La poesía de Eduardo Lizalde estuvo cargada de matices, sonoridades y emociones que lograron crear desde el inicio una obra clásica y eterna, aseguró el escritor Vicente Quirarte durante el homenaje póstumo que la Academia Mexicana de la Lengua brindó al autor de poemarios como “El tigre en su casa” y “La zorra enferma”.
Carolina López Hidalgo
El poeta, traductor, narrador y pensador, melómano y editor Eduardo Elizalde tuvo una voz desvelada, inteligente y poderosa. Fue un explorador del verso y de lenguaje, aseguró el escritor Jaime Labastida en el homenaje póstumo virtual que la Academia Mexicana de la Lengua le brindó al autor de poemarios como el Tigre en su casa.
“Lo que quiero destacar es el tipo de versos al que se volvió adicto Lizalde. Acaso desde sus primeros libros orgánicos: el verso breve, de cinco a siete sílabas, casi siempre de sílabas impares, llenos de adjetivos insólitos y precisos. No desdeña, desde luego los versos de arte mayor, los endecasílabos y los alejandrinos, pero a medida que su escritura crece esos versos son sustituidos por versos breves, deslumbrantes acaso, lo podría decir así definitivos”.
Lizalde, amante de la ópera y colaborador del IMER hasta el 25 de mayo, día de su fallecimiento ocupó la silla 14 de la Academia Mexicana de la Lengua. Institución a la que ingresó en 2006 con el discurso La poesía mexicana, esplendor e infortunios. El encargado de responder fue el maestro Ernesto de la Peña, compañero de cabina en el IMER. Así lo aseguró Vicente Quirarte al dar la palabra a los otros amigos y compañeros de Lizalde.
“Eduardo Lizalde fue un orgullo para la poesía mexicana, un orgullo para México, un orgullo para la Academia. Su influencia es notoria, desde su aparición y a través de la lectura de varias generaciones. A esa categoría pertenece, la serie de poemas que bajo el título El Tigre en la Casa, Eduardo Lizalde publicó el año 1970″.
Eduardo Matos aseguró que el gusto de Lizalde por la música, lo transmitió en su programa de radio, en sus comidas, en sus pláticas, era un apasionado, melómano que compartía sus conocimientos. Roger Bartra destacó que el autor de poemas como “Pobre Desdemona”, Grande es el odio, Boleros del resentido y La Bella Implora amor fue sin duda uno de los mejores poetas del mundo.
“Cuando recibió el Premio Carlos Fuentes en 2016 era el poeta vivo más importante de México, como dijimos en el jurado que se le otorgó. Yo tengo además la íntima convicción de que ya era el mejor a finales del siglo 20, sin que este mérito le fuera reconocido en aquel momento”