Después de la firma de los acuerdos de paz con la FARC, han sido asesinadas 442 personas, la mayoría comunitarias y defensoras de DDHH, así como 200 desmovilizadas de la FARC y 200 indígenas.
IMER Noticias
Al menos nueve jóvenes fueron masacrados por desconocidos en el departamento colombiano de Nariño, fronterizo con Ecuador, tan solo días después de que cinco adolescentes fueron asesinados en otra matanza en Cali, principal ciudad del suroeste del país.
José Navia Lame, cronista, periodista freelance y colaborador en medios impresos como Soho y Malpensante, docente del Programa de Periodismo de la Universidad del Rosario, de Bogotá y autor del libro “La Fuerza del Ombligo”, comentó que si bien hubo un receso durante los procesos de negociación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el país ha vivido en situación de conflicto desde hace mucho tiempo.
Después de la firma de los acuerdos de paz con la FARC, han sido asesinadas 442 personas, la mayoría comunitarias y defensoras de DDHH, así como 200 desmovilizadas de la FARC y 200 indígenas.
Mencionó que hasta el día de ayer no existían mayores avances en las investigaciones, así como sucede en otras zonas apartadas de los centros urbanos. Se hablaba de dos personas capturadas pero por porte ilegal de armas, por lo que no pueden ser vinculadas directamente con la masacre ocurrida en Samaniego.
Navia Lame dijo que hay un panorama bastante confuso en algunas zonas, especialmente en las del Catatumbo, con límites con Venezuela, y en el suroccidente del país, con límites con Ecuador y hacia el Pacífico, especialmente el departamento del Cauca y de Nariño. También mencionó que ha habido una proliferación y rearme de grupos de todo tipo, como sucede con el Ejército de Liberación Nacional.
Respecto a los puntos de coincidencia que pudieran existir entre los temas de las masacres y el proceso donde las FARC están compareciendo acerca del reclutamiento y utilización de niñas y niños en el conflicto armado, mencionó que las masacres han sido de diferente tipo y, aunque están ubicadas en zonas que han sido de conflicto los últimos años, tienen un origen diferente.
En el barrio donde ocurrió la masacre de los niños en Cali viven personas que pertenecieron a grupos armados, pero que fueron desplazadas de zonas de conflicto o por catástrofes naturales. Son víctimas de reclutamientos: en otra época, por las FARC y ahora por nuevos grupos, como el ELN o bandas vinculadas con el narcotráfico. En otras zonas se encuentran, como comentó Navia Lame, “las disidencias de la FARC”: quienes no entraron en negociación con el gobierno, o quienes fueron guerrilleros pero se retiraron.
Comentó que la población civil está en medio del conflicto; en medio de grupos que se disputan territorios, los utilizan para reclutarlos y los asesinan si no sirven a sus intereses. Las zonas periféricas votaron por el “sí” en el plebiscito por los acuerdos de paz con las FARC. En cambio, zonas del centro del país, que no han sido afectadas directamente por el conflicto, votaron por el “no”. Asimismo, mencionó que se comprobó que hubo manipulaciones frente al miedo de la gente para inducir dicho voto.
Finalmente, con respecto al papel de los medios de comunicación, dijo que se ha hablado del tema sin investigación de por medio, utilizando elementos que estigmatizan a la población y que generalizan el conflicto; que periodistas reproducen discursos que desvirtúan el origen de las masacres, lo cual es un error y debe corregirse.
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