Afectaciones emocionales, económicas y de salud han trastocado la vida de las mexicanas y los mexicanos, a un año de que se dio a conocer el brote de Covid-19 en Wuhan, China.
Claudia Téllez
Mientras Wuhan, China, ciudad en la que en diciembre de 2019 se dio a conocer el coronavirus Sars-Cov-2, regresa a la normalidad, miles de personas, alrededor del mundo se enfrentan a un enemigo invisible que avanza día a día y México no es la excepción.
A las enormes afectaciones económicas que la pandemia ha dejado a la humanidad se suman las severas secuelas en la vida familiar, económica, social, escolar e incluso espiritual de las personas.
Para Mónica García Reséndiz, de 41 años y comerciante en Iztapalapa, Ciudad de México, el coronavirus llegó sin aviso y provocó un cambio radical en su vida económica y emocional: en menos de una semana perdió a su papá y a su esposo.
Ella sabía de la enfermedad que se originó en China, pero no tomó las precauciones necesarias.
«En realidad, yo era una de las personas que no lo creía; creía en la enfermedad, pero no en las muertes. Y cuando llegó a tu pobre casa fue impactante porque empezó por mi papá, de 73 años, y terminó con mi esposo, de 31. Fue un impacto bastante fuerte porque perdí a dos personas en tres días».
Mónica García, comerciante
Hoy Mónica trata de seguir su vida, aunque una de sus hijas asiste al psicólogo para tratar de entender lo que pasó.
«Echarle ganas por mis hijos, porque tengo dos pequeños. Ahora estoy sola; no tengo a mi papá que era quien me apoyaba, ni a mi esposo. No sigo vendiendo mi pollo, que es a lo que me dedico, y no he recibido ningún apoyo».
Mónica García, comerciante
La Covid-19, considerada una de las peores pandemias de la humanidad después de la gripe española que dejó unos 40 millones de muertos entre 1918 y 1920, ha tenido un fuerte impacto en la economía de los países y las personas, y por tanto en la precarización del empleo.
Ely Castillo, reportera, después de 10 años en un medio de comunicación fue despedida. Para ella no hubo confinamiento porque todo el tiempo, aun con miedo al contagio, cubrió temas relacionados con la Covid-19. Perder el empleo le generó una fuerte sacudida.
«Cuando pasó dije: ¿qué voy a hacer? Seguramente no voy a encontrar trabajo hasta el otro año, nadie va a contratar. Sí me deprimí, fue un golpe fuerte, una sacudida, sobre todo porque, en medio de la pandemia, mi mamá depende de mí. Ni siquiera para poner un negocio porque todo está cerrado».
Ely Castillo, reportera
Afortunadamente, ocho días después fue contratada en otra empresa, aunque sin prestaciones laborales, pero con un empleo para subsistir.
«Y también adaptarte a esta nueva empresa y además sin prestaciones laborales, sin una relación laboral. Sin Seguro Social, si me enfermo de Covid no puedo ir al Seguro Social; tiene que ser en un privado. Es una sacudida fuerte lo que ha ocurrido con el Covid. Afortunadamente, nadie en mi familia cercana se ha enfermado, yo tampoco».
Ely Castillo, reportera
Para el sacerdote católico también en Iztapalapa, Hermeregildo Saldaña Taneco, pese a que la enfermedad llegó a México meses después de que surgió en China y ya se conocía su letalidad, no estábamos preparados para hacerle frente.
Y en espera de la vacuna en contra de la Covid-19, que se confía llegue a México en los próximos meses, considera que las personas deben aprender a cuidarse y, en caso de sentir un malestar, acudir al médico. Ver la enfermedad de frente causa incertidumbre y miedo, relató.
«En una ocasión me tocó una persona, sabiendo que estaba con este virus, no teníamos todas las herramientas porque no estábamos preparados, pero tomé todas las precauciones. Claro que no deja ser un miedo, contando los días que según están pronósticados que el virus se puede activar. Yo los estaba contanto y cuando llegué al 14, al 15, al menos pude expresar: ya la libré por este momento».
Hermeregildo Saldaña, sacerdote
Las secuelas de la enfermedad, que en México ha dejado más de 100 mil muertes, se mantienen por meses. Sergio Alberto Perdomo Hernández, de 44 años, se contagió de coronavirus en abril de 2020 en la Central de Abasto de la Ciudad de México.
A varios meses de haber contraído y superado la enfermedad respiratoria provocada por el coronavirus, aún presenta secuelas en su salud.
«Ha sido muy difícil, realmente no he regresado al 100 por ciento, mi oxigenación nunca pudo subir de más del 93 por ciento, en algunos días doy 96 cuando hago ejercicio. Sin embargo, tengo como secuelas la falta de respiración, mucha ansiedad. Se siente uno bastante mal».
Sergio Alberto Perdomo, paciente recuperado de Covid-19
Pese a estas experiencias y los llamados de las autoridades a mantenerse en casa, cientos de personas acuden diariamente a lugares públicos y concurridos, sin la protección necesaria, adultos y niños arriesgan su vida al hacerlo sin cubrebocas.
Tras hacer sufrido esta terrible enfermedad, Sergio hace un llamado a cuidarse.
«Yo puedo y quiero recomendar a todos que se cuiden. A algunos les da Covid express y salen muy rápido, pero a los que no nos da tan rápido sí debemos tener mayores esfuerzos para cuidarnos».
Sergio Alberto Perdomo, paciente recuperado de Covid-19
A casi un año de su aparición en un mercado de pescados y mariscos en Wujan, China, el coronavirus ha dejado más de 56 millones contagios y el número de muertos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), asciende a más de millón 300 mil personas en el mundo. Y se prevé una nueva ola de contagios, aunque en algunos países ya hay rebrotes o repuntes.
En cuando a la economía mundial, las previsiones del Banco Mundial indican que se reducirá un 5,2 por ciento este año aunque, en su informe de septiembre, el Fondo Monetario Internacional, ubica una caída de 4.4 por ciento.
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