Habitantes de Bacadéhuachi, en Sonora, nos narran sus expectativas sobre la posibilidad de que México inicie la extracción del litio.
Escucha este trabajo con producción de José Luis Plascencia
Perla Miranda
Bacadéhuachi está de fiesta, tras dos años de Covid-19, los pobladores del municipio sonorense –que ha cobrado relevancia por albergar uno de los yacimientos más grandes de litio–, por fin pudieron realizar su tradicional representación de la pasión y muerte de Jesucristo y los festejos posteriores.
Del mineral poco saben, pero a algunos les preocupa la escasez de agua y otros avivan la esperanza de que haya más empleo.
Ramiro, Carmen y Blas viven en Bacadéhuachi, poblado que según el censo de 2020 contabiliza 979 habitantes.
“No estamos emocionados porque nos vaya a beneficiar en algo. Ya sufrimos la escasez de agua, no sabemos qué tanta agua se requiera para esta mina, si nos quitan el agua, prácticamente nos van a obligar a tener que salir de la población para buscar otra fuente de ingreso”.
“Mi mamá sueña con vender comida otra vez, si empiezan los trabajos en la mina a lo mejor lo podría cumplir. Habría más trabajadores, gente que le comprara y no dependeríamos de lo que manda mi hermano en Estados Unidos”.
“Atiendo una ferretería, pero estudié ingeniería en Hermosillo. Hace unos años que dijeron que aquí había litio y habría empleo, pero pasa y pasa el tiempo y no sabemos nada. A lo mejor este año ya se empieza a ver y logró entrar, sé que es temporal pero no importa”.
Aunque son de distintas generaciones y sus perspectivas sobre los impactos por la explotación del mineral difieren, los tres coinciden que entre la comunidad predomina la incertidumbre alrededor del recurso recién nacionalizado.
El pueblo donde aún existen los vaqueros
Ramiro Sierra tiene 38 años, desde niño se ha considerado un vaquero, cuidar de su ganado es más que una actividad económica.
Para él, es una tradición familiar que debe preservar y se resiste a abandonar Bacadéhuachi, como otros integrantes de su familia que se fueron a Hermosillo, Nuevo León y Estados Unidos.
Por eso, la apertura de una mina a cielo abierto de la que se extraiga litio le preocupa. No sabe si esta actividad amenazará su forma de vida, si provocará más contaminación, erosión del suelo.
Pero, lo más alarmante, si podrá contar con el agua suficiente para alimentar a su ganado y cultivar su tierra.
En marzo de 2021, ganaderos de esta localidad denunciaron que cientos de cabezas de ganado murieron por la sequía.
El problema no era nuevo, en diciembre de 2020, el gobierno de Sonora emitió una declaratoria de desastre natural por la presencia de sequía severa del 1 de mayo al 30 de noviembre en 43 municipios, entre ellos Bacadéhuachi.
“De marzo y hasta julio sufrimos escasez de agua, sin agua no podríamos hacer nuestros cultivos, regarlos, ya batallamos hasta para darle de tomar a nuestro ganado y muchas veces para tomar nosotros. Nos está afectando cada día más, la erosión del suelo va aumentando. Yo veo que los aguajes se están secando, los mantos acuíferos se están acabando. No estamos enterados de la magnitud de la situación que se nos va a venir encima. No sabemos si nos va a afectar o favorecer, no sabemos absolutamente nada”.
De acuerdo con Aleida Azamar, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, la cantidad de agua necesaria para extraer litio en algunas minas de Chile es de más de 600 litros de agua por minuto.
Tan sólo en la Ciudad de México, cada habitante ocupa un promedio de 300 litros diarios. En México, el litio está contenido en arcilla y su extracción es más complicada y comprometería mayor uso hídrico.
Ramiro no sabe sí aún podrá ser un vaquero o tendrá que cambiar su modo de vida y buscar otra actividad económica.
Él quisiera que el gobierno le explicara a los habitantes de Bacadéhuachi cómo se van a beneficiar con la nacionalización del litio.
“Yo tengo un terreno, me dedico a mi ganado se qué va a cambiar todo en el pueblo. Nos dicen que es la mina más grande del mundo, que viene un cambio muy grande para nosotros, pero no sabemos. Quisiéramos más información, ojalá realmente fuera para los mexicanos, es lo que quisiéramos nosotros”.
El anhelo de emprender un negocio
María Galaz sueña con abrir de nuevo su comedor en Bacadéhuachi, el cual cerró hace casi 12 años por la falta de clientes.
Ahora depende del dinero que uno de sus hijos le envía desde Estados Unidos para solventar sus gastos y los de su hija menor; Carmen, quien nos cuenta que desde que se anunció que en el pueblo había un yacimiento muy grande de litio, y empezaría a trabajar una empresa minera, la esperanza de tener un negocio familiar se encendió en ambas.
“Yo estaba chiquilla cuando el negocio se fue para abajo, en la familia muchos hombres como mi hermano mayor se fueron a Estados Unidos. Tengo primos que andan en Tijuana y algunos tíos que se hallaron en Michoacán, pero las mujeres a dónde nos vamos. Yo no puedo dejar a mi mamá y antes le decía que ya no se hiciera ilusiones con abrir el comedor. ¿Para qué si ni gente hay? Pero si abre la mina, sí hay trabajadores, pues siempre buscan donde comer y ahora sueño como ella en tener nuestro negocio”.
Pero la mujer de 26 años no sabe si realmente podrán cumplir su sueño porque todo está parado.
Antes de que terminara 2021, su hermano Antonio, radicado en Los Ángeles, contó que en 2023 iniciarían los trabajos en la mina a cielo abierto.
No obstante, ella aún duda porque nadie informa nada, señala que solo en campañas políticas hay mucho ruido sobre el tema.
A principios de marzo pasado, integrantes de Morena hicieron asambleas informativas sobre la reforma eléctrica en donde hablaron sobre el litio.
“Yo espero que veamos nuestro sueño hecho realidad, que se abra el negocio familiar y mi mamá recupere su energía. Esa alegría que le daba tener sus ingresos, pero ya ni sabe uno. A lo mejor nada más usan lo del yacimiento en campañas políticas, para ganar nuestro voto, o ahora que iba a ser eso de la reforma, pegaron carteles que decían que el litio era de los mexicanos, da risa ¿no? Porque si el litio es mío, yo como me beneficio. Yo que saco de eso, a nosotras lo que nos puede ayudar es que en serio se abra una mina y haya gente”.
En 2019, el gobierno estatal anunció que en el municipio existía un yacimiento con aproximadamente 243 millones de toneladas de litio.
La empresa canadiense Bacanora Lithium, en colaboración con la china Ganfeng Lithium, iniciarían un proyecto de explotación.
En febrero de 2021, la firma canadiense declaró que los trabajos arrancarían hasta 2023 porque ya tenía compromisos con la empresa de automóviles eléctricos Tesla.
Minería como fuente de empleo
Blas estudió ingeniería en la Universidad Tecnológica de Hermosillo, estuvo cerca de cinco años fuera de Bacadéhuachi, regresó con la esperanza de ejercer su carrera.
Pero, a la fecha trabaja en una ferretería, no le desagrada, porque está cerca de su familia. Sin embargo, le gustaría que su ingreso fuera mayor y tener la oportunidad de obtener experiencia en ingeniería sin salir de su lugar de origen.
“Los años que estuve en Hermosillo fueron difíciles porque en mi familia somos muy tradicionales. Nos gusta convivir, somos muy cercanos y tampoco podía venir a Baca cada fin de semana. Terminé mi servicio social y me regresé con la ilusión de desarrollarme profesionalmente, pero el trabajo es escaso, en la ferretería me va bien. Estoy cerca de casa, pero si abren la mina y hay empleo, pues que mejor, yo sí confío”.
Blas tiene claro que los empleos que pudiera ofrecer la mina para extraer litio serían temporales. Tampoco sabe si necesiten personal de ingeniería, aunque no le importa mucho, porque está convencido de que ganaría experiencia.
Sin embargo, al joven le da miedo que al iniciar la extracción del mineral, la población de Bacadehuachi se vea afectada por más contaminación o porque la mina acapare recursos como el agua.
“Pienso mucho que si me dan trabajo, una vez que se acabe la extracción pues ya adiós, cada quien para su casa y no me agobia, al menos se gana experiencia y pues mejor que en la ferretería seguro me iría, o eso creo. Pero veo a mi familia, vecinos, somos un pueblo muy tranquilo, con muchas tradiciones, ¿que tal y hay enfermedades por la contaminación, o hay menos agua? A lo mejor yo me veo beneficiado por encontrar empleo, pero al final creo que todos los habitantes tenemos que estar de acuerdo y no dividirnos”.
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