En el acuerdo alcanzado entre gobierno, IP y sindicatos hay dos opciones: tope de tres meses al pago de utilidades o el promedio de lo recibido en tres años.
Héctor de la Cueva, del CILAS, en entrevista con Paty Betaza.
IMER Noticias
Ponerle un tope de tres meses a las utilidades significaría un retroceso para las personas trabajadoras en el país, opinó Héctor de la Cueva, coordinador del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS).
Entrevistado en el marco del acuerdo alcanzado entre el gobierno de México, los empresarios y los sindicatos para regular el outsourcing y asegurar el pago de utilidades, De la cueva dijo que esta decisión resulta muy conveniente para los empresarios, pues si una empresa obtuvo buenas ganancias durante el año fiscal vería reducido el reparto de sus utilidades.
“Esta es una decisión preocupante porque si bien muchos trabajadores se van a beneficiar en el momento en el que las empresas los reconozcan como sus trabajadores y tendrán derecho al reparto de utilidades, hay que decir que, sin embargo, esto no incrementa las ganancias a repartir, sino que se reparten entre más trabajadores, y el problema es que se rompe un poco el principio constitucional en el sentido de que una empresa en el año fiscal tiene determinadas ganancias y reparte un 10% entre sus trabajadores en función de sus ganancias y ahora se le pone un tope de tres meses, entonces ahí hay un retroceso”.
Ejemplificó que si un trabajador gana 10 mil pesos mensuales, las utilidades que le corresponderían serían de 100 mil pesos; sin embargo, con el tope a tres meses únicamente estaría percibiendo 30 mil pesos de utilidades.
Según el acuerdo alcanzado el lunes, hay otra modalidad para el reparto de utilidades, que consiste en pagar el promedio de lo que ha recibido en los últimos tres años, algo que Héctor de la Cueva también ve preocupante, pues sería perjudicial para los trabajadores.
“Uno de los problemas que hemos vivido es que las empresas a veces no reportan ganancias, es decir, simulan, y si no han repartido utilidades en los últimos años a pesar de tener ganancias entonces el promedio va a ser cero, es decir, sí hay una limitante, sí hay una reducción de derechos desde el momento en el que se planteó un tope en el reparto de utilidades y sí se transforma el principio de repartir el 10% de las ganancias que se obtuvieron gracias al trabajo de los trabajadores”.
Opinó que con esta medida quizá los empresarios estén contentos, pues lo que van a perder con la regulación de la subcontratación, lo van a ganar al no estar obligados a repartir un porcentaje mayor de sus utilidades.
“A una empresa que tenga ganancias extraordinarias no le va a preocupar porque de todas formas sólo va a estar obligada a dar una pequeña parte de esas ganancias a sus trabajadores. Entonces ese cambalache que se está haciendo realmente parece preocupante y perjudicial para los trabajadores”.