La CEPAL refirió que de acuerdo con sus estimaciones, México crecerá 1.9 por ciento este 2024.
No dejes de escuchar la entrevista completa con Ramón Padilla, jefe de la Unidad de Desarrollo Económico en la sede subregional en México de la CEPAL.
IMER Noticias
Como parte de su edición 76 del Estudio Económico para América Latina y el Caribe, Ramón Padilla, jefe de la Unidad de Desarrollo Económico en la sede subregional en México de la CEPAL resaltó una serie de estimaciones y recomendaciones para el crecimiento de México.
En entrevista con Alberto Nájar en la Primera Emisión de IMER Noticias, señaló que México es una economía abierta y muy integrada a mercados internacionales de bienes servicios y financieros, por lo que su crecimiento también se ve influenciado por lo que sucede en el mundo, sobre todo en Estados Unidos.
“Es muy importante empezar con un poco de contexto internacional. Estamos observando nosotros en la economía mundial un crecimiento moderado, también un crecimiento muy moderado del comercio, de acuerdo a las estimaciones que tenemos en este estudio la economía mundial crecería un 3.2, que es una cifra menor a la registrada en 2022 y por debajo de lo que se observó entre 2000 y 2019, antes de la pandemia, que fue de 3.8”.
Entre las condiciones que explican esta moderada tasa de crecimiento mundial están la prevalencia de las altas tasas de interés, lo que afecta la inversión y el consumo de manera negativa; asimismo, el bajo dinamismo de comercio internacional que está afectado por tensiones geopolíticas; y la reconfiguración de cadenas globales de valor.
En este sentido, la CEPAL refirió que de acuerdo con sus estimaciones México crecerá 1.9 por ciento este 2024, en gran medida por la desaceleración económica internacional.
“La CEPAL para 2024 estamos estimando que la actividad económica aumentará un 1.9 por ciento en términos reales, debido principalmente a la desaceleración económica que estamos viendo en la economía internacional y en particular en el principal socio de México, Estados Unidos, en su sector manufacturero”.
Asimismo, la desaceleración del consumo y la inversión que están resistiendo las altas tasas de interés y la inversión pública tendrá un menor impulso en la segunda mitad de este año.
Para 2025, la CEPAL cuenta con estimación de crecimiento para el Producto Interno Bruto, PIB mexicano, del 1.2 por ciento, en términos reales, debido al entorno internacional poco favorable y “una dinámica interna que tendrá que tener un mayor impulso en términos de consumo de inversión y que, por lo menos para el 2025, se está observando que va a venir con un impulso bastante moderado”.
¿Qué tan peligroso es tener un déficit fiscal del 5 por ciento del PIB?
“Hay que analizar cuánto se está recaudando, si la recaudación de un país es alta como porcentaje del PIB, eso quiere decir que va a tener capacidad después de pagar esa deuda. También hay que analizar cuánto representa ya la deuda como porcentaje del PIB”.
En este marco, Padilla señaló que desde la CEPAL se ha visto con preocupación cuánto representa el pago de intereses como porcentaje del PIB. Es decir, “cuánto tengo que reservar para pagar intereses de mi deuda y ese dinero no se puede destinar a infraestructura, a educación, a salud. Entonces la cifra del 5 por ciento en un año, hay que verla siempre en el contexto, es decir, cómo está el tema de la deuda, del pago de intereses y también cuál es la trayectoria de deuda que tengo.
“Hay que tomar en cuenta que la deuda en México, ya para el cierre de 2024 estaría superando el 50 por ciento del PIB, lo cual, sin duda, es un momento de evaluar y fortalecer las finanzas públicas para tener los recursos que se requieren en una estrategia de desarrollo integral para el país”.
Recomendaciones para romper con la trampa del bajo crecimiento
“Hay tres factores principales que se tienen que dinamizar. El primero es la productividad, es decir, qué tan eficiente estamos siendo con el uso de los factores productivos”.
El segundo es la inversión pública privada, un tema central para impulsar el crecimiento en el corto y en el largo plazo.
Un tercer elemento, es el fortalecimiento de la calidad de los recursos humanos y la educación, “no basta con solo aumentar los años de escolaridad, hay que enfocarse en el aprendizaje, en las capacidades que se están desarrollado”.
Para ello, destacó una propuesta de política que ha venido impulsando que consta en contar con una estrategia de desarrollo productivo de largo plazo, “una estrategia en la cual se apunte a la transformación de la actividad económica en la búsqueda de objetivos públicos como la diversificación productiva, la innovación, el aumento de la productividad y siempre pensando en un crecimiento inclusivo”.
Cuatro recomendaciones para implementar la estrategia de desarrollo productivo:
- Debe basarse en una coordinación público-privada interinstitucional.
- El Estado debe jugar un papel central en el diseño, la implementación y la evaluación.
- Se requiere un sector privado altamente comprometido en la estrategia.
- Las políticas de desarrollo productivo deben pensarse como un proceso de largo plazo.
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