La directora del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla reconoció el éxito de diversos ingenieros y científicos mexicanos y agradeció a empresas nacionales y extranjeras por su colaboración para el desarrollo de los ventiladores.
María Elena Álvarez-Buylla, directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), presentó este martes dos modelos de ventiladores médicos para atender a pacientes graves con COVID-19. Al tratarse de un equipo médico de alta calidad y reconocido a nivel mundial, la doctora no descarta la posibilidad de exportarlos a otros países.
En entrevista para la Segunda Emisión de IMER Noticias, la titular del Conacyt habló con orgullo de este desarrollo: “Estos ventiladores nos da soberanía científica, independencia tecnológica. Tiene posibilidades de volverse ejemplar y referente para poder exportar este tipo de equipo”.
Para la doctora, este trabajo se destaca por un diseño de alto nivel internacional. También adelantó que están trabajando en un ejemplar que se convierta en el mejor de su tipo a nivel mundial y será cien por ciento del Estado.
“Estamos articulando a toda la red de centros públicos de investigación que coordina el Conacyt con inclinación tecnológica para hacer un gran sistema estatal de diseño, investigación científica, desarrollo e incluso de producción de equipo estratégico para el pueblo de México” adelantó Álvarez-Buylla.
Los equipos llevan por nombre Ehécatl 4T -dios del viento en Náhuatl- y Gätsi -suspiro en Otomí. Fueron diseñados por miembros del Conacyt de la mano con otros centro públicos de investigación y cuentan con patente.
Con este proyecto también se logró retener talento mexicano. Fue el caso de microempresa Dydetec, conformada por jóvenes, que antes de involucrarse en el diseño de Gätsi estaban a punto ser seleccionados por una empresa en el Reino Unido para realizar un trabajo similar al que hicieron en México.
“Estuvimos a tiempo de colaborar con ellos”, relató Álvarez-Buylla. Dydetec trabajó con el Cidesi, centro público de investigación que pertenece al Conacyt, para “revisar la ingeniería, hacer la transferencia, un proceso arduo y difícil, y el escalamiento”.
Tomó cinco meses elaborar los ventiladores, tiempo récord considerando que el promedio es de tres a cinco años por tratarse de un equipo médico de alta complejidad cuya seguridad biomédica debe comprobarse.