Cada mañana hay una larga fila en la parte trasera de Palacio Nacional, donde la oficina de Atención Ciudadana de la Presidencia recibe las peticiones y las canaliza.
Adriana Esthela Flores
Ya van tres veces que el señor Antonio Macías ha acudido al número 8 de la calle Correo Mayor, en la parte trasera de Palacio Nacional, para solicitar a la Presidencia de la República que le ayude a recuperar el pago de cesantía y vejez por casi 30 años de trabajo como operador de ambulancias. Desde hace cuatro años ha exigido una respuesta al IMSS, pero no le han resuelto su caso.
“Pues que no, que iban a ver y que iban a ver y que no hay solución, ya metí dos peticiones, a ver en esta qué me dicen”.
Unos metros más atrás de él, en la fila de gente que ha venido en busca de respuestas y soluciones, está Juana Aguilar, quien vino porque no ha recibido el apoyo económico que el gobierno federal entrega a personas con discapacidad.
“Es la segunda vez que vengo a pedir información o una respuesta porque soy discapacitada visual y ahorita ya va a cumplir tres años que no me dan apoyo y ya me dieron mi tarjeta de Bienestar, aquí la traigo, pero no me ha llegado mi apoyo. Con otras autoridades sí tenía, pero con este presidente López Obrador, no”.
La señora Juana Aguilar llega a Palacio para entregar una petición a la Presidencia. Foto: Adriana E. Flores.
Sus peticiones forman parte del grupo de entre 250 y 300 personas que la Oficina de Atención Ciudadana de la Presidencia recibe cada día desde que inició la actual administración federal. En el periodo del 1 de diciembre de 2018 hasta el 9 de julio de 2021, la oficina recibió a mil 888 grupos, así como 315 mil 717 solicitudes, un promedio de 331 cada día; de ellas, 239 mil 530 han sido vía presencial y documental y, el resto, a través de llamadas.
Lidia Garrido prefiere la modalidad presencial y ya ha viajado varias veces desde la comunidad de Chicontla, en la sierra norte de Puebla, para llevar sus peticiones a la oficina. El recorrido de seis horas y media de camino y el mismo tiempo de regreso, le implica tomar tres autobuses y un gasto de 500 a 600 pesos. Dice que ha valido la pena, pues en la zona donde vive no reciben ese apoyo por parte de servidoras de la Nación.
“Ahorita se dio esa oportunidad y hay personas que por su ignorancia no hacen ese trámite. Allá en la sierra norte, las servidoras, en lugar de brindarles atención, se cierran a esas personas”.
Ella escribe solicitudes a nombre de vecinas de la comunidad, como la de Gudelia Meléndez, quien pidió ser canalizada a un hospital para la atención de la tiroides, y otra que le solicitó María Inés López.
“Ahorita voy a hacer una petición de una persona para solicitar unos aparatos auditivos o una atención, solicitando una atención donde le puedan dar una pensión para que pueda contar con unos aparatos auditivos. Me contó su esposo que le salen en 9 mil pesos y no tiene para comprárselos”.
Para Arnulfo Leónides Chávez, esta oficina es la última instancia a la que acude para denunciar acoso laboral en Pemex. Ya inició un proceso legal, hace dos años, ante la Junta de Conciliación y Arbitraje y una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, sin respuesta.
“Mi esposa fue la que me dijo que llegáramos a López Obrador para ver si nos podía ayudar con esta denuncia y que tomen cartas en el asunto. Simplemente que me den mis contratos. Ya me metí a la plataforma de transparencia para que me den todos mis contratos en Petróleos Mexicanos porque por ley los tienen que tener de más de 50 años. Yo tengo ya 40 años de antigüedad y no me reconocen más que 13”.
En cambio, la ciudadana Marissa ya ha venido en varias ocasiones porque, afirma, esto le ha permitido resolver más rápido conflictos largos, como uno que enfrentó con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México.
“Son muy atentos y creo que es bueno denunciar para que aquí, dentro de la Oficina de la Presencia estén autorizados y lo canalicen a la dependencia a la que le corresponde el asunto. A través de la Presidencia es bueno porque luego uno va directamente a la dependencia y no nos hacen caso”.
Las peticiones abarcan temas como vivienda, créditos a la palabra, infraestructura urbana, asuntos agrarios y la revisión de expedientes judiciales y procuración e impartición de justicia, una situación que representa dificultades al no ser un área responsabilidad del Poder Ejecutivo, explicó en conferencia la directora de la oficina, Leticia Ramírez. La funcionaria precisó que la atención ciudadana es distinta a un trámite.
“La atención ciudadana tiene que ver con que la gente quiere hacer un planteamiento de sus necesidades, quiere hacer una petición, quiere traer una propuesta, quiere dar una felicitación, una idea, un proyecto, quiere incluso manifestar un sueño que estaba, que traía ahí, y eso es muy importante. La gente necesita ser escuchada”.
La fila de peticionarios se alarga diariamente en la calle de Correo Mayor, detrás de Palacio Nacional. Foto: Adriana E. Flores.
Peticiones canalizadas
Hay cuatro maneras de enviar peticiones a la Presidencia: planteando la solicitud al presidente Andrés Manuel López Obrador en sus giras; a través de correo postal, a la dirección “Palacio Nacional, edificio 10, planta baja, colonia Centro. C.P. 06060, alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México”; llamar al número telefónico 800 080 1127 o acudir al número 8 de Correo Mayor. El porcentaje de atención es del 81.6 por ciento.
“Hay un procedimiento. Lo primero es escuchar y atender a los ciudadanos, después analizamos los escritos, leemos todo lo que llega y lo codificamos, hacemos un resumen, lo gestionamos, lo digitalizamos y lo mandamos a cada una de las dependencias. Aquí es muy importante decir que tenemos más de 200 entidades públicas con las cuales tenemos algún tipo de contacto, esto lo que nos permite es tener un conocimiento de todo el gobierno para poder explicar lo que está pidiendo el ciudadano, adonde tiene que ser dirigido, que tengamos los menos errores posibles, que realmente vayan a la dependencia que corresponde, porque sino después tenemos un problema”.
Después de varios minutos de espera, don Antonio Macías obtuvo una respuesta: una hoja membretada en la que se le asignó un número de folio para su expediente y un número telefónico para preguntar avances del caso. Si no obtiene una respuesta positiva, advierte que continuará en su exigencia.