El nuevo embajador de Buena Voluntad de la Agencia de la ONU para los Refugiados, Luis Gerardo Méndez, compartió con IMER Noticias sus objetivos como portavoz del organismo.
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Aura García
La historia de una militar de Venezuela que migró a Colombia y después a México tras recibir amenazas del Ejército de su país. La violencia a la que estuvo expuesta la orilló a atravesar la selva El Darién, conocida por ser una zona donde se cometen múltiples abusos sexuales contra las migrantes.
Este es uno de los testimonios por los que Luis Gerardo Méndez, actor y productor, asumió el cargo de Embajador de Buena Voluntad de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Desde este encargo, Luis Gerardo buscará destrozar los estigmas alrededor de las personas migrantes y fomentar la empatía hacia el fenómeno de la migración, incomprendido por ignorancia.
En entrevista con IMER Noticias, el actor mexicano recalca que cualquiera que pise Tapachula, donde se reciben 7 de cada 10 solicitudes de asilo, sería incapaz de negar ayuda a un migrante.
Por ello, su compromiso es divulgar la realidad tan compleja a la que se enfrentan.
“Me siento muy privilegiado y muy honrado con el reconocimiento. También creo que hay una gran responsabilidad detrás para decir ‘ahora vamos hasta las últimas consecuencias’.
El trabajar con ACNUR al principio es como un coqueteo. ‘Esto es lo que hacemos. Esto es lo que hago yo y creo podemos trabajar juntos en esta dirección para visibilizar el tema de los refugiados’.
Pero con un nombramiento las cosas se vuelven más serias y me encanta porque creo que entre más conozco este tema, más me doy cuenta de que sé muy poco, que es un tema complejísimo y que sigo teniendo mucha curiosidad por comprenderlo y comunicarlo mejor”.
Transmitir mejor el fenómeno de los y las refugiadas
Desde su perspectiva, hacen falta cientos de esfuerzos ciudadanos, de la industria mediática y de las instituciones para visibilizar mejor el fenómeno de la migración, sus causas y sus consecuencias.
“Hay muchísimo trabajo que hacer para informar. La xenofobia viene de la ignorancia. Me cuesta mucho trabajo pensar que alguien que hubiera estado con nosotros en Tapachula, viendo la situación de los migrantes y los refugiados, hiciera algo distinto a mostrar empatía: que alguien dijera ‘no, no le voy a dar comida, no le voy a dar refugio, no le voy a dar un lugar donde dormir esta noche’.
Somos seres humanos. Todos nos podemos conectar y sentir empatía. Lo que pasa es que no sabemos lo que está pasando, no vemos más allá de nuestra nariz y entonces si hacen falta muchísimos esfuerzos que ayuden a comunicar la realidad”.
Para Giovanni Lepri, representante de ACNUR en México, Luis Gerardo Méndez es un altavoz con corazón que permitirá a la agencia llegar a más personas y acercar el organismo gracias a su popularidad.
Luis Gerardo tiene claros dos objetivos y así los detalla:
“Hay mensajes que me parecen muy importantes que la gente entienda que nadie elige ser un refugiado. Nadie dice ‘yo me quiero ir a México porque se come mejor allá’.
La gente que viene a México como refugiada lo hace porque están huyendo de la violencia, de persecuciones, de las maras, de pandillas, de los mismos gobiernos y de un día para otro tienen que tomar sus cosas agarrar a sus hijos a sus esposas o esposos y huir.”
“Después, que la gente entienda qué hay muchos mitos alrededor del tema de los refugiados que hay que destrozar. Uno de ellos es que las personas refugiadas son una amenaza para el país.
Las personas refugiadas son personas amenazadas que generalmente dan mucho más de lo que toman de un país: generan impuestos y un intercambio cultural. Para no ir más lejos vale la pena decir que Albert Einstein era un refugiado. Hay que dar un poco de perspectiva a estos intercambios.”
¿Cómo ayudar? Una pregunta constante
Más allá de los recursos, Luis Gerardo Méndez subraya que todos son capaces de marcar una diferencia con sólo observar, sin juzgar, a los y las migrantes. Así como aprender de su experiencia.
“Siempre me preguntan, ¿qué se hace con las personas refugiadas? ¿Cómo podemos ayudarlas? Y yo siempre respondo pues lo primero es viéndolas, sabiendo que existen. Sabiendo que están comprendiendo su realidad y preguntando de qué manera podemos sumar.
En ese sentido, la ACNUR depende en gran medida del apoyo de la gente, a través de donaciones. Y es entenderlo y entender que también podemos hacer una diferencia, creo que es lo que me parece más importante.”
Por ahora, en su mente no pasa la idea de realizar proyectos audiovisuales relacionados con las artes, la cultura y la migración, puesto que su prioridad es aprender del tema. Sin embargo, no niega su interés.
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