Los rebrotes en Nueva Zelanda de COVID-19 provocaron el regreso al confinamiento por tres días, pero los expertos indican que ese tiempo no será suficiente, de acuerdo con Eliana del Rosario Rosero Marín, periodista residente en aquel país.
Nueva Zelanda fue por más de 100 días un oasis donde no se registraban nuevos casos de COVID-19 y su economía se estaba reactivando. Pero en cuestión de días el Gobierno tuvo que tomar medidas drásticas para frenar un rebrote luego de detectarse cuatro nuevos casos.
El país dejó de registrar nuevos casos a mediados de junio. Desde entonces quitaron las restricciones en el número de personas que podían asistir a eventos, activaron el turismo interno y permitieron los vuelos para viajes dentro del país, contó Eliana del Rosario Rosero Marín, comunicadora social y periodista residente en esa nación, en entrevista para la Tercera Emisión de IMER Noticias.
Los neozelandeses estaban planeando permitir los viajes con Australia en las últimas semanas cuando se presentaron cuatro nuevos casos de COVID-19 que, de acuerdo con Rosero Marín, ya fueron controlados. No se sabe cómo se contagiaron, ninguna de las personas enfermas había salido al exterior.
El Gobierno reinstauró el confinamiento en todo el país desde este miércoles y hasta la medianoche del viernes, En Auckland, la más poblada del país con 1.7 millones de habitantes las restricciones fueron más estrictas debido a que fue ahí donde se registraron los rebrotes
Expertos de la Universidad de Auckland estiman que el confinamiento de 3 días no será suficiente y como mínimo permanecerán así entre dos y tres semanas con miras a extenderse por siete semanas.
Una de las nuevas medidas que estableció el Gobierno es el registro obligatorio de todas las personas al ingresar a algún establecimiento por medio de un código QR. Esto se suma a las medidas convencionales, como distanciamiento social de dos metros, permanecer en casa y en caso de presentar síntomas realizarse la prueba.
De acuerdo con la periodista, esta situación ha generado que gran parte de los neozelandeses se sientan inconformes porque habían logrado reactivar su economía, piensan que pudo haber un error por parte del gobierno o las personas no tomaron las medidas necesarias para evitar rebrotes.