La desinformación y la desconfianza hacia las autoridades han provocado que los pobladores no acudan a los puntos de vacunación.
Isabel Velázquez, en entrevista con Bianca Carretto.
IMER Noticias
En comunidades indígenas de la montaña de Guerrero, los pobladores no están respondiendo al llamado para aplicarse la vacuna contra la covid-19 y el proceso se realiza de forma lenta y pausada.
La fotógrafa Isabel Velázquez, que cubre temas de derechos humanos, ha atestiguado que, por ejemplo en Malinaltepec, esta enfermedad viral no está aceptada como tal entre los pobladores, quienes ven a la fiebre o a la diarrea como malestares comunes.
“Por ejemplo en Malinaltepec el alcalde decía que tenían un registro de 30 fallecidos, pero si comparamos la cifra de 30 fallecidos por los habitantes que tienen allí, prácticamente eso es un porcentaje muy cercano a lo que nosotros tenemos en la Ciudad de México; además, asombra ver cuántos moños negros hay en las casas de personas fallecidas. Entonces no hay un registro exacto porque morir por diarrea o por calentura es algo muy común y la enfermedad (covid-19) no se tiene del todo aceptada”.
Además ha visto que existe desconfianza hacia la clase gobernante y la información que hay sobre la pandemia no está traducida a su lengua materna.
“Además de la desinformación, creo que lo principal es la desconfianza que existe hacia el gobierno, porque se ha tenido una situación en donde a esa región nunca llega nada, cuesta mucho trabajo para que lleguen los apoyos, y ahorita hasta extraño, es de sorprender, que llegue una vacuna que en este momento está siendo muy codiciada no sólo en las ciudades, sino en el mundo entero”.
Isabel Velázquez, colaboradora de Amapola Periodismo Transgresor y Pie de Página, explica que las autoridades tampoco han tenido un acercamiento a las asambleas de los pueblos para explicarles cómo sería el proceso de vacunación.
Lo que ha visto es que el personal encargado de aplicar las vacunas tienen jornadas muy largas porque esperan a que lleguen las personas a los puntos de vacunación, pero estos van llegando a cuentagotas.
“Ha sido una situación compleja que ha costado trabajo y a cuentagotas van llegando a las personas; en un principio había tres puntos de vacunación, pero la semana pasada se decidieron cerrar dos”.