La violencia intrafamiliar es otro de los factores asociados al riesgo de padecer inseguridad alimentaria, advierte un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública.
IMER Noticias
La disminución de ingresos, la pérdida de empleo y la violencia intrafamiliar durante los meses siguientes a la etapa de confinamiento por la pandemia aumentó el riesgo de las familias mexicanas a padecer inseguridad alimentaria.
Así lo muestra la Encuesta nacional de las características de la población durante la pandemia por covid-19, ENSARS COV-2, que realizó el Instituto Nacional de Salud Pública, y que compara Jornada Nacional de Sana Distancia con los meses iniciales de la denominada “nueva normalidad”.
Durante los meses que siguieron a la etapa de confinamiento, la encuesta revela que en siete de cada 10 hogares mexicanos hubo una reducción de ingresos, mientras que en cuatro de cada 10 algún integrante de la familia perdió su empleo.
Esta situación se reflejó en un incremento de la probabilidad de los hogares a quedarse sin alimento o padecer hambre, una situación que también estuvo asociada a la violencia intrafamiliar que registró un aumento al pasar del 6 al 8 por ciento, según el estudio.
Entre las situaciones de agresión que manifestaron los entrevistados están agresiones, pleitos familiares, gritos, golpes y situaciones de hostigamiento.
¿Qué otros resultados muestra la encuesta?
Diabetes e hipertensión, los males presentes
La diabetes, la hipertensión y el sobrepeso y obesidad fueron los padecimientos con una mayor presencia entre los entrevistados. La cuarta parte refirió padecer hipertensión arterial, mientras que uno de cada seis manifestó tener diabetes mellitus.
Uno de cada cinco participantes en la encuesta reportó tener sobrepeso y obesidad.
Los tres padecimientos han sido señalados por las autoridades de salud como agravantes de la enfermedad de covid-19.
Exposición al riesgo, en aumento
Esta situación se observó mayormente en los hombres que pasaron de 15 horas en la encuesta inicial a 24 en la etapa de seguimiento.
La exposición al contagio durante la etapa de nueva normalidad también aumentó. El estudio destaca un incremento en el número de horas fuera de casa de las personas menores de 60 años al pasar de 8 a 15 horas.
Las visitas en casa también se incrementaron, al pasar de 1.9 horas por semana a 2.8. La población menor de 60 años fue la que registró el mayor número de horas de visita con 3.5.
La exposición al riesgo también se reflejó en un uso mayor de los servicios de transporte público, muestra el informe.