Nos hace falta Chava Flores, el filósofo de lo cotidiano, el cronista de nuestro desmadre el poeta de nuestra incoherencia.
Asi lo dice Juan Solís, Doctor en Historia del Arte quien nos cuenta como la influencia de Chava Flores fue parte esencial en el ámbito cultural de toda una época, la de 1950 a 1980. El compositor más alla de las letras hizo una radiografía de los hábitos, mitos y costumbres de la ciudad.