No es nueva ni llegó al país durante la pandemia de Covid-19. La mucormicosis es de baja morbilidad y es fácilmente atendida si se detecta a tiempo.
Aura García
La presencia del hongo negro en México no es nueva y no es motivo de alarma, pues es poco probable que la contraiga alguien con un sistema inmune saludable; además, no se contagia de persona a persona, aseguraron especialistas del Departamento de Microbiología y Parasitología de la UNAM, ante rumores sobre el arribo de “una nueva enfermedad”.
Se le empezó a llamar así a la enfermedad causada por hongos microscópicos mucorales, que en el mundo clínico se conoce mucormicosis. Estos organismos forman colonias y tienen apariencia de pelusa, a simple vista son de color blanco o grisáceo y es común la convivencia con estos hongos todos los días, sin que haya afectaciones a la salud.
La vía de infección normalmente es respiratoria, pero también puede ser de forma cutánea o gastrointestinal; de hecho, si una persona aspirara las esporas y goza de buena salud, el organismo se encargará de combatirlo.
Se sabe que el principal factor de riesgo del hongo negro es la diabetes, aunque existen otras condiciones para contraerlo, de acuerdo con la doctora Edith Sánchez, de la Facultad de Medicina de la UNAM.
“No toda la gente va a desarrollar este tipo de enfermedad. Se necesitan ciertos factores de riesgo importantes para que estos hongos, que son considerados inocuos, pueden causar una infección en las personas. ¿Cuáles son los factores de riesgo más importantes que están asociados a la mucormicosis? Principalmente va a ser la diabetes mellitus, sobre todo aquella que está descompensada o descontrolada, es decir, en aquellos pacientes en donde no hay un control de los niveles de glucosa, dentro de los parámetros considerados normales. Otros padecimientos que también van a ser un factor de riesgo para el desarrollo de esta mucormicosis puede ser el cáncer, por el uso de los medicamentos que van a hacer que el sistema inmunológico no funcione de manera adecuada; también el uso prolongado de esteroides, que también van a producir una inmunosupresión severa. También algunas lesiones a nivel de la piel, como las quemaduras, o incluso se ha reportado en personas que utilizan drogas vía intravenosa”.
La enfermedad del hongo negro tiene años de existir en México, es decir, no llegó al país durante la pandemia de covid-19, y es de baja morbilidad, lo que significa que enferman pocas personas en un lugar y en un determinado periodo, con relación al total de la población, y de hecho, en un lapso de 12 a 15 años se han reportado máximo 10 mil casos en toda la República, según la experta.
¿Cuáles son sus características?
Avanza a una gran velocidad, puede afectar la piel, las mucosas, el músculo, los cartílagos y los huesos, y prácticamente es capaz de atacar cualquier tipo de tejido humano una vez instalado, por lo que si no se detecta a tiempo, en el 90 por ciento de los casos puede ser letal.
El hongo negro se presenta en cuatro formas clínicas: rino-órbito-cerebral, pulmonar, gastrointestinal y cutánea, aunque la más común es la que se instala en la cara y puede llegar al cerebro, acota la doctora Edith Sánchez.
“La forma más común es a nivel rino-cerebral, es decir, que va afectar la cara, sobre todo a nivel de la mucosa oral y nasal y también se va a extender a la parte del sistema nervioso central. Esa es la forma más común y son los casos que nos han reportado desde la India principalmente, y en México también es la forma clínica que comúnmente se ven en los hospitales”.
¿Cuál es la sintomatología?
La mucormicosis se manifiesta con inflamación del párpado, dolores de cabeza, úlceras de tipo negruzco en nariz o paladar, debido a trombos o necrosis –de ahí el nombre con el que fue identificada–, flemas con sangre, dolor de pecho y congestión o escurrimiento nasal sanguinolento y maloliente.
Para la doctora Laura Castañón la infección del hongo negro cobró relevancia en la pandemia, debido a que en la India se registraron más de nueve mil casos asociados a covid- 19, que sin embargo también cumplieron con las condicionantes de diabetes mellitus, uso de cortico esteroides y un sistema inmune deprimido. En México, aclara, al momento no existen reportes que indiquen que esta situación se replicó.
Además, advierte que se propagó desinformación debido a que se difundieron imágenes de los estragos de la micosis, que a simple vista resultan impactantes por su agresividad en el cuerpo humano; no obstante, destaca, existen otros hongos en los que se identificó mayor relación con SARS-CoV-2 a nivel internacional.
“Deberíamos de tomar en cuenta que en estas personas que tienen covid no es la micosis más frecuente, o sea llama la atención por estas cuestiones que les acabo de mencionar, pero existen otros hongos, como cándida –por ejemplo– o como aspergillus, que son hongos que se han visto inclusive aquí en México, y no nada más en México, sino qué mundialmente se han reportado un mayor número de casos de estas otras infecciones por hongos asociadas a covid”.
Diagnóstico de la infección
La identificación de la mucormicosis se puede llevar a cabo con muestras como flemas, fragmentos de tejido –a través de una biopsia– o mediante exudados de alguna de sus úlceras.
Su tratamiento suele ser agresivo para exterminarlo lo más pronto posible y se emplean antifúngicos como Anfotericina B o Fluconazol; también es indispensable el control adecuado de la hiperglucemia y la limpieza quirúrgica.
Cuando el paciente sobrevive, generalmente hay secuelas que pueden ser la extirpación de uno o ambos ojos, pero esto es mínimo si se detiene la llegada del hongo al cerebro.
Las especialistas reiteraron que esta micosis oportunista es de baja frecuencia y generalmente se presenta en pacientes inconscientes y hospitalizados con una condición de diabetes muy grave y niveles alarmantes de glucosa en la sangre.
Aunque señalaron que hay una mínima probabilidad de que haya existido un repunte de estos casos en el país durante la pandemia, apuntaron que deben ser estudiados y analizados para confirmar si los contagios pueden atribuirse más bien a un descuido en el tratamiento de diabetes.
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