Adriana Esthela Flores
Con leyes de bioseguridad laxas en ocho países, que permiten amplias licencias para la operación de agronegocios digitalizados, América Latina se ha convertido en un país “lacayo” para la agricultura 4.0, advirtieron especialistas del grupo ETC (Erosión, Tecnología y Concentración).
Durante un foro virtual organizado por la asociación Rosa Luxemburgo, la investigadora Silvia Ribeiro, directora del grupo en México, señaló que Perú, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Honduras y Guatemala, son naciones que tienen leyes de bioseguridad con restricciones menores a las que se aplican en otros países.
“Es importante señalar que en todo el resto del mundo, no lo hay, es sólo en América Latina y Estados Unidos. Realmente es la región se ha comportado como el caballo de Troya y el lacayo de los agronegocios para bajar la bioseguridad”.
Silvia Ribeiro, investigadora
Al presentar la segunda edición del estudio “La insostenible agricultura 4.0”, como se denomina al uso de herramientas tecnológicas y de datos en este sector, la especialista destacó que la agricultura industrial utiliza 75% de los recursos naturales para proporcionar alimentos a solo el 30% de la población; en contraparte, los cultivos tradicionales utilizan solo el 25 por ciento de recursos para alimentar a la mayoría de la población.
Además, el 75 por ciento de las 30 nuevas enfermedades de la última década fue originado por infecciones de animales a humanos, según la Organización Mundial de la Salud. Ribeiro enfatizó que los grandes criaderos de aves, cerdos y vacunos son detonadores de pandemias, al concentrar la mayor parte del volumen del uso de antibióticos en el mundo.
“El principal factor de resistencia a los antibióticos proviene de este tipo de criaderos industriales. Son fabricas de pandemias”.
Silvia Ribeiro, investigadora
De acuerdo con el estudio, solo cuatro consorcios -Bayer y Monsanto, Dow y DuPont, ChemChina y Syngenta y BASF de Alemania, controlan el 63% del mercado industrial de semillas en el mundo y más del 70% del de pesticidas.
En México, uno de los países donde más se promueve la llamada agricultura 4.0, la industria alimentará está concentrada en pocas manos. Según el estudio, aunque solo 12 por ciento de las empresas de semillas son extranjeras, poseen el 90% del mercado nacional.
Hay cinco empresas ensambladoras de maquinaria agropecuaria y solo tres controlan el 91% del mercado de tractores. Y el mercado de agrotóxicos está en manos de 11 empresas trasnacionales.
Para Verónica Villa, investigadora del Grupo ETC, la pandemia evidenció, con el aumento del uso de equipos como drones y robots así como las tecnologías financieras, que la industria alimentaria es un campo de batalla
“Estamos en un momento de la historia en donde la pelea por acabar de convertir la alimentación en una mercancía es sangrienta.”
Verónica Villa, investigadora
Por ello, la investigadora Silvia Ribeiro insistió en que se requiere una legislación que regule este mercado.