Artistas callejeros respondieron con una protesta a la prohibición que la alcaldía Coyoacán hizo para laborar en las plazas públicas. Los participantes argumentaron que más allá de distraer o alegrar, su trabajo apuesta por la resignificación del espacio público.
Carolina López Hidalgo
Muchos de los creadores actuales han encontrado en las calles y parques su inspiración para dedicarse a las artes. Tal es el caso del poeta Miguel Mourinho Fajardo, quien inició leyendo poesía en la fuente de los coyotes, hoy junto con otros artistas callejeros salen a pedir el apoyo de los paseantes para que las autoridades de la alcaldía Coyoacán no los saquen de estos foros al cielo abierto.
“Yo tengo ya 20 libros de poesía publicados, fui coordinador del museo León Trotsky y he tenido una trayectoria culturalmente hablando, pero yo inicié aquí y por eso le tengo tanto amor y cariño a esta plaza, porque todo lo que de alguna manera he logrado ha sido a través de esta sensibilización que me dio la calle, el arte popular y creo que eso es muy importante para el desarrollo de los artistas. Hoy el quitar del espacio el arte que es necesario para que el pueblo crezca y para que el pueblo siga haciendo lo que siempre ha sido en México no México es eminentemente es una nación pluricultural.”
Pedro Miranda presidente de la Asociación de Artistas a Cielo Abierto de Coyoacán, asegura que por más de 30 años su quehacer ha estado enfocado a animar a las familias, de manera respetuosa, que se dan cita en las plazas publicas para distraerlos de su cotidianidad.
“Las autoridades nos comentaron que quiere limpiar la plaza del arte y la cultura. Entonces le dijimos: oye, se limpia la basura, se limpia la mugre no se limpia el arte, el arte es limpio y es puro y la gente se divierte. Dicen que los vecinos no nos quieren, pero ellos vienen a visitarnos y traen a sus hijos”.
La tarde de este domingo músicos, pintores, caricaturistas, payasos y cantantes se reunieron en la plaza de los coyotes para exponer su situación que les deja atónitos por la falta de empatía y conocimiento de la ley por parte de las autoridades.
“Cómo nos quieren sacar sí ya estamos afuera”.
Vladi, un tallerista de origami comentó que su pasión y quehacer comenzó cuando niño miraba al Papirolas, un personaje que vendía sus piezas mientras las hacía a la vista de todos, el comenzó a desarmar y rearmar los origamis que su mama le compraba, después en las bibliotecas perfeccionó su trabajo y desde hace 20 años es tallerista.
Vladi al igual que muchos niños encontraron en el arte callejero una manera de vivir.
“Y de ahí fue que me empecé a involucrar con el origami y también con el arte callejero, me parece terrible que se está intentando eliminar el arte callejero, Porque es parte del corazón de las ciudades, nosotros hemos estado hasta en Japón y lo mismo también hay arte callejero, también ves a como los que hacen arte callejero dejan de delinquir, el arte les puede cambiar su vida y se las cambia”.
Por su parte Carlos l Melgar estudiante del arte y patrimonio cultural su trabajo comenzó para vincularse con los vecinos de San Lorenzo Tezonco, a través de talleres de grabado, tallado en madera, arte huichol, cartonería, escultura y pintura ha logrado quitar la negatividad de las calles, parques y zonas abandonadas.
“El arte callejero ayuda a la resignificación de los espacios y de la gente que habita les quita un poco de negatividad y se les da vida. Ya que la gente no siente igual al ver a unos chavos haciendo bolita para hacer maldades o ver una bolita de chicos que está haciendo algo creativo en estos espacios, la gente cuando ve que estamos dando talleres pues de repente ya empieza a pasar por esos lugares que antes no”.
Asi como Vladi, Pedro, Carlos y Miguel el arte callejero ha sido una inspiración y una manera de entender la creación desde otros lugares.