Si bien en general se produjo una contracción significativa de la población ocupada, esta fue más fuerte en el caso de las mujeres con −10.1% que en el de los hombres que fue de −7.4%.
Aura García
Las mujeres y los jóvenes de América Latina y el Caribe fueron el sector más afectado por la pandemia. La falta de programas de apoyo o subsidios para amortiguar el impacto se vio reflejada en el Estudio Económico 2021 que presentó ayer Alicia Bárcena.
Si bien en general se produjo una contracción significativa de la población ocupada, esta fue más fuerte en el caso de las mujeres con −10.1% que en el de los hombres que fue de −7.4%. Así lo destacó en el informe anual la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Además, refirió que dicha situación tuvo su origen en que sectores con elevada participación de mujeres se vieron fuertemente afectados. Algunos ejemplos son el trabajo remunerado en hogares y las actividades relacionadas con el comercio.
Caída en los empleos
La tasa de búsqueda de empleo, conocida como de participación laboral, también cayó de 2019 a 2020 de forma generalizada. Esto sucede en medio de medidas restrictivas de movilidad, el cierre de escuelas y los nuevos modelos familiares para el trabajo y la asignación de tareas del hogar. Sin embargo, tanto en el descenso como en la recuperación las mujeres resultaron más perjudicadas que los hombres.
De hecho, según Bárcena, dicha tasa había mantenido el crecimiento y a causa de la contingencia sufrió su primera caída en 19 años. Así lo dijo:
“La tasa global de participación femenina nos preocupa muchísimo, porque las mujeres habían logrado aumentarla gradualmente desde 2002 y con la pandemia cae nuevamente a niveles similares a los de 2007 o 2005 y realmente pues es un retroceso muy importante en la vida laboral de las mujeres”
Asimismo, ante la necesidad que expresaron las mujeres para ausentarse del empleo y asistir a enfermos de Covid-19, un total de 17 de 33 países implementó licencias para pudieran cumplir con los cuidados. Esto refleja que esta carga también se distribuyó inequitativamente.
Por otro lado, los jóvenes padecieron la suspensión de diversos programas de capacitación para el empleo. Sólo siete países de la región reportaron haberlos implementado durante la contingencia como medida para paliar las afectaciones.
¿Qué se está haciendo para proteger el empleo de mujeres y de jóvenes?
Y vemos que hay programa de capacitación de jóvenes en 7 países, al empleo juvenil en siete también y de transferencias a madres con hijos en 4, pero no en todos. Estamos hablando de que en América Latina y el Caribe son 33 países y el caso de licencias para el cuidado confirma lo que hemos dicho varias veces, de que las mujeres han tenido que volver al hogar.
El reporte económico indica un impacto multidimensional en personas de 15 a 24 años y los resume en tres grandes aspectos. Primero, interrupción de la educación y la formación para el trabajo. Después, dificultades para los que recién estaban ingresando al mercado laboral o para los que se encontraban buscando empleo a principios de 2020. Finalmente, pérdida del trabajo, reducción de salarios o deterioro de las condiciones laborales de quienes estaban empleados.
Para la pérdida del trabajo, una de las razones es que en periodo de crisis, ante la disminución de la demanda y la necesidad de reducir personal, las empresas suelen responder manteniendo a los empleados con más experiencia o capacitación. Al mismo tiempo, eliminan los puestos de trabajadores con menos antigüedad, cuyos costos asociados al despido son menores.
Según el informe, las condiciones citadas pueden influir a las y los jóvenes para decidir emigrar en busca de mejores oportunidades.
Frente a este panorama, la CEPAL propone que para incentivar la participación laboral femenina se ponga la perspectiva de género al centro de la generación empleos y que para integrar a los jóvenes se promueva la capacitación y el desarrollo incluyendo en este proceso al sector privado.
Te recomendamos: