A causa de la pandemia generada por la COVID-19, las familias han reducido sus ingresos por despido o recorte en el sueldo de sus integrantes que trabajan, de acuerdo con datos publicados por el Inegi.
Kayleigh Bistrain Alcázar
La situación de los trabajadores se vio afectada por el COVID-19. En el 30.4 por ciento de las viviendas del país algún integrante perdió su empleo durante la contingencia y el 65.1 por ciento de las familias vieron disminuidos sus ingresos. Estos datos son resultado de una encuesta aplicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), sobre el impacto de la enfermedad en el mercado laboral.
La Encuesta Telefónica sobre COVID-19 y Mercado Laboral se realizó durante abril del 2020 a población mayor de 18 años que es usuaria de teléfono. Los resultados obtenidos dan cuenta de la precarización en los empleos, pues las personas han visto una disminución de su salario, suspensión de sus labores y se enfrentan a mayor carga de trabajo al laborar desde sus casas.
Durante abril, el instituto estimó que había 32.9 millones de personas ocupadas. En contraste, se consideró a 13.6 millones como no activas económicamente, de las cuales 11.9 millones estuvo ausente de su trabajo o deseaba trabajar pero no buscó empleo por la pandemia.
Ante esta situación, la gente tuvo que buscar alternativas para obtener dinero. De las viviendas que tuvieron una disminución de ingresos, el 37.4 por ciento vio a alguno de sus integrantes vender sus bienes, pedir dinero prestado o recurrir a sus ahorros.
Las personas que conservaron sus trabajos también han tenido que adaptarse a la situación, algunas adoptaron el teletrabajo y otras tuvieron que aceptar una disminución en su sueldo. El 23.5 por ciento de la población ocupada trabajó desde su casa y el 46.1 por ciento reportó un recorte en su sueldo.
El Inegi también encontró que un 30.3 por ciento de las personas ocupadas no trabajó las horas habituales, en poco más de la mitad de los casos (52.8) fue debido a una disminución de la actividad laboral.
Desde una perspectiva de género, las mujeres se han visto más afectadas que los hombres en algunos rubros. Por ejemplo, el 23.2 por ciento de la fuerza laboral femenina tuvieron que estar ausentes temporales con vínculo laboral o fueron suspendidas durante la contingencia sanitaria, frente a un 20.9 por ciento de los varones en la misma situación.
Respecto a los trabajadores independientes, quienes suman un total de 8.4 millones y representan 25.5 por ciento de la población ocupada, el 41. 2 por ciento enfrentó problemas en su negocio debido a la COVID-19, ya sea por falta de clientes, deuda o aumento en precios de las materias primas.
En esos casos, de nuevo fueron las mujeres enfrentaron quienes enfrentaron más afectaciones a sus negocios, representando el 44.9 por ciento de los casos.
Además de trabajar desde casa, las mujeres dedicaron parte de su tiempo al cuidado de personas (34 por ciento), participaron en quehaceres domésticos (91.9), hicieron labores de mantenimiento de la vivienda (13.4), gestionaron trámites (36.6) o dedicaron tiempo a estudiar (24.2).
Por parte, los hombres que cuidaron a personas representaron un 24 por ciento, participaron en quehaceres domésticos un 78 por ciento, un 37.8 por ciento realizó labores de mantenimiento a su casa, 45.5 gestionaron trámites y 18.5 estudiaron.