Para Guillermo Arteaga Mac Kinney, colaborador del Laboratorio de Datos contra la Obesidad, la alimentación no es la única causante del sobrepeso y obesidad, sino que se trata de un problema multifactorial, por lo que la solución pasa por incluir varios actores.
El etiquetado frontal entró en vigor este 1 de octubre como una manera del Gobierno mexicano de combatir la obesidad. Pero para Guillermo Arteaga Mac Kinney, colaborador del Laboratorio de Datos contra la Obesidad, esta sola medida no será suficiente para enfrentar un problema de salud que es multifactorial.
El 75.2% de los adultos mayores de 20 años a nivel nacional tienen sobrepeso y obesidad en México, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT). En población de entre 5 y 11 años de edad, hay una prevalencia del 35.6%, mientras que el 38.4% de las personas entre los 12 y 19 presentan este problema.
Tanto la obesidad como el sobrepeso han ido en aumento, por lo que en el nuevo etiquetado se busca ser más claro respecto al exceso de algunos ingredientes o carbohidratos que contienen los productos procesados y bebidas azucaradas. Mac Kinney ve potencial en la medida para disminuir su consumo, pero como toda medida de salud pública, solo hasta que se aplica se puede saber si funciona, dice en entrevista para la Segunda Emisión de IMER Noticias.
En algunos países donde se han establecido etiquetados similares sí ha disminuido el consumo de alimentos con alta densidad energética, fue el caso de Chile.
La nueva medida de advertencia también hará a los consumidores más responsables y conscientes de la importancia que tiene la alimentación en la salud. Un aspecto que para Mac Kinney se ha dejado de lado en beneficio de la conveniencia, facilidad y sabor de la comida. El experto considera que se debe retomar el cocinar en casa.
Sin embargo, la alimentación no es la única causante de sobrepeso y obesidad, se trata de un tema que va más allá de la nutrición. Otro factor que influye es la actividad física, el uso de la tecnología y, menciona el también profesor e investigador de la Universidad de Sonora, la seguridad porque la movilidad de las personas se puede ver restringida.
Las estrategias desde el Laboratorio de Datos contra la Obesidad consideran deberían aplicarse incluyen a varios actores involucrados. Uno de ellos es la industria alimentaria, la cual, necesita mantener su innovación, así como ajustarse a los nuevo tiempos y necesidades.
El segundo son las autoridades, quienes deben fortalecer la vigilancia en la aplicación de normas leyes relacionadas al tema. Mac Kinney dice que lo fundamental es la educación y fomentar el consumo del agua. También se requiere restringir la publicidad de productos chatarra.
Una de las propuestas del investigador es premiar a la gente que se mantenga en su índice de masa corporal adecuado con algún descuento en impuestos. “Alguna situación que motive a la gente por el bolsillo a cuidarse porque a todos nos cuesta el tratamiento de enfermedades”.