, unas 127 centrales solares operan en el mercado mayorista, aprovechándose de la infraestructura del sistema eléctrico nacional.
¿Por qué esto es un problema para el país?
Mario Morales Vielmas da algunos argumentos, entre los que destacan que las empresas están cometiendo un fraude a la nación y que están inyectando energía eléctrica a la red pública sin respetar los lineamientos técnicos.
¿Y por qué lo están haciendo?
Desde 1992, diversas reformas legales abrieron las puertas a la generación de energía para el autoconsumo, se permitieron las sociedades y se establecieron costos muy bajos para el transporte de energía, que incluso se medían en centavos. Esto permitió que proliferaran las empresas, a las que se les entregan permisos sin revisar cómo iban a meter su energía a la red ni en qué cantidades.
¿Qué pasó con las sociedades?
El artículo 36 de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica establece que se deben generar sociedades de autoabastecimiento y que los socios debían generar su propia energía para que fuera consumida por sus empresas; sin embargo, esto se distorsionó porque empezaron a integrarse socios de un dólar, es decir, empresarios que simplemente cumplían con el requisito de la sociedad para realizar la compraventa de energía eléctrica ya no para el autoconsumo, sino para venderla a terceros. El gran problema sigue siendo que utilizan la infraestructura pública para mantener su negocio.
“Es una simulación y nosotros hemos identificado todos los elementos para considerarlo un fraude a la ley”, subraya Morales.
¿Son inversiones ilegales?
En sus propias palabras, la inversión es ilegal desde su origen, pues se simuló una compra de acciones: “Cuando tú le metes a un tercero que no es socio realmente de la propiedad de la central, entonces ya estás haciendo una irregularidad, una ilegalidad que, insisto, es un fraude a la ley, y los mismos artículos 38 y 40 hablan de que no se debe compravender y nosotros hemos encontrado recibos donde hay una relación de compraventa comercial totalmente entre el generador y en este caso el que consume la energía eléctrica. Y utilizan las tarifas similares o las mismas tarifas que tiene la CFE, como tarifas reguladas que emite la CRE”.
¿Alguien vigiló la entrega de permisos?
Se suponía que la Comisión Reguladora de Energía y el Centro Nacional de Control de Energía debían hacerlo. Desde que la Ley de la Industria Eléctrica de 2014 abrió el mercado a los privados para que pudieran instalar sus propias centrales para la producción de energía y el autoabastecimiento, se empezaron a otorgar permisos, pero se hizo sin ninguna limitante técnica, es decir, no hubo análisis técnicos, estudios técnicos de factibilidad, estudios de posibilidades, de que técnicamente esa central se pudiera interconectar al sistema eléctrico nacional.
“En este caso se hicieron autorizaciones de permisos de generación de manera indiscriminada, sin ninguna planeación y eso ha originado una problemática”.
¿Y por qué no se revocaron?
Porque la ley lo ha impedido. El Centro Nacional de Control de Energía dice: ya se le dio el permiso a la empresa y ahora no puedo impedir que su energía entre a la red, no la puedo rechazar.
“Fue una serie de juegos que se implementaron y eso hace que hoy tengamos un sinnúmero de permisos”.
Pero no sólo es la gran cantidad de permisos, sino que existe una amplia generación de energía, por ejemplo eólica en Oaxaca o solar en el norte del país. A la fecha, hay 127 centrales solares que operan en el mercado eléctrico mayorista con 7 mil 726 megawatts.
¿El gobierno debe mantener la rectoría del sector?
En palabras de Morales, sí. “El país que no es responsable de la conducción, de la rectoría del sector energético, es un país que está condenado a tener muchos problemas para toda la sociedad”.
¿Y debe transitar hacia las energías renovables?
La respuesta también es sí, pero hay una condición preponderante: orden. “No estamos ajenos a las necesidades de utilizar las energías renovables, pero tenemos que hacerlo con una transición suave, acorde al movimiento, a la evolución, al desarrollo y al crecimiento de las tecnologías y de nuestro país”.