Por primera vez en la historia de México, las y los ciudadanos decidieron en las urnas la permanencia en el cargo de un presidente.
Por Perla Miranda
En la tradición cristiana, el domingo de ramos simboliza la renovación de fe y es así como inicia la Semana Santa. Esta celebración no es única de México, sin embargo, lo que sí fue exclusivo de nuestro país fue el primer ejercicio de revocación de mandato.
Mediante este ejercicio democrático, los ciudadanos decidirían renovar su voto de confianza hacia el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. O por el contrario, revocarlo.
¡El pueblo pone y el pueblo quita! Así dijo el mandatario tras anular su voto al escribir en la boleta “Viva Zapata”. Entre porras, batucada y el son de mariachi pidió a los mexicanos contribuir con la democracia, pero ¿Cómo respondió la ciudadanía?
Iztapalapa: entre el deber civil y el religioso
María Luisa nació en el Barrio de San Pablo en Iztapalapa, hace 47 años. Desde niña sube a la azotea de su casa para ver a Cristo en su camino al Cerro de la Estrella para ser crucificado, en la representación que cada año se hace en la alcaldía.
Ayer, el domingo de Ramos fue a puerta cerrada, aún así se levantó a las seis de la mañana para ir a la iglesia de la Cuevita antes de que se restringiera el acceso y compró su palma, eran poco más de las ocho de la mañana y ya había cumplido con su deber cristiano. Pero le faltaba otro por cumplir, el de ciudadana, así que con palma en mano y un kilo de tortillas bajo el brazo, llegó a la calle de Ayuntamiento, justo a un costado del templete donde se escenifica la primera caída de Jesús, para participar en la revocación de mandato y ejercer su derecho.
“Todos tenemos derecho a decir lo que sentimos y deseamos, lo que esperamos del gobierno y de la gente que está alrededor del presidente. Vemos que él está dando lo mejor de sí, ha hecho muchas cosas buenas, si sus trabajadores se ponen las pilas vamos a salir adelante. Somos gente pensante, si queremos beneficios tenemos que expresarlo, no hay que pensarlo mucho, para qué criticar si no se hace nada, si no se vota, no se participa, hay que dar nuestro mejor ejemplo”.
Celebración religiosa
El tronido de cohetones anunció la llegada de Jesucristo al Barrio de San Ignacio, los vecinos se instalaron en las banquetas y fue difícil apreciar los murales de la calle Pachicalco, así como las cartulinas pegadas que indicaban en dónde estaba la casilla para las secciones 2029 a 2049. Casi en el entronque con el eje seis, una lona con una flecha rosa invitaba a los vecinos a votar en la revocación de mandato.
Pablo Bobadilla vive a unas cuadras, en su bicicleta llevaba su palma bendecida y un folleto con información del ejercicio democrático. Para él, salir votar es demostrar que los ciudadanos tienen el poder de destituir a los gobernantes que no cumplen con su deber, aunque enfatizó no ocultó su interés porque López Obrador permanezca en su cargo.
“Estoy aquí, mostrando mi apoyo al presidente. Es importante participar porque así se da cuenta, si el presidente no sirve, va para atrás, ya dejó establecido algo que no ejercíamos y la gente va a poder pedir esta consulta. Es importante venir y demostrar el apoyo, aquí se debe ver que no está solo y porque es nuestra única manera de dar nuestro punto de vista sobre el gobierno”.
En los barrios de Asunción y San Lucas la participación también fue constante, además de que aproximadamente en cada cuadra había listas nominales colgadas de alambres para que los vecinos pudieran revisar en qué casilla podían emitir su voto y si alguien hojeaba el documento, no faltaba quien se acercara para orientar.
Ricardo Bautista y Silvia Reyes llegaron al parque que está en el callejón de Victoria para votar, ambos consideraron que la revocación de mandato es un hecho histórico que le da poder a los mexicanos y que la única forma de cambiar al país es participando. Luego de presumir su pulgar marcado de tinta negra, la pareja se dirigió a la iglesia de la Cuevita con esperanza de ver aunque sea de lejos la procesión de Domingo de Ramos.
Benito Juárez y Miguel Hidalgo, poca afluencia y presencia de vecinos vigilantes
A las 08:30, los funcionarios de la casilla de Monte Albán 71, en la Benito Juárez estaban listos para recibir a los interesados en participar en la consulta de revocación de mandato, pasaron dos horas, tres, cuatro y aún no había boletas en las urnas.
Cerca de las 17:00 horas, Ernesto Santillán, vecino de la Narvarte Oriente, llegó acompañado de su papá. Decidió votar porque está a favor de que el presidente Andrés Manuel López Obrador continúe su mandato y porque está convencido de que la participación ciudadana es fundamental para que haya democracia en el país.
“Quiero que siga la revocación de mandato. Tenemos la decisión de si no nos gusta algo, cambiarlo. Por eso hay que votar: si no quieren que siga, que vengan, o si quieren que se mantenga, porque será la única forma de saberlo y hacerle saber al gobierno lo que pensamos de lo que han hecho, si han fallado o lo han hecho bien”.
Poco después de mediodía llegaron los primeros votantes. Se trató de personas adultas mayores que afirmaron que era su deber participar, aunque sus hijos y nietos no pensaran de la misma forma. A las 3 de la tarde el movimiento fue continuo, de acuerdo con el funcionario de casilla, Carlos Baeza. Resaltó que alrededor de 70% de quienes acudieron a votar, fueron personas mayores de 60 años.
Sonia Vega vive exactamente a un lado de esta casilla, pero salió a votar hasta las 17:45. No estaba segura de participar, pero al final optó por manifestar que ha perdido la confianza en el mandatario, al igual que su familia.
Miguel Hidalgo
En la alcaldía Miguel Hidalgo la participación no fue mayor. En un preescolar que se ubica entre Arquímides y Ejército Nacional no hubo más de treinta votantes. Entre ellos se encuentra el vecino Héctor Moreno, que participó en la consulta de revocación, pero únicamente para anular su voto. No cree que el ejercicio sea realmente un aliciente para la democracia.
“Estoy en contra de la revocación porque considero que los recursos empleados se pudieron usar para la adquisición de medicamentos. Además pienso que es una artimañana más del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para distraer a la población de temas que son más importantes como la inseguridad. No se tuvo que haber llevado a cabo”.
Segundos antes de que cerrara la casilla, una camioneta gris, de la que colgaba una lona con la leyenda “Vecino vigilante” se estacionó casi enfrente. De ésta bajó una joven que vestía pantalón de mezclilla, playera blanca y gorra negra para preguntar si todo estaba en orden. Un funcionario de casilla explicó que la participación no fue mayor al 15% y que estaban cerca de comenzar con el conteo de votos.
La mujer, que prefirió mantener el anonimato, explicó que en diversas colonias se formaron grupos vecinales para vigilar que no hubiera malas prácticas en el conteo de votos. También resaltó que no emitió su voto porque la consulta de revocación no es algo por lo que sienta afinidad.
“Estamos reunidos para cuidar el voto. Hemos visto que el equipo de Morena ha llevado gente en carros, taxis para votar. Entonces venimos como vecinos vigilantes para ver que todo lo que se está viviendo hoy sea legal y no sea como todo lo que hemos vivido y que no haya democracia. Estamos aquí para cuidar la democracia”.

¿Cómo llegamos aquí? El largo camino de la revocación de mandato