La Asociación Nacional de Médicos en Formación documentó que cinco pasantes fueron asesinados en los últimos cinco años en México.
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Guadalupe Franco
Estudiar y practicar la medicina en México, principalmente en zonas alejadas del país, ha puesto en riesgo la seguridad de decenas de estudiantes, quienes han sido blanco de agresiones, acoso, amenazas, secuestro e incluso la privación de su vida.
Los casos más recientes son los del pasante de medicina Erik Andrade y la anestesióloga Masiel Medina, en Durango y Chihuahua. Ambos fueron asesinados por hombres armados.
Para Andrés Castañeda, integrante del Colectivo Médicos en Formación en Nosotrxs, los médicos son más violentados por la cercanía con la ciudadanía.
“La gente se enojaba y si acaso amenazaban al médico con golpearlo. Hoy hay comunidades donde la policía ni se mete. Antes el médico era un figura respetada en la comunidad”.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Médicos en Formación, cada año alrededor de seis mil pasantes de medicina realizan su servicio social en comunidades alejadas del país.
Eva Pizzolato, integrante de la asociación, asegura que la mayoría reciben amenazas o el crimen organizado los secuestra.
“Reciben amenazas o advertencias. Son situaciones en las que sí se ven muy expuestos. Hay denuncias de acoso, de violación y de secuestros y no quieren decirlos porque prefieren callar por miedo”.
No obstante, los y las pasantes de medicina también deben sobreponerse a la falta de insumos y equipamiento médico para atender a la población.
La violencia en cifras
Pese a este clima de violencia, México no cuenta con una estadística sobre el número de agresiones y asesinatos contra este sector.
Sin embargo, medios de comunicación contabilizaron diez asesinatos en el personal médico y de pasantía en Chiapas, Zacatecas, Coahuila, Michoacán y Guerrero, en 2021.
A la par, la Asociación Mexicana de Médicos en Formación documentó que el 40 por ciento de los pasantes en medicina sufrió algún tipo de agravio el año pasado.
“Tenemos datos que en casos de violencia y acaso 40.1 por ciento comunicó inseguridad en toda su formación. El 40 por ciento sufrió un agravió en la universidad o en un hospital”.
Según su encuesta nacional, el 54.3 por ciento de los participantes desconoce qué autoridad puede atender sus casos. Mientras que el 32.6 por ciento reportó que su casa de estudios tuvo que modificar los campos clínicos por alguna situación de seguridad.
La Asociación Mexicana de Médicos en Formación estima que al menos un médico pasante fue asesinado anualmente en los últimos cinco años.
Para Jorge Sánchez, presidente del Colegio de Médicos en Tamaulipas, los médicos en formación no deben ser enviados a zonas de riesgo, pues carecen de respaldo laboral y legal en caso de agresión o muerte.
“En ciertos lugares no deberían enviarse pasantes de medicina y que se contraten médicos con experiencia para disuadir a los pacientes. Tienen respaldo legal y laboral. En caso de fallecer pueden otorgarle una pensión a su familia”.
En México existen alrededor de 5 mil 700 centros de salud que no tienen médicos contratados. Por ello, el 60 por ciento de estos los pasantes de medicina son los responsables con un salario de entre los 500 y mil 750 pesos quincenales.
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