Los comerciantes de la Central de Abasto de la Ciudad de México ya recibieron un nuevo espacio para trabajar. Sin embargo, no les devuelve su patrimonio de más de 40 años.
Misael Roldán
El pasado jueves, un incendio en la Central de Abasto consumió más de cinco mil metros cuadrados del mercado más grande del país.
El siniestro no dejó heridos ni muertos, pero sí 356 comerciantes perdieron su lugar de trabajo y su patrimonio.
Leonardo Camacho Basaldúa perdió un patrimonio de más de 40 años de trabajo. El incendio consumió un local que heredó de su padre, el cual planeaba heredarle a su hijo. Sin embargo, esto no afecta sus ganas de salir adelante.
“Estuvimos expuestos a una persona ajena al mercado. Ni modo, son riesgos de la vida. En estos momentos no agachamos la cabeza, al contrario, la alzamos y luchamos.
El mercado duró 40 años sin sufrir ningún percance. Desgraciadamente por personas ajenas ocurrió el incendio”.
El líder de locatarios agradeció el apoyo de la Coordinadora General de la Central de Abastos, Marcela Villegas Silva, y destacó su ayuda para reinstalar su zona de trabajo lo más pronto posible.
“Ha estado en las mejores condiciones para apoyarnos. Entiende nuestra situación que es gente que trabaja día a día, ella viendo esa necesidad habilitó lo más pronto el lugar”.
Este mercado provisional se ubica a un costado de la entrada de la Central de Abastos que da hacia el Eje 5, en un predio llamado “La Caleta”.
Por ahora, las investigaciones de la Fiscalía General de Justicia sobre el origen del incendio continúan su curso, así como la resolución de la aseguradora para determinar qué daños cubrirá.
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