Chile dejó de ser un territorio de tránsito de droga para enfrentar por primera vez la amenaza de cárteles internacionales
Kayleigh Bistrain Alcázar
El Cártel de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, así como el Cártel del Golfo, de Colombia, ganaron presencia en Chile durante la pandemia, alertó el Informe 2021 del Observatorio del Narcotráfico de la Fiscalía chilena.
El país sudamericano dejó de ser un territorio de tránsito de droga para enfrentar por primera vez la amenaza de cárteles internacionales, dijo el fiscal nacional, Jorge Abbott.
Uno de los efectos del ingreso de grupos del narcotráfico fue el incremento en la producción de marihuana local. El decomiso de plantaciones aumentó un 29 por ciento entre 2020 y 2021.
Chile también elevó su capacidad de producción de drogas sintéticas, al pasar de un laboratorio desmantelado en 2018 a diez en 2020.
Asimismo, el informe revela que el aumento de un 75 por ciento en los homicidios al interior de las cárceles, en los últimos cuatro años, está relacionado con el narcotráfico.
Las autoridades chilenas han frustrado en seis ocasiones intentos del Cártel de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación de pasar más de seis toneladas de marihuana al país.
También descubrieron que la operación de un laboratorio de extracción de THC de marihuana estaba a cargo de los hermanos Yolanda y Ricardo Salazar Tarriba, vinculados al Cártel de Sinaloa y familiares de María Alejandrina Salazar, la primera esposa de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.
Distribución de la droga
El Norte de Chile es el principal punto de ingreso de la droga y desde ahí se distribuye a todo el país. Cuando los cargamentos provenientes de Colombia se transportan por tierra, pasan por Perú y Ecuador.
La distribución de sustancias ilegales está a cargo de grupos criminales conformados por extranjeros y chilenos que dividen la Región Metropolitana del país en zona sur, norte y oriente, explicó Luis Toledo, jefe de Unidad de Tráfico de Drogas de la Fiscalía chilena.
Estos grupos parecen tener gran capacidad operativa y de organización.
El fiscal Jorge Abbott concluyó que deben ponerle freno ahora a la situación y no permitir que siga profundizándose, ni que estas agrupaciones echen raíces en Chile.
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