El equipo de investigación del proyecto BELIEVE de la Universidad de Granada (UGR) ha determinado las numerosas alteraciones cerebrales que provoca la violencia de género en las mujeres maltratadas, en el que supone el primer estudio de este tipo que se realiza a nivel mundial utilizando técnicas de Resonancia Magnética Estructural con una metodología de ‘cerebro completo’. Los resultados de esta investigación se han publicado en la revista Journal of Interpersonal Violence.
Redacción / IMER Noticias
En entrevista para la Primera Emisión de IMER Noticias la doctora Natalia A. Hidalgo Ruzzante, del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada, España, nos platicó los detalles del proyecto BELIEVE de la Universidad de Granada que ha determinado las numerosas alteraciones cerebrales que provoca la violencia de género en las mujeres maltratadas, en el que supone el primer estudio de este tipo que se realiza a nivel mundial utilizando técnicas de Resonancia Magnética Estructural con una metodología de ‘cerebro completo’.
“Las mujeres que han sufrido violencia tuvieron o tienen una multitud de secuelas, las de la salud mental y la salud física. Pues están bastante documentadas. No tanto, que es lo que ocurre tras las situaciones de violencia en su rendimiento neuropsicológico y en su cerebro, entonces nos proponíamos conocer finalmente si podían existir algunas alteraciones vinculadas con esta violencia y conocer, qué es lo que le estaba ocurriendo al cerebro en completo y no sólo zonas específicas del cerebro como las estudiadas hasta ahora y que eran simplemente las vinculadas con el estrés postraumático, queríamos dar un paso más y conocer el cerebro al completo”.
Doctora Natalia A. Hidalgo Ruzzante, del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación en el CIMCYC de la Universidad de Granada, España
Sobre los hallazgos en estas investigaciones y cómo se realizó este estudio la doctora comentó.
“La línea de investigación es amplia y lo que hacemos es una evaluación completa de las mujeres, es decir valoramos su situación de violencia, su salud mental dentro de la que evidentemente entra el trastorno de estrés postraumático, todo el mapa del funcionamiento cognitivo también lo analizamos y lo evaluamos. Y en este caso también a un grupo de mujeres, lo que hicimos es una resonancia magnética para ver su cerebro que decía. Analizamos 160 regiones de su cerebro y encontramos que con respecto a las mujeres que no han sufrido violencia, hay diferencias en 29 zonas cerebrales, específicamente podemos hablar de nueve zonas o regiones cerebrales en las cuales hay una alteración en el volumen, unas 11 zonas en las cuales encontramos alteraciones en el área y unas cuatro en el grosor cortical. Resumiendo, encontramos diferencias y alteraciones en tanto en áreas como en volumen y como en grosor cortical de 29 regiones, específicamente del subcolateral, áreas temporales frontales, occipital y parietales, es decir en distintas partes del cerebro es lo que encontramos”.
Doctora Natalia A. Hidalgo Ruzzante, del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación en el CIMCYC de la Universidad de Granada, España
Sobre la repercusión de este estudio en la integración de una investigación judicial, Hidalgo Ruzzante señaló la importancia de las pruebas que se aportarían en un juicio después de analizar a las mujeres que sufrieron violencia.
“Para nosotros es muy importante las repercusiones que pueden tener. Evidentemente este caso que nos escribes es interesantísimo porque es la primera vez que en España se hacía un reconocimiento sobre las figuras neuropsicológicas consecuentes de la violencia y como podía realmente cambiar el funcionamiento cognitivo, pero pensamos que es importante empezar a estudiar y empezar a evaluar en el protocolo de evaluación cotidiano a las mujeres supervivientes a violencia de género a hacer una evaluación neuropsicológica porque lo que no se evalúa no se conoce y si no se conoce no se puede rehabilitar, entonces de cara a mejorar la calidad de vida de las mujeres supervivientes y que puedan recuperar esa vida previa esa esa toma decisiones, ese bienestar anterior a su situación de violencia, es necesario trabajar con estas secuelas. Pero, además, es importante reconocer estas secuelas en un juicio, porque podrían ser indemnizadas y también en el terreno de la valoración del testimonio normalmente en los juicios la credibilidad del testimonio de las victimas se hace a través de la coherencia o la concordancia entre distintos testimonios y que se hacen en distintos momentos temporales”.
Doctora Natalia A. Hidalgo Ruzzante, del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación en el CIMCYC de la Universidad de Granada, España
La doctora Natalia A. Hidalgo Ruzzante indicó que este estudio sobre las numerosas alteraciones cerebrales que provoca la violencia de género en las mujeres maltratadas, puede ser vital durante un juicio, ya que a veces las victimas por las lesiones, olvidaban como había sucedido su agresión.
“Sino existe esa coincidencia, es decir si la mujer no es fiel al primer testimonio se interpreta como que puede estar mintiendo, sin embargo la evidencia está demostrando que por un lado tienen secuelas neuropsicológicas importantes en el terreno de la atención, en el terreno de la memoria y por otro lado como es este estudio que estamos publicando ahora, encontramos secuelas, por ejemplo en una zona cerebral concreta que está vinculada entre muchas cosas con la memoria autobiográfica, puede ser que esos cambios en el testimonio realmente sean más cercanos a una consecuencia de la violencia ya que ella esté mintiendo en un juicio. Me parece que las aplicaciones forenses tenemos que destacarlas y tenemos que considerarlas este tipo de evaluación en los juicios”.
Doctora Natalia A. Hidalgo Ruzzante, del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación en el CIMCYC de la Universidad de Granada, España
Sobre como este estudio podría generar nuevas políticas públicas u otros cambios la investigadora señaló que se podría cambiar la realidad todas estas mujeres.
“Entiendo que como en todas las políticas es necesario tener en consideración el conocimiento científico, la evidencia que la ciencia nos está mostrando y tenemos evidencia muy clara. En mujeres supervivientes hay secuelas que no están siendo evaluadas, que no están siendo consideradas y tanto a nivel individual en su vida diaria y a nivel social están teniendo una repercusión, entonces en un primer momento las mujeres supervivientes de violencia necesitan poder denunciar de una manera segura, incluso si no se atreven a denunciar, pues que haya los espacios para que se les pueda hacer una evaluación multidisciplinaria atendiendo su salud mental, su salud neuropsicológica, su salud social para que podamos poner en marcha a través de políticas públicas y gratuitas, programas de rehabilitación de esas secuelas y poder deshacer ese daño que ya no tiene vuelta atrás pero le sigue perjudicando día a día”.
Doctora Natalia A. Hidalgo Ruzzante, del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación en el CIMCYC de la Universidad de Granada, España
Usted puede acceder al trabajo completo (en inglés) en la siguiente liga de la revista Journal of Interpersonal Violence.
https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/0886260520959621