A través de mamparas, bordados, muñecos, carteles y música, familiares de personas desaparecidas exigen a autoridades del gobierno federal que asigne más recursos para las búsquedas en los estados y que se reúnan con ellos.
Escucha las voces de familiares de personas desaparecidas que instalaron la exposición.
Adriana Esthela Flores
“Hemos aprendido que los desaparecidos se vuelven un poema, una fotografía hermosa, se vuelven arte a través de una muñeca elaborada con las manos, pero sobretodo con el corazón de quien les busca, se vuelven un bordado, una canción”.
Un muñeco de tela blanca, con el cabello hecho con estambre negro, un corazón en el pecho y la leyenda “Te quiero” en los pies, es la obra que concentra la esperanza de Griselda Costle, tía de Michelle Jiménez, desaparecido el 16 de febrero de 2016 en San Andrés Cholula, Puebla, a la edad de 21 años.
La pieza estaba colocada en una de las seis mamparas instaladas frente a Palacio Nacional en las que también había bordados, pañuelos, carteles, fotografías y otros objetos elaborados para mostrar la memoria de las miles de personas ausentes en México.
Mientras sostiene el muñeco con su mano izquierda, Griselda explica los elementos de su obra y afirma que el arte le ha servido como terapia, pues desde que inició con la pintura y el bordado, se le han quitado los dolores musculares; pero esto no le borra las ganas de llorar cada vez que ve a un joven y se imagina que será su sobrino, especialmente en esta temporada de Navidad.
“El hacer el bordado nosotros podemos poner cosas que él usaba, puse un corazón porque siempre lo tenemos presente a él y tiene una bandita, mi muñeca tiene una bandita de una playera que el usaba, es como tenerlo presente y en el bordado ahí también tenerlo presente porque ahí se borda su nombre, fecha en que desaparece y donde él quiera, sepa que lo estaremos buscando hasta encontrarlo.
En estas fechas es difícil porque siempre los extrañamos y los tenemos presentes en todo lo que hacemos”.
La exposición “Narrativas y memorias de la desaparición en México” está formada por una serie de fotografías en gran formato de familiares y sus desaparecidos, ilustraciones, diccionarios de búsqueda, muñecos, bordados, poemas, álbumes de recuerdos, pañuelos y 97 carteles.
Foto: Adriana Esthela Flores
En su instalación, participaron integrantes de seis colectivos de familiares de personas desaparecidas: Mallinali Red, Buscadoras Nuevo León, Familias en Búsqueda de sus Desaparecidos Acapulco, Oaxaqueños Unidos Exigiendo Justicia, Colectivo de Oaxaqueños Buscando a Los Nuestros, Madres en Búsqueda Coatzacoalcos y Voz de los Desaparecidos en Puebla, así como las organizaciones Teatro Línea de Sombra y Técnicas Rudas. Itzel Sánchez, integrante de esta organización, explicó el objetivo de instalar la colección artística solo unos días antes de Navidad.
“A mucha gente se le olvida que hay desaparecidos en diciembre, pero en México hay más de cien mil desaparecidos y es importante recordar que hay familias que no están completas y no podemos dejar a familias buscando solas o a las madres”.
Para Araceli García Luna, mamá de Juan Luis Lagunilla, policía federal desaparecido en 2011 en Monterrey, Nuevo León, la Navidad será apenas el inicio de varias jornadas de dolor, pues su hijo cumplirá años en enero y en febrero, se cumplirán doce años de su ausencia.
“Desde hace once navidades lo único que hago es estar en casa con mis otros dos hijos sin celebrar nada, yo no celebro nada, yo espero que mi niño regrese con vida, es lo que le pido a Dios y al gobierno que nos ayude, que trabajan las fiscalías, que busquen las fiscalías, porque todos los avances son por los colectivos no por ellos”.
Foto: Adriana Esthela Flores
Mientras sostiene la fotografía de su hijo Alex Humberto López Aguilar, desaparecido el 10 de junio de 2013 en Mante, Tamaulipas, su padre, el señor Alejandro, recuerda la forma en que el joven disfrutaba las celebraciones navideñas. Desde aquel entonces, ya no celebra estas fechas. Por eso vino a Palacio Nacional para solicitarle al presidente Andrés Manuel López Obrador que las autoridades federales atraigan las investigaciones de las personas desaparecidas y que realmente garantice que los recursos para las búsquedas lleguen a los estados, pues desde hace año y medio, ni él ni su familia reciben apoyos.
Solo pedían mil 500 pesos por semana para dotar de bebidas y alimentos a las personas que le ayudaban en las búsquedas, pero el anterior gobierno estatal les dijo que pagaran los gastos de su bolsa y que se les reembolsarían. Ahora, enfrenta varias deudas por más de 50 mil pesos.
“La administración pasada que acabo en octubre, un año y medio sí, pero nos decía el gobernador que sí estaba el dinero que lo iban a dar, pero a nosotros nunca nos llegó.
Para Maribel Jiménez González, estas fechas son muy duras. Ella busca a su hijo, José Juan Carlos Romero Jiménez, desaparecido en Cosoloeacaque, Veracruz, el 23 de agosto de 2019, a la edad de 25 años y mientras se dedicaba a estudiar Derecho y trabajar como chofer de taxi.
Durante sus años de búsqueda, se ha endeudado para ofrecer recompensas por información que ayude a encontrar a su hijo y en esta nueva protesta, exigió al presidente López Obrador ponerse en los zapatos de las familias, sentir su rabia y escucharlas.
“Seguimos en la lucha, pero el dolor que tenemos ante la desaparición en esta época se sensibiliza más, se siente y es el momento de hacer el reclamo, su mesa está llena, la mía está vacía, ven a mi casa y siente el lugar vacío y siente los reclamos, las miradas, el llanto de cada familia. Él va a celebrar con grandes platillos y nosotros con tristeza y llanto”.
La colección de memorias se prolongó desde las siete de la mañana hasta poco antes de las tres de la tarde y cerró con la exigencia que ha caracterizado la lucha de las familias, desde hace décadas: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
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