En este hospital, ubicado en el Campo Militar número 1, se han atendido más de 365 pacientes y no se ha registrado ninguna defunción durante el tratamiento.
Adriana Flores
Desde hace más de 17 años, el edificio del sexto cuerpo de morteros del Ejército Mexicano albergaba un dormitorio para cien militares así como una armería. La pandemia por Covid- 19 hizo que este lugar, ubicado en el Campo Militar número 1, se convirtiera en un hospital de guerra contra el virus.
A la cabeza de la misión quedó el médico Giorgio Alberto Franyuti Kelly, director de la organización ‘Medical Impact’, quien tiene experiencia en instalar hospitales en situaciones de desastres naturales o conflictos. El más reciente le tocó en Colombia pero antes ya había instalado un hospital de guerra en Guatemala, tras la erupción del volcán de fuego en 2018, y un año atrás en los sismos de la capital mexicana.
La Sedena lo nombró Jefe de Bioseguridad de la Unidad Operativa de Hospitalización Covid-19 y la tarea, en la unidad de artillería, comenzó a mediados de abril. <<Al llegar encuentro la unidad vacía y es “aquí va a haber un hospital” y yo decía “pues que padre”; “y tiene que estar listo en dos semanas”>>.
Los soldados habilitaron rutas para la entrada y salida del personal médico, otra para pacientes y familiares así como para las y los encargados del manejo de residuos biológico-infecciosos. El dormitorio fue habilitado para alojar a 50 pacientes mujeres y 50 hombres y se designaron áreas especiales de vestidores, farmacia, enfermería, área médica, Rayos X y administración. El 7 de mayo, la unidad quedó operativa, explicó Martín Martínez, jefe de instalación del hospital
La primera estación, al llegar, es el área de Triage donde se evalúa el estado de salud de quienes acuden a atenderse. Aquí trabaja la enfermera Karla Aldana.
<<Llega de todo, pacientes que cumplen toda la definición(…) y otros que tienen criterios más leves; por ejemplo, solamente es fiebre o diarrea>>.

Metros más adelante está la entrada al hospital, donde laboran 144 personas en el equipo médico, de enfermería, administrativo y limpieza. Liliana Flores es la jefa de enfermeras y, con más de 28 años trabajando en el Ejército, asegura que ésta ha sido su batalla más dura.
<<Cuando un paciente se agrava pues hay que trasladarlo; a veces ya no sabemos nada de ellos, a veces que ya no están y eso emocionalmente nos baja>>.
En la planta baja, hay un espacio de anuncios donde familiares de pacientes han colocado mensajes de agradecimientos.
<<Son unos ángeles>>.
<<Felicidades por su ética, valor, amor y lealtad>>.
<<Gracias por los cuidados a mi esposo>>.
<<No tenemos como agradecer el salvar la vida de la mujer que amamos tanto>>.

Hugo Ignacio Redón es uno de los paramédicos que trabaja para este hospital. Desde que entró en operaciones, ha realizado 70 traslados a bordo de alguna de las dos ambulancias que se habilitaron con tanques de oxígeno y camillas especiales para pacientes Covid. Él sigue en la batalla aunque también padeció Covid-19.
<<Afortunadamente al iniciar el tratamiento, la sintomatologia desapareció, solo estuve en casa, con antibiótico, antiviral, inyecciones y ya la libramos>>, dice. <<Tenemos que estar concientes de que si trabajamos en esto nos podemos contagiar. Las medidas son aislamiento familiar, no convivo ni con mamá, ni hermanas, ni hijas, todo es por videollamadas>>.

La trabajadora de limpieza, Alejandra Silva, es parte del equipo que todos los días enfrenta el riesgo de contraer Covid-19. La mayor parte de su jornada se dedica a labores de sanitización.
<<La sanitizacion para que no se propague más el virus, a limpiar mesas, sanitizar camas cuando llega ingreso o se van. Yo me dedicaba al estilismo, soy estilista, cerraron sucursales y me vine aquí. Me siento orgullosa de esto, me llena de orgullo que hagamos lo posible para sacar adelante a nuestro pais>>.

Otra área clave en limpieza es la lavandería, que se construyó en parte del estacionamiento ubicado frente al cuartel. Aquí trabaja Marcelino Hernández, militar de la Ciudad de México, quien antes había realizado tareas de seguridad y erradicación de plantíos de droga.
En este hospital se han atendido más de 365 pacientes y no se ha registrado ninguna defunción durante el tratamiento. El día más intenso fue cuando había 56 personas hospitalizadas. La unidad es un hospital de convalecencia, es decir, de cuidados intermedios y preventivos, con oxígeno terapia, medicamentos y medidas de salud mental.
Los protocolos han sido estrictos pero no evitaron por completo que hubiera brotes en esta batalla contra un enemigo invisible.
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