“El espíritu original del T-MEC es una integración geográficamente regional”, subrayó en entrevista la Dra. Aribel Contreras.
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IMER Noticias
Desde hace tiempo, Reino Unido ha expresado interés en negociar un tratado bilateral con Estados Unidos, a la luz de su salida de la Unión Europea. Sin embargo, ese país ha postergado esta solicitud de manera diplomática.
No era prioridad de la agenda del expresidente Trump y, al parecer, tampoco es prioridad para el gobierno de Joe Biden, afirmó en entrevista para IMER Noticias la Dra. Aribel Contreras, coordinadora de la Licenciatura en Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana.
Ahora, el Reino Unido ha planteado la propuesta de sumarse al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Ante esta situación, la especialista dijo que es importante partir de la base de que Reino Unido ya cuenta con un acuerdo bilateral con Canadá. Asimismo, actualmente cuenta con un acuerdo “complementario” con México, que es un brazo extensivo de las preferencias arancelarias cuando ese país aún era miembro de la Unión Europea.
Es “difícil” la incorporación del Reino Unido al T-MEC
Aribel Contreras consideró que es importante reflexionar si esto realmente podría materializarse en un largo plazo.
“Al salir de la Unión Europea, el Reino Unido se dio a la tarea de buscar a socios estratégicos, pero de una manera selectiva, para empezar una negociación bilateral. En su turbulencia política, inició paralelamente ciertas negociaciones para no quedar descobijado’ en el ámbito comercial.”
Dijo que la posibilidad debe ponerse a consideración por parte de los tres países que actualmente conforman el tratado: México, Estados Unidos y Canadá. “De entrada, el espíritu original del T-MEC es una integración geográficamente regional”, subrayó.
Más allá de las inversiones y afinidades económicas, es importante considerar que Reino Unido es un país que está fuera del continente.
“Yo veo que es muy difícil poder cristalizar esta propuesta. Me parece que el camino correcto es que sigan las relaciones bilaterales con cada uno de los tres países. Ya de por sí los miembros del T-MEC tienen muchos retos para agregarle una nueva variable en una crisis sanitaria y un reacomodo geoeconómico. Sería un desacierto total”
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