Estas son las claves para entender qué proponía la reforma original, el Plan B y el nuevo Plan C del presidente para modificar las funciones y atribuciones del Instituto Nacional Electoral.
Fabián Vega
El presidente Andrés Manuel López Obrador no dará marcha atrás para sacar adelante su proyecto de transformación en el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral.
Para ello, el presidente anunció un “plan C” que, según él, no podrá ser descartado porque consiste en la gente y recalcó que esto no ha temrinado.
¿Qué propone el nuevo “Plan C”?
El plan C del presidente Andrés Manuel López Obrador consiste en que la gente no vaya a votar por los conservadores. Durante su conferencia matutina para que siga su transformación en todas las instituciones.
“Ese es el plan C. Ese ya lo aplicamos en el 2018. Fue el pueblo el que dijo: ‘basta’, y se inició la transformación, acabar con la corrupción, que es el principal problema del país. Y hemos avanzado muchísimo limpiando de corrupción al gobierno de arriba para abajo, como se limpian las escalera.
Hay un auténtico Estado de derecho, no como antes, que lo que había era un Estado de chueco, una república simulada, donde una minoría era la que mandaba en México. ¿Cuándo se había visto que le rechazaran en la cámara, en el Poder Judicial, en la Suprema Corte una ley al presidente?”
¿Qué proponía el “Plan B”?
Esta segunda propuesta apostó por modificar únicamente leyes secundarias. Para lo que solo requerían el 50 por ciento más uno de los votos para llevar a cabo cualquier cambio.
El segundo intento del Ejecutivo para reestructurar el INE contemplaba más de 400 artículos y puestos de trabajo a modificar o eliminar:
- Reorganización y delimitación de las tareas administrativas del INE y de los Organismos Públicos Locales (OPLEs). Lo que garantizaría un ahorro de 3 mil millones de pesos anuales.
- Eliminación de la transferencia de votos a partidos en riesgo de perder su registro (vida eterna a los partidos).
- Regulación del sueldo de los consejeros electorales para impedir que ganen más que el presidente.
- El cómputo de votos iniciaría desde las 18 HRS el día de la elección (haciendo innecesario el Programa de Resultados Electorales Preliminares [PREP]).
- Se permitiría que las personas en prisión preventiva votaran.
- Se limitarían las interpretaciones en lo que respecta a propaganda y las sanciones que emite el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
- Sustitución de alrededor de 300 juntas distritales por una oficina. Las juntas tenían por función preparar, organizar y llevar a cabo elecciones y contemplan a 262 funcionarios electorales.
- Recorte de 1 mil 500 plazas del Servicio Profesional Electoral Nacional.
- Eliminación de la Junta General Ejecutiva (JGE) a cargo de Edmundo Jacobo Molina.
- Revisión de los tabuladores salariales del personal.
Y la reforma de cuatro leyes:
- Ley General de Instituciones y Procedimiento Electorales.
- General de Partidos Políticos.
- Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
- General de los Medios de Impugnación en Materia Electoral.
El Plan B también contemplaba crear una Comisión de Administración con cinco consejeros.
Luego de ser frenado y suspendido el pasado viernes por la SCJN, el presidente adelantó que en el siguiente paquete buscarán dejar fuera de la votación a la oposición, para asegurar la continuidad de la Cuarta Transformación.
¿En qué consistía la reforma electoral original?
La reforma original “Plan A” intentaba intervenir directamente la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Por lo que requería que dos terceras partes de los votos fueran a favor.
Los cambios consistían en:
- La transformación del INE en INEC (Instituto Nacional Electoral y de Consultas).
- Reducción de 500 a 300 diputados.
- Reducción de 128 a 96 senadores.
- La propuesta de los consejeros y magistrados del TEPJF quedaría a cargo de los tres poderes de la unión. Sujetos también a votación popular de la ciudadanía.
- Reducción de once a siete el número de integrantes del Consejo General del INE.
- Reducción del financiamiento y tiempos para campañas políticas y propaganda de los partidos.
- Modificación para volver vinculante a cualquier consulta popular con el 30 por ciento de participación.
- Eliminación de órganos electorales estatales.
- Implementación del voto electrónico en todos los procesos electorales a nivel nacional.
Al no contar con las dos terceras partes del voto en la Cámara de Senadores, esta iniciativa de reforma del presidente fue frenada desde la Cámara Alta.
Cabe destacar que para aprobarse el “Plan C” solo requería de la mayoría simple y fue aprobado por la vía rápida con 261 votos a favor y 216 en contra. Esto sin contar los votos de partidos de oposición. Cuyos integrantes abandonaron el pleno del Congreso a media votación.
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