Las familias mexicanas buscan maneras para enfrentar la inflación, desde priorizar hasta prescindir de ciertos productos.
Perla Miranda
Comparar precios, dejar de adquirir “lujos” y priorizar insumos, cambiar marcas y pagar con tarjeta de crédito. Éstas son algunas medidas que tres familias mexicanas implementan para surtir su despensa, debido a la inflación. Durante mayo se mantuvo en 7.7 por ciento.
A sus 65 años, Juan Arriaga no tiene un ingreso fijo. Por ello, todos los días sale de su hogar en Chalco, Estado de México, donde ofrecer sus servicios como cargador en la Central de Abastos o en el mercado de La Merced. Esto le permite comprar aceite, frijol, arroz, jitomate y tortillas; productos que asegura han incrementado en su costo desde que inició el año.
“El aceite, el frijol, el arroz, el tomate… Hay muchas cosas que han subido demasiado y pocas veces las llega a encontrar uno a un precio accesible. Casi todo ha subido demasiado. Por más que le busque uno no se encuentran productos baratos; el aceite está en 50 a 55 el litro, todo ha subido demasiado, el frijol antes estaba de 30 a 35, ahorita en 45 o 50 pesos. Lo que no sube es el salario mínimo. Antes comprabas un kilo de frijol, ahora medio, un litro de aceite y ahora medio litro”.
De acuerdo con el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, a un mes de que el gobierno federal anunció el Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic), los precios de la canasta básica en la Ciudad de México incrementaron 0.9 por ciento; el frijol pinto reportó un aumento de 48 por ciento; el jitomate saladette y la naranja con 34 por ciento y el papel higiénico y el jabón de tocador 12 por ciento.
Para hacer frente a la inflación, Juan Arriaga y su esposa Mónica, han sustituido algunos productos en su despensa, como el huevo que se encuentra entre los 40 y 42 pesos por kilo. En su lugar, compran nopales, acelgas y brócoli. Aún así, el adulto mayor afirma que a la semana gastan entre mil y mil 500 pesos para alimentarse. Además, a ese gasto deben sumar los servicios de luz, agua y gas.
Caída de ingresos por la pandemia
Para Carmen Hidalgo, la situación no es tan diferente. Desde que inició la pandemia por covid-19 el salario de su esposo disminuyó primero 30 y después 15 por ciento. Desde entonces ha aprendido a “estirar” su presupuesto.
Entre sus estrategias para no gastar de más, la mujer de 27 años se apoya en una lista de los productos que necesita y los enumera según su prioridad. En lo que va de 2022 se ha percatado de que el aceite, la leche y el papel higiénico son los productos más encarecidos.
“Podría decir que mis productos que son más caros son de repente la leche, la más económica aunque es la que escasea más. Lo que yo implemento es ajustar mi presupuesto. Si antes compraba dos litros de leche, ahora compro uno. Selecciono cuál es la prioridad en mi producto y es como voy comprando. La leche económica estaba en 16.50 luego subió a 17.40 y está última semana el litro estaba en 20 pesos, el aceite estaba en 22 pesos de 400 mililitros y ahora en 26 pesos”.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer que para pagar la canasta básica de comida y bebidas, en áreas urbanas se requieren mil 982 peso. Por su parte, en las regiones rurales necesitan de un presupuesto de mil 523 pesos.
Los gastos no se detienen
Paulina tiene 34 años y trabaja en una empresa de transporte, al mes percibe un sueldo superior a los 15 mil pesos, vive con dos hermanos que ganan entre 7 mil 12 mil pesos al mes, aun así detalla que después de pagar la renta de un departamento en la alcaldía Iztacalco y servicios como gas, luz, agua e internet, han tenido que ajustar sus gastos para comprar los insumos básicos para alimentarse.
Además, aunque no es una práctica que le parezca la más adecuada, ha llegado a pagar su despensa con tarjeta de crédito y pasa más tiempo comparando precios a fin de comprar más por menos dinero.
“La inflación nos ha afectado muchísimo a todos, hace que tengamos que comprar menos artículos o en muchos casos comprar el mismo volumen pero eso implica gastar mucho más. Desde que los precios empezaron a subir tenía que decidir cuales eran más esenciales y descartar los que eran un lujo”.
Los integrantes de las tres familias señalan que sortear la inflación no es fácil y esperan que en el corto o mediano plazo la situación económica global mejore, pues no saben hasta qué niveles podrán hacer rendir sus ingresos.
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