Fue complicado porque hubo que cumplir con trámites administrativos y se puso en operación al cuerpo diplomático de México en varios países.
Martha Delgado, de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en entrevista con Elia Baltazar.
IMER Noticias
Quizá nos parezca que Afganistán está muy lejos, pero nuestros valores y lo que defendemos nos hace acercarnos.
Con estas palabras, Martha Delgado, subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, razona el papel de México en la política exterior que, en este caso, ha servido a más de un centenar de personas afganas que hoy permanecen aquí en calidad de refugiadas.
Traerlas a México y garantizarles un entorno seguro ha sido un proceso complicado en el que se puso en operación inmediata al cuerpo diplomático en varios países y se echaron a andar protocolos administrativos para que pudieran abordar dos aviones hasta aterrizar sanas y salvas en el aeropuerto de la Ciudad de México.
El primer grupo fue el de seis personas integrantes del equipo de robótica de Afganistán, jovencitas que estaban terminando la preparatoria y que habían ganado concursos a nivel internacional. Delgado las considera una inspiración para las niñas del mundo.
La petición de extraerlas de Kabul, la capital afgana, llegó al gobierno mexicano a través de organizaciones de la sociedad civil. El caso fue analizado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y el canciller Marcelo Ebrard y Martha Delgado se encargó del resto.
El otro grupo es el de periodistas afganos, algunos de The New York Times, por quienes intervino un ex corresponsal de ese medio radicado en México. El proceso de consulta y aprobación fue el mismo. Este miércoles llegaron a la capital mexicana junto con sus familias.
La logística de extracción quedó en manos del personal diplomático y fue muy minuciosa. En el aeropuerto de Kabul había miles de personas haciendo fila para abandonar el país y el personal aeroportuario solicitaba documentación que había que elaborar en el instante.
“Cada quien pide cosas distintas, entonces hay que generarlos inmediatamente, en el segundo y en el instante, así como lo quieren, para que pueda servirles y entrar al aeropuerto”.
También se les tramitaron visas de tránsito, operando con los consulados de México y de otros países por donde continuaron su recorrido.
Y tras diez días de espera y de trámites administrativos llegaron a México. Martha Delgado dice que llegaron a una tierra bendecida.
“Una persona que llega a México, llega a una tierra bendecida, a una tierra en donde la gente tiene una solidaridad y una calidad humana sin igual; en ningún lado pueden tener una mejor acogida social, cultural y por supuesto ahora respaldada por el gobierno de México”.
Ahora, las más de cien personas refugiadas tienen en sus manos una visa humanitaria por 180 días que puede ser prorrogable si desean quedarse en México. Si no, tienen la libertad de viajar a otros países para reunirse con sus familiares.