La delantera debutó con el equipo femenil de Villa San Carlos, con la playera número 7.
Escucha la historia de Mara Gómez y su visión sobre el futbol
Nayeli Valencia
El número siete persigue a la futbolista Mara Gómez. Nació el siete de marzo de 1997, en el campo su espalda porta un 7, debutó un día siete y en ese mismo partido su equipo perdió 7-1.
Apenas habían transcurrido nueve minutos cuando su equipo, el Villa San Carlos, ya ganaba 1-0. Pero ese fue el único gol que las villeras pudieron marcar esa tarde. Lanús descontó al minuto 19 y lo volvió a hacer al 23. En la segunda mitad sumó cinco goles más.
La derrota fue lo de menos. Mara se había llevado un triunfo que nadie repetirá jamás: se convirtió en la primera futbolista transgénero profesional de Argentina.
«Ese día de mi debut nosotras salimos a ganar el partido, pero en particular salí a la cancha a disfrutar del momento, estuvimos enforradas por la cuarentena por esto de la pandemia, era demasiado difícil no poder hacer futbol, con mucho estrés, con muchas altas y bajas. Ese día lo único que hice fue disfrutar el momento, más que el resultado creo que ese día ganamos ambos equipos porque ellas se llevaron los puntos y nosotras nos llevamos la primera inclusión a nivel mundial en un equipo de primera división.»
#Primera 🇧🇼 | ALTAS ⚽
La delantera Mara Gómez, de último paso en AFI Las Malvinas de la #LigaAmateurPlatense, se convirtió en el segundo refuerzo de #VillaSanCarlos. pic.twitter.com/Hh1pGSCr0M
— Villa San Carlos Femenino (@VSCFem) January 6, 2020
Aunque Lanús rompió una racha de partidos sin ganar, tampoco pudo pasar por alto la verdadera victoria de ese día; al finalizar el partido, el equipo entregó a Mara una playera con su nombre y el número 10.
Pero para que esa playera pudiera estamparse, ocho años antes tuvo que ocurrir un evento que sería clave para la vida y la carrera de Mara Gómez.
9 de mayo de 2012. El Senado en Argentina aprobó la Ley de Identidad de Género que permitió a las personas registrarse con su nombre, foto e identidad de género autopercibida y garantizó el acceso a tratamientos de salud si quisieran modificar su cuerpo.
En ese entonces, Mara Gómez, quien legalmente aún no era Mara, tenía 15 años y una doble vida a la que había sido orillada. Pero pronto conocería el fútbol.
«Fue en la adolescencia cuando yo tenía 15 años, estaba transitando un proceso de cambio con mi autoestima, autopercepción, un montón de miedos de qué iba a ser de mi vida futuro, un montón de cuestiones personales en el cual yo estaba psicológicamente y emocionalmente vulnerable. […] Mi familia de a poco se iba enterando, fuera de casa era Mara y adentro seguía siendo el nene de mamá hasta que un día llegó el momento en que ella me pregunta qué era lo que me gustaba y le tuve que confesar que realmente quería ser una mujer.
«Gracias al futbol pude empezar a superar un montón de cuestiones que en la adolescencia intenté suicidarme varias veces y en la adolescencia el futbol lo tomé como una terapia y pude sobrellevar el día a día, era como una anestesia el futbol para mí, más allá de que no sabía practicarlo porque era nueva en el deporte pero me hacía bien y lo disfrutaba.»
Fue una vecina quien la invitó a jugar en una cancha frente a su casa. Allí afuera, Mara era otra persona, pero un día llegó el momento en que tuvo que ser Mara Gómez dentro y fuera del terreno de juego.
Con el apoyo de su familia, 18 años cumplidos y un documento que por fin la reconocía como era, estuvo lista para hacer frente a los rechazos de los equipos y a ser obligada a usar baños para personas discapacitadas.
«Marcó un antes y un después cuando recibí mi documento con el cambio de género y cambio de nombre, me dio más seguridad, me sentí una persona más libre que sabía a cualquier lugar me iban a respetar por lo que decía mi documento que es como yo me sentía y me siento. […] Gracias a mi familia puedo decir que hoy soy Mara Gómez, que hoy soy jugadora de futbol, que hoy estoy a punto de recibirme de enfermera profesional y que hoy tengo una vida diferente y mi familia cumplió un rol muy importante para que pudiera darse.»
Las desigualdades en el futbol
Como Mara Gómez, hace 50 años las futbolistas argentinas y las de varios países también hicieron historia. En 1971, México fue sede de un Mundial no oficial que ni siquiera contó con apoyo económico de sus selecciones o uniformes.
Después de medio siglo, las cosas han avanzado, pero no lo suficiente. Aunque en marzo de 2019 se creó la Liga Profesional de Fútbol Femenino en Argentina, hoy las futbolistas todavía no pueden vivir de ese deporte.
«Una jugadora de fútbol de Primera División no puede vivir de lo que cobra primero porque los contratos no son completos es decir no solamente son 8 contratos para cada equipo cuando en realidad la cancha entran once jugadoras cuando un plantel este integrado por más de 20 jugadoras. Así que por ende la mayoría tenemos que trabajar tenemos que estudiar tenemos que ir a entrenar, tenemos que jugar, es un poco difícil la vida de una deportista mujer […] en cambio un jugador de fútbol vive de totalmente como futbolista.»
Las desigualdades entre el futbol varonil y femenil son evidentes, al menos en el campo de las oportunidades, porque para la delantera en la cancha las diferencias no existen, a no ser que se trate de la entrega y respeto que se deja en ella.
«La desventaja no es una cuestión física sino cultural y social, algo que tenemos que ir cambiando y que haya una paridad en la sociedad, de que todas las personas independientemente del sexo y género puedan pertenecer con las mismas capacidades dentro de un deporte. […] Un equipo profesional femenino de Primera División al enfrentarse con un equipo de la Liga Amateur Platense la ventaja la va a tener; si la ventaja no existiera dentro del deporte entonces no habría ganador o ganadora, por algo siempre hay un equipo campeón o campeona, me parece que la ventaja siempre va de otro lado de otra perspectiva, no de la mirada biologicista.»
Vencer a la discriminación y la exclusión
La villera considera que el deporte es un espacio de inclusión. Sin embargo, para poder participar con la Asociación de Futbol Argentino su nueva identificación no ha sido suficiente. Su contrato aún estipula que debe de cumplir con parámetros hormonales establecidos por el Comité Olímpico Internacional.
«Tomamos como modelo la recomendación que hace el Comité Olímpico Internacional, en el cual tienes que estar en un tratamiento hormonal lo que dice esa recomendación que tampoco es una reglamentación es que la persona deportista trans para convertirte en lo que cumplió con los parámetros hormonales que va de uno a 10 nanogramos por decilitro de sangre de testosterona. Siempre estuve dentro de límites, siempre estuve dentro de los parámetros.»
Pese a todo, Mara reconoce el buen recibimiento que su equipo le ha brindado. En quienes dirigen a las villeras nunca hubo la intención de poner “peros” a su integración al equipo femenil.
En Mara Gómez sólo vieron el potencial de una deportista que a sus 22 años ya había ganado un bicampeonato en el Clausura y Apertura 2019 con el Club Malvinas de la Liga Amateur Platense, que había sido capitana y liderado la tabla de goleo con 16 y 18 tantos.
«Me llamaron para hacerme parte del equipo, el técnico ya me conocía de la Liga Amateur Platense, la liga en la que milité hasta en el 2019, estaban interesados en mí, me vieron como una jugadora, en ningún momento me trataron como una jugadora diferente, simplemente me llamaron. […] Se maneja mucho el respeto y me ofrecieron esta oportunidad, me parecía que quería afrontar el desafío de estar en un equipo que se encuentra último en la tabla de competencia, el desafío de que iba a estar la primera en una liga profesional, jamás imaginé que iba a tener la trascendencia y visibilidad que tuvo mi inclusión, pero es algo muy lindo saber que como sociedad estamos evolucionando y podemos conquistar espacios que antes eran impensables.»
Estefanía Banini, Martha Vieira da Silva y Alex Morgan son algunas de las futbolistas que la jugadora admira por su calidad de juego y su lucha para mejores condiciones laborales y que todas sean incluidas.
Ahora, Mara Gómez es parte de la alineación de la inclusión. La hincha de Boca Juniors seguirá olvidándose del resto del mundo dentro de las canchas, sobre todo de la mitad para arriba para poder definir. Es la número siete por azar, pero su esfuerzo le consiguió el título de la primera futbolista transgénero profesional de Argentina
«Es una cuestión de sinergia de destino, el tener el número siete hoy por hoy es muy significativo para mÍ, dejar de pensar en que quiero la 10 o la 9 y hoy también estoy conforme con la siete y nada, creo que todo tiene que ver por algo.»