Inspirado en el Art Toys de la cultura asiática, la escultura Cocijo es una reinterpretación del dios zapoteca de la lluvia que se mantiene erguido para alzar la voz 500 años después de la conquista.
Su autor, el artista oaxaqueño Sabino Guisu señala que espera que su interés y hasta comparación con un personaje de Star Wars sea el detonante de conocer más sobre las culturas originarias.
Amelia Rojas
“Qué bonita es la ignorancia para el que no sabe, pero qué hermosa es la curiosidad para el sabio”, así señala el artista zapoteca Sabino Guisu a las comparaciones que hicieron de su escultura Cocijo con el personaje de Star Wars, Darth Vader.
La pieza, instalada en el Paseo de la Reforma causó expectación en las redes sociales, al ser comparada con el famoso personaje de la saga. El artista explicó que es una reinterpretación que hizo de la divinidad zapoteca de la lluvia Pitao Cocijo, inspirado en la cultura popular asiática.
“La manufactura y el estilo se podría decir que está inspirada en en la cultura asiática de los art toys que es un movimiento que nació en los 90 en Hong Kong, donde artistas contemporáneos decidieron hacer piezas de arte, como esculturas pequeñas pero coleccionables. En este caso el concepto de este art toy se
podría decir tiene raíces totalmente mexicanas, oaxaqueñas y zapotecas prehispánicas. Porque pues gran parte de mi trabajo siempre ha sido influenciado por estos sincretismos culturales y hasta religiosos”.
El culto a Pitao Cocijo se popularizó entre los años 500 a 800 después de Cristo, pero se mantuvo después de la Conquista. Sabino Guisu mantuvo casi idéntica la cabeza del personaje que originalmente se encuentra sentado y propuso ponerlo de pie como una manera de expresar orgullo.
“O sea, la cabeza es totalmente como la original, la urna funeraria original, las modificaciones que tuvo son en la parte del cuerpo, se le puso un cuerpo más un poco humano y está como erguido, también tiene una falda para representar la parte femenina de la tierra y está erguido como un ser humano muy fuerte para levantar la voz de todos los pueblos desde la conquista, han sido oprimidos y reprimidos injustificadamente”.
La escultura con cinco metros de dimensión, se encuentra en el camellón peatonal de Paseo de la Reforma, enfrente del Museo Nacional de Antropología, con el fin de dialogar con el arte prehispánico que se encuentra en el recinto. Sabino Guisu comentó que espera que la expectación que genere su presencia en este espacio, sea el detonante para investigar y conocer más sobre nuestros pueblos originarios.
“De hecho para eso era, o sea, eso era de esperarse. Pero precisamente, este tipo de curiosidades que es hasta medio chusco, hacen que valoremos algo que desconocíamos. Esto tenía que pasar para que en un futuro la gente sea más consciente de la importancia que tienen nuestras culturas antiguas en México y hablando desde un sentido artístico y estético la belleza que tenían las piezas prehispánicas”
Sabino Guisu es un artista originario de Juchitán, Oaxaca, que se inspiró en el trabajo de reconocidos artistas zapotecos, como el maestro Francisco Toledo.
La escultura Cocijo forma parte de una exposición sobre la divinidad zapoteca instalada en la Galería MAIA que se encuentra abierta al público en la calle Colima 159 en la Colonia Roma.